Las fortunas del petróleo refuerzan sus inversiones en la Costa del Sol
Dubai, Abu Dhabi, Qatar, Libia y Arabia Saudí buscan suelos, edificios y hoteles en el litoral · Grupos vinculados a la casa real de Riad y al Gobierno de Gadafi inician el desarrollo de dos urbanizaciones de lujo en Estepona y Benahavís
Las grandes fortunas del Golfo Pérsico han acudido al rescate de los países occidentales, donde la crisis financiera y la caída del mercado inmobiliario hacen prever la proximidad del precipicio. El banco de inversión estadounidense Morgan Stanley calcula que en el último año se han invertido 35.000 millones de dólares en bancos y empresas de Estados Unidos y Europa. Ahí quedan operaciones como las de Blackstone, Carlyle, Barclays, Citigroup y UBS, grupos en los que ha tomado posiciones significativas fondos institucionales árabes.
Con el petróleo a 126 euros el barril de Brent, el doble que hace un año, el mundo occidental se aprieta el cinturón mientras los países del Golfo salen con la billetera rebosante buscando oportunidades y vías para diversificar sus recursos. En este contexto, la Costa del Sol no ha pasado inadvertida. La primera imagen que ha ganado la calle se produjo en enero, cuando el directivo de la Compañía Nacional de Hoteles de Qatar (QNHC, en sus siglas en inglés), Sheik Nawaf Bin Jassim Bin Jabor Al Thani y el presidente del grupo malagueño Evemarina, Borja Ramos, sellaban con un apretón de manos la venta del hotel Park Hyatt Casares.
La operación se cerró por 70 millones de euros y llegó en un momento crítico para Evemarina. Esta era la segunda operación del QNHC en el exterior, tras la compra de otro complejo hotelero en Egipto. Semanas después firmó otra operación inmobiliaria en París.
Expertos precisan que desde hace un año se está "moviendo con intensidad" capital procedente de Dubai, Abu Dhabi, Libia y, de nuevo, Arabia Saudí en Málaga.
Buscan terrenos y edificios, con preferencia por los hoteles. Se aprovechan de la severa caída que ha sufrido el mercado del suelo en la Costa del Solpara tomar posiciones. Unas veces se trata de parcelas ya sectorizadas o en vías de serlo y, otras, directamente suelo rústico, con la esperanza de que a medio plazo pueda ser recalificado.
A inversores de los Emiratos Árabes se les atribuye la compra de un hotel con golf en Benahavís, así como varias parcelas y edificios en Marbella, Estepona y Casares. Los saudíes también han reforzado su presencia en la Costa, donde ya poseían negocios importantes como el Coral Beach. El Ayuntamiento de Estepona tiene cerrado un preacuerdo con representantes de Asturion Foundation, una entidad vinculada a la casa real Saudí, que contempla desarrollar una finca de 600.000 metros cuadrados ubicada cerca del hotel Las Dunas, propiedad de esta fundación desde hacía varios lustros.
El solar tiene un techo edificable de 150.000 metros cuadrados en los que se levantarán en torno a un millar de viviendas y espacios comerciales. El concejal de Urbanismo del municipio, Rafael Duarte (PSOE), ha confirmado que una vez que los representantes de Asturion Foundation en Suiza den el visto bueno al contenido del preacuerdo podrán iniciar el plan de sectorización.
Las fuentes consultadas precisan que inversores saudíes se han hecho con el centro comercial Cristamar de Marbella y han tomado posiciones en Benahavís.
Libia también ha potenciado sus intereses en la Costa del Sol. El Gobierno que preside el coronel Muamar Gadafi posee en la Costa desde 1955, a través del Lybian Arab Foreign Bank, La Resinera, una inmensa finca de 7.200 hectáreas que se extiende por los municipios de Benahavís, Estepona, Pujerra y Júzcar. Durante años no han mostrado interés en desarrollar este suelo, en el que podrían haber levantado antes de que se aprobara el Plan de Ordenación Territorial de Andalucía (POTA) hasta 2.500 viviendas. Ahora, sin embargo, bajo el rigor de la nueva normativa urbanística sólo se podrán construir 500 .
