El Antequera rozó el cielo
Balonmano l Liga Asobal
Saric detiene con suspense a falta de tres segundos un lanzamiento de Alexis Rodríguez que hubiera significado el empate ante un Barcelona Borges que sufrió tanto que celebró la victoria con énfasis
Encomendados al Fernando Argüelles, la caldera antequerana en la que todo el que la visita se prepara para sufrir. Sobre todo esta temporada. También este Barcelona Borges tan remozado a base de talonario que en la pierna izquierda de Saric, con suspense porque dio la impresión de que le rebasaba por debajo, arrebató alcanzar el cielo a un increíble Antequera 2010 tras el tiro de Alexis Rodríguez de nueve metros a falta de tres segundos para la conclusión que hubiera significado un empate muy merecido. Y, así, el portero azulgrana celebró con efusividad la victoria, como si enfrente hubieran estado el Kiel o el Ciudad Real.
Es el reflejo de lo que sufrieron ayer los culés. Pero es lógica tal celebración, porque los de Xavi Pascual padecieron hasta el final. Un parcial de 5-1 mediada la segunda parte comprimió el marcador hasta el extremo. La alternancia en la igualada fue una constante hasta los instantes finales, donde los azulgrana se ponían un tanto por encima pese a haberse visto incluso por debajo en el marcador. La última posesión corrió a cargo de los de Ortega, que incluso prescindió del portero para buscar el merecido premio. El golpe de efecto a la competición hubiera sido tal que el Barcelona se podía haber despedido de la Liga en la séptima jornada.
Todo esto no es más que el triste epitafio de un espectacular encuentro que empezó con dominio del Barcelona, del esperado. Para pasar a una segunda parte en donde la defensa, los ataques inteligentes y la actuación de Schulz bajo palos voltearon la tortilla por completo.
Un gol de Alexis Rodríguez puso pasado el ecuador del segundo tiempo al Antequera en ventaja. La primera línea antequerana parecía desgastada después de tan gran trabajo. Aunque ahí estaba Rafa Baena, quien, llegando a recordar en alguna jugada al gran Rolando Uríos, se fajaba con todos y se convertía en su mejor vía de escape. Pero una vaselina de Pérez Canca que salió por encima de la portería defendida por Saric, un error en el pase de un acertadísimo Chelu Cid y algunos detalles más, como la última jugada, tiraron por tierra un fenomenal trabajo.
El Barcelona se sigue resistiendo. Nunca se estuvo tan cerca. Ayer en el Fernando Argüelles se rozó el cielo, pero no se tocó.
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