Un peligroso cuello de botella

La Asociación Ruedas Redondas se concentró ayer en el paseo Pablo Picasso para pedir al Ayuntamiento la reconversión de 330 metros en carril-bici-peatón desde el tranvía a los Baños del Carmen

La zona final del paseo marítimo que representa un peligro para ciclistas y peatones.
La zona final del paseo marítimo que representa un peligro para ciclistas y peatones.

Los ciclistas y peatones que transitan por el paseo marítimo Pablo Picasso se encuentran con un cuello de botella entre la explanada del tranvía y los Baños del Carmen, donde transitar se hace a veces una misión imposible y siempre es peligroso por el cercano de los coches. Para buscar una solución, la asociación malagueña Ruedas Redondas celebró ayer una concentración en el paseo Pablo Picasso de Málaga para reivindicar que uno de los tres carriles destinados al tráfico de la antigua carretera N-340 se convierta en carril-bici-peatón en esos 330 metros.

Una veintena de ciclistas acudieron a la reunión entre los que se encontraban socios del colectivo y viandantes que pasaban por la zona y que pararon para informarse.

"El carril no es sólo para las bicicletas, sino también para las personas", explicó Alonso González, presidente de Ruedas Redondas, quien añadió: "Sólo pedimos una cosa provisional, la separación entre los carriles, con dos carriles los coches tienen suficiente". En la concentración, varias personas comentaron lo necesario que era el carril-bici-peatón y su apoyo a la asociación, Ana Delgado, amante del ciclismo, se mostró "totalmente de acuerdo" con este movimiento a favor del carril-bici por toda Málaga, al considerar que es "muy necesario". Juan Ramón García, vocal de la asociación, declaró que se están recogiendo firmas para la realización del carril-bici litoral y en especial el arreglo de la zona en conflicto en los Baños del Carmen.

Ruedas Redondas es una asociación malagueña que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte ecológico, saludable, barato y muy poco hostil al ciudadano. Lo que pretenden es unir la costa poniente con la de levante por un carril-bici-peatón litoral.

El punto del conflicto se encuentra en el tramo del paseo marítimo que une el tranvía con los Baños del Carmen, donde la acera se estrecha considerablemente, hasta medir 0,85 metros, donde bicicletas y peatones no pueden pasar con facilidad e incluso en numerosas ocasiones se ven obligados a bajar a la carretera con el riesgo que esto conlleva. Lo que piden es que provisionalmente, y hasta que el carril litoral se lleve a cabo, se elimine uno de los tres carriles destinados ahora a los coches, garantizando una separación entre el carril bici-peatón y los otros dos, ya sea por pivotes o por cualquier otra separación y así garantizar un lugar de paso seguro. La pelota está en el tejado del Ayuntamiento, que ya cuenta con la propuesta.

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