Los extranjeros pasan de votar en las elecciones municipales
Los europeos presentan un alto activismo para presionar contra la demolición de viviendas ilegales o por la asistencia sanitaria, pero no participan en la política local
Los extranjeros europeos afincados en la Costa no sienten interés por la política local. Su participación en las elecciones municipales apenas si alcanza el 5%. El padrón de habitantes de 2011 tiene registrados 3,5 millones de ciudadanos de otros países con derecho a voto en España. Sin embargo, sólo 473.000 han formalizado los trámites administrativos para poder participar en los últimos comicios y ni siquiera todos acudieron después a votar.
Los europeos componen la mayor parte de este colectivo, del que también forman parte los naturales de otros 10 países con los que España tiene firmados tratados de reciprocidad (seis de Latinoamérica, más Islandia, Nueva Zelanda, Cabo Verde y Noruega).
El Observatorio Europeo de Gerontoinmigración que dirige la profesora de Derecho de la Universidad de Málaga Mayte Echezarreta presentó ayer el primer número de su boletín de investigación, centrado en la participación de los extranjeros en las últimas municipales. Su principal conclusión es esa desafección por la política. El profesor Rafael Durán, coautor del trabajo junto al catedrático Ángel Rodríguez, explica que junto a esa "abulia cívica" que motiva la escasa participación electoral de los extranjeros figuran también otros obstáculos como el idioma, la falta de información sobre el proceso electoral y sobre sus derechos, y el obstáculo añadido de la inscripción previa para poder ejercer este derecho.
Sin embargo, esta actitud no significa que los extranjeros europeos y significativamente los mayores de 55 años que son los que componen el universo de estudio del Observatorio Europeo de Gerontoinmigración no sean políticamente activos.
"En 2007 hubo movilizaciones en Cataluña cuando la Generalitat anunció que cobraría la atención sanitaria y también ahora en contra de la demolición de las viviendas ilegales". Tanto es así que prefirieron antes que exponer la cuestión del urbanismo ilegal ante las instituciones españolas, llevarlo directamente al Parlamento Europeo "y quizás hayan tenido razón porque son pocas las viviendas que se han demolido hasta ahora, a pesar de las decisiones judiciales o administrativas que se hayan tomado", matiza Durán.
Junto al activismo social, otro elemento que contrasta con esa desmovilización política es la presencia de europeos de otros países en las listas electorales. En las elecciones del 22 de mayo las listas electorales daban cabida a 171 foráneos que concurrían en 50 de los 101 municipios de Málaga. De ellos 41 formaron parte de candidaturas del PP a 27 ayuntamientos, 26 se integraron en listas electorales del PSOE en 18 localidades, Izquierda Unida incorporó a 14 en nueve municipios, UPyD a cuatro. Los 86 restantes formaron parte de 34 listas electorales independientes. Sin embargo, sólo han sido elegidos 10 (cinco del PP, tres del PSOE y dos del PA, que forman parte de la plataforma Save Our Homes).
Rafael Durán aclara, en primer lugar, que los partidos ven en los europeos insertados en sus candidaturas "reclamos para compatriotas", así como puentes idiomáticos para que su discurso llegue a esos colectivos. En segundo lugar, subraya los "intentos" de asumir responsabilidades políticas por parte de "grupos de interés". Este sería el caso de los activistas del grupo Save Our Homes que han formado parte de candidaturas fundamentalmente con el objetivo de defender la regularización de las viviendas ilegales en la Axarquía.
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