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El sueño dorado de Francis

Francis Alonso descansa en Málaga tras conseguir el oro en el Europeo sub 20 de Helsinki "No contaba con estar en el quinteto ideal", afirma sorprendido el base malagueño

Francis Alonso, recibido por su familia en la estación María Zambrano, anoche.
Francis Alonso, recibido por su familia en la estación María Zambrano, anoche.
Javier García Málaga

26 de julio 2016 - 05:02

Francis Alonso es, a día de hoy, uno de los malagueños con mayor estado de felicidad. El base consiguió el pasado domingo una medalla de oro que buscaba desde que empezó los torneos de categorías inferiores de selecciones en 2012, cuando debutó con la selección sub 16. Hasta entonces no había conseguido colgarse una medalla, pero la maldición se rompió ante Lituania.

Alonso llegó ayer a Málaga tras hacer escala en Madrid. El base fue el hombre más importante para Orenga en los cruces, siendo el mejor jugador tanto en los cuartos de final ante Letonia como en las semifinales ante Alemania. En la final fueron otros los que brillaron numéricamente, pero él fue quién llevó el tiempo del partido.

"Es como un sueño para mí. Siempre he soñado con ejercer como capitán y líder para llevar a un equipo a lo más alto", afirma un Alonso que todavía no se cree que haya conseguido el metal dorado en el último torneo por selecciones.

El camino no ha sido fácil. Primero Francia, "con un triple de Marc García que es una de las jugadas del campeonato" y después con la derrota en la prórroga ante Finlandia. "Esos partidos nos han ayudado muchísimo para lo que hemos conseguido", asegura el base malagueño, que señala el choque ante Israel como el partido en el que todo se encauzó: "Sabíamos que teníamos que ganar por más de seis puntos. Era importante para los cruces. Lo hablamos y era el partido donde teníamos que sacar nuestro mejor nivel. Desde ese momento encontramos nuestro estilo de juego, que se vio en la España de los cuartos y de la semifinal".

El capitán del último campeón europeo asegura que el esfuerzo "de los 15 que empezamos" ha llevado hasta lo más alto del cajón. "A medida que el tiempo pasaba nos íbamos convirtiendo en una familia. Todos creíamos en nosotros y al final lo hemos conseguido", asevera el líder español.

Francis Alonso se llevó, además de la medalla de oro, otro trofeo, el de mejor base de la competición. Los 26 puntos ante Letonia en cuartos y los 22 ante Alemania en semifinales le sirvieron para estar entre los mejores. "Es un premio con el que no contaba, sólo buscaba el oro. Creo que formar parte de los cinco mejores jugadores del torneo se lo debo a a todos los compañeros que tenía al lado mía. Estoy muy orgulloso de haber sido nombrado en ese quinteto", manifiesta el malagueño, que aprovechará las tres semanas que le quedan antes de irse a Estados Unidos para desconectar un poco pero con trabajo físico.

España venció en la final a Lituania, en un partido que afrontaron "con la misma actitud que en partidos anteriores". "Cuando la diferencia se alargó, supimos mantenerla", afirma Alonso, que se sorprendió al ver a su rival en el último partido. "En todos los campeonatos de formación suele haber sorpresas, pero no me esperaba la derrota de Turquía. Ellos venían de ganar los dos Europeos anteriores", reflexiona el base español, que asegura que "al final lo que gana es la actitud y las ganas. Lituania dio su máximo esfuerzo y pudieron ganar sin una referencia clara".

Francis Alonso ha acabado su periplo de formación con un oro en el cuello. El siguiente paso, por equipos, sería llegar en un futuro a la selección absoluta. El último base en lograrlo fue Guillem Vives, que pasó en apenas dos años de ser bronce con la sub 20 a colgarse el oro con los grandes. "Sería un paso grande. Obviamente me encantaría poder jugar en un futuro con la selección y estaría súper orgulloso. Pero ahora quiero disfrutar de lo que acabo de vivir, que es un sueño para mí", expresa el malagueño.

Alonso cumplirá su tercera temporada en Estados Unidos, la segunda en la Universidad de Greensboro, donde ya se ha granjeado la fama de anotador compulsivo. Su idea es terminar los tres años que le quedan para acabar la carrera y no mira con preocupación hacia el futuro, aunque realiza un guiño a su club de formación. "Me gustaría volver al Unicaja, nunca lo he negado. Es mi casa y he crecido allí. Siempre habrá un hueco en la mesa para el Unicaja, pero ahora mismo me centro en mi presente. Después de terminar mi vida universitaria ya se verá el futuro", asevera.

Alonso es uno de los jugadores que ha abandonado el Unicaja en los últimos años para marcharse a Estados Unidos a estudiar y jugar a la vez, como Víctor Ruiz, Rubén Guerrero o el ya NBA Domas Sabonis. "Es complicado criar a un jugador y ver cómo se marcha, pero eso no significa que no vaya a volver. Esto no significa que las cosas se estén haciendo mal por el club", asegura mientras felicita a Romaric Belemene por marcharse a Manresa para jugar la próxima temporada en la Liga Endesa.

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