En conjunto sólo podrán actuar sobre 500 hectáreas y en dos etapas. En la primera sólo podrán actuar sobre el 45 por ciento del suelo sobre el que se elaborará un plan de sectorización que deberá contemplar un volumen de edificabilidad de 0,08 metros por cada metro de superficie y una densidad de cinco viviendas por hectárea.
El Ayuntamiento de Benahavís tiene previsto reunirse con el presidente del Lybian Arab Foreign Bank, Najib El-Jamal, para informarle de las condiciones en las que podrá desarrollar la parcela una vez, de acuerdo con la aprobación inicial del plan general de ordenación urbana (PGOU) del municipio. También le propondrá la firma de un convenio que contempla que el promotor tendrá que compensar a Benahavís con obras por valor del 10 por ciento del importe de la inversión, según ha precisado el alcalde, José Antonio Mena (PP).
Desde que Estados Unidos levantó el embargo sobre Libia, este país ha reactivado sus inversiones en el exterior. La interesa sobre todo Italia, por razones de proximidad física y por su pasado colonial, pero también España y especialmente la Costa del Sol. El motivo en este caso es más simple: Seif el Islam, hijo de Gadafi, tiene casa en Marbella y suele pasar algunas temporadas en la Costa. De hecho, algunas fuentes precisan que gran parte de las negociaciones previas para que Estados Unidos levantara el embargo sobre Libia se fraguaron en un hotel de Estepona, a donde acudieron miembros de una fundación británica y el propio Seif el Islam.
Una de las primeras muestras del renovado interés de Libia por los negocios en España se produjo en septiembre del año pasado, cuando el Lybian Arab Foreign Bank se hizo con el 99 por ciento del Aresbank, entidad que fue propietaria de la finca La Resinera tras embargársela al libanés Reda Alaywan, una operación que casi le costó la vida al banco, después de que un juez anulara el embargo y ordenara una indemnización millonaria. Incluso se especula que a los libios están gestionando una nueva operación bancaria.
Reda Alaywan es otro de los inversores árabes que está levantando el vuelo en la Costa del Sol. Hace varios años adquirió el hotel Las Dunas, un cinco estrellas de Estepona, y poco después Los Monteros. Su última operación ha sido la compra de los hoteles Princess, en cuya parcela proyecta levantar un complejo de cinco estrellas.
También figuran entre los árabes con propiedades de peso en la Costa Olama Sultan Mohamed Sharif, propietario del hotel Torrequebrada y de la sala Fortuna, en Benalmádena, así como del hotel Diana de Estepona y de dos apartahoteles de Marbella. Al igual que Sharif también se asentó hace años en Marbella Rifat El Asad, tío del actual presidente de Siria, que optó por el retiro en esta ciudad tras enemistarse con su hermano y anterior mandatario sirio. Las últimas inversiones que se le atribuyen a los Asad, que poseen varios negocios en Marbella y locales en el centro comercial La Cañada, es la compra de un hotel en Gibraltar y la gestión de varias empresas dedicadas a la explotación de casinos en internet.
Además, se ha detectado la presencia de algunas operaciones sostenidas con capitales procedentes de Iraq, junto a pequeños grupos capitalistas argelinos e inversores cada vez más numerosas, aunque de dimensión media, marroquíes.
La Costa del Sol ha recuperado el viejo esplendor que causaba en el mundo árabe. Sigue siendo un emplazamiento atractivo para los grandes capitales del Golfo Pérsico, pese a que durante la década de los 90 la presencia de este colectivo en la zona se redujo al máximo. Se valoran las comunicaciones, especialmente el aeropuerto y la red de puertos deportivos, y tiene el aliciente añadido de situarse a escasa distancia de Marruecos, donde todos estos grupos han desplegado en los últimos años fuertes inversiones.
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