Un barco de película
LOS aficionados al cine de temas marítimos tal vez recuerden la película Éxodo, una superproducción cargada de primeras estrellas del séptimo arte que narraba el dramático viaje de los 600 judíos que, procedentes de un campo de concentración en Chipre, navegaron rumbo a Palestina a bordo de un destartalado mercante. Y aunque aquella película constituye una de las grandes obras del género marítimo, existe otra que, también repleta de primeros actores y tratando un tema similar, quizás no haya tenido la repercusión de aquel film de 1960 dirigido por Otto Preminger.
Basada en un hecho real y rebautizada en España con el título de El viaje de los malditos, esta película cuenta el periplo del buque St. Louis, el cual zarpaba del puerto de Hamburgo el 13 de mayo de 1939 con 930 judíos alemanes en busca de asilo en la isla de Cuba.
Rodada parcialmente en España, en concreto en Barcelona en el año 1976, el buque que se usó para la película fue el Irpinia, un barco que durante muchos años mantuvo una muy estrecha relación con el puerto malagueño.
Tras inaugurar en enero de 1956 una línea regular de pasaje entre Málaga y diferentes puertos de Centroamérica, este buque que durante años llevó emigrantes andaluces y extremeños fundamentalmente al nuevo mundo, en 1970 comenzaba una nueva vida convertido en barco para turistas. Cumplimentados varios exitosos años en los que desde Génova realizó viajes de una y dos semanas, en 1976, el rodaje de la cinta El viaje de los malditos relanzó su carrera; una trayectoria que lo traía por última vez al puerto de Málaga en diciembre de 1978 realizando un crucero navideño.
Tres años más tarde, sin poder renovar parte de sus certificados de mar, el Irpinia quedaba amarrado en La Spezia, donde en 1983 era vendido para el desguace.
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