Málaga rompe la tendencia nacional y gana población extranjera residente
La provincia atrajo en el primer semestre a más de 8.000 inmigrantes internacionales y solo emigraron 4.450 · La proliferación de turistas europeos con vivienda y el interés de los ayuntamientos por empadronarlos, claves
Málaga puede presumir de algo más en su particular libro de los récords. Es la provincia española que tiene un mayor saldo migratorio exterior. La explicación es sencilla. En el primer semestre del año llegaron a la provincia para quedarse 8.122 inmigrantes. En el polo opuesto, 4.450 personas -malagueños o extranjeros- decidieron dejar esta tierra y buscar fortuna en el extranjero. Si ambas cifras se restan, ofrece un saldo positivo de 3.672 personas, es decir, entre enero y junio ha llegado más gente a la provincia desde fronteras internacionales de la que ha salido, según los datos obtenidos de las Estimaciones de Población Actual publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Este saldo positivo es llamativo por varios aspectos. En primer lugar, rompe completamente con la tendencia nacional ya que, en el conjunto español, el saldo ha sido negativo en 73.975 personas en ese periodo. A eso hay que añadirle que ese saldo (resta de inmigrantes y emigrantes) solo ha sido positivo en 13 provincias españolas y que Málaga ha sido la que lo ha tenido más alto. Solo han estado cerca Santa Cruz de Tenerife, que ha ganado 3.204 residentes foráneos, y Las Palmas (+2.442). El resto no ha superado el millar. El mayor batacazo se ha producido en Barcelona, donde han perdido más de 33.000 habitantes.
En segundo lugar, resulta curioso que, en plena crisis económica, Málaga siga siendo un polo de atracción tan fuerte para los extranjeros. La construcción está prácticamente desaparecida, el desempleo por las nubes con tasas superiores al 32% y los economistas estiman que la economía local acabará este año en recesión con un descenso del 1,1%. Lo lógico sería pensar que vengan menos inmigrantes y que se eleve el número de emigrantes, tanto de extranjeros que deciden volver a casa ante la falta de oportunidades como de malagueños que buscan trabajo en el exterior.
¿Por qué sigue Málaga ganando habitantes? "Dada la recesión económica y que es una provincia particularmente afectada por la crisis del ladrillo, el dato podría ser indicativo de que Málaga sigue siendo una provincia atractiva para los conciudadanos europeos del centro y norte de la Unión, Gran Bretaña incluida, que deciden fijar su residencia en nuestra tierra", explica Rafael Durán, coordinador del Seminario Interdisciplinar de Estudios sobre Inmigración (SIEI) de la Universidad de Málaga e investigador del Observatorio Europeo de Gerontomigraciones.
Este experto subraya que "no hablamos de turismo residencial sino de residentes extranjeros, porque residen más de tres meses al año en el país". Miles de centroeuropeos y británicos han adquirido una vivienda en la costa en los últimos años y eso impulsa la población. Sin embargo no todos se empadronan, de forma que no son contabilizados oficialmente. Durán señala que los ayuntamientos están haciendo campañas o aplicando reducciones de tasas municipales para que esos extranjeros residentes se empadronen y poder conseguir mayor financiación para sus municipios. "Es difícil calibrar en qué medida el empadronamiento de quienes vienen residiendo de hecho en un municipio dado pueda estar detrás del saldo migratorio positivo que sigue experimentando la provincia de Málaga, pero no cabe descartar que, junto a los nuevos residentes, se estén computando ahora residentes que ya vivían en el país pero aún no se habían empadronado", añade el coordinador del SIEI.
Uno de sus compañeros en este centro de estudios universitario, el profesor Francisco Calderón, destaca por su parte que uno de los efectos de la globalización es que "por mal que esté, coyunturalmente, nuestra tierra y economía siempre estará mejor, estructuralmente, que muchas otras en el mundo, por lo que mucha gente seguirá queriendo venir". También apunta al efecto inercial de las redes migratorias, por el cual se sigue trasladando sucesivamente más gente desde la zona emisora de emigrantes a la zona receptora, incluso cuando hayan desaparecido las circunstancias favorables que generaron la red y que actuaron como detonante de los primeros flujos y desplazamientos, en este caso, a Málaga.
Joaquín Aurioles, profesor de Teoría Económica de la UMA, y Luis Gómez Jacinto, catedrático de Psicología Social de la misma universidad, coinciden en el diagnóstico. "Tenemos una inmigración centro y norte europea que nos diferencia del resto de España. No tenemos solo inmigrantes laborales sino también inmigrantes residenciales. Esto implica que la gente no solo viene a buscar trabajo y eso es lo que hace que tengamos más flujo inmigratorio", precisa Aurioles, mientras que Gómez resalta: "somos un destino turístico y viene mucha gente que acaba quedándose y empadronándose".
Alicante o Murcia también son provincias turísticas, pero en su caso el saldo migratorio exterior es negativo. Los expertos lo achacan a que captan mayoritariamente turismo nacional y éste regresa a su casa cuando pasan las vacaciones. El INE ofrece además el saldo migratorio interno entre provincias españolas y Málaga sigue arrojando datos positivos. En el primer semestre ganó algo más de 2.000 habitantes de otros puntos del país.
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