"El impacto que puede causar la explotación de gas es mínimo"
Balcón de notables
El científico no entiende por qué se ponen tantas trabas a las empresas petroleras y asegura que los fondos de Málaga tienen importantes cúmulos de este recurso
-¿Cuál es el estado de salud del mar en esta parte del mundo?
-No es mala. Pero desde luego existen elementos de juicio que ponen de manifiesto que hay un deterioro de la salud ambiental del mar y que son lo suficientemente contundentes como para pensar que hay algunos aspectos que debemos cuidar. Ahora bien, deducir de esto que el medio ambiente marino de las aguas que bañan la provincia de Málaga está en un deterioro progresivo es excesivamente arriesgado. El litoral sufre un proceso de degradación desde los años 60 a raíz del boom inmobiliario y es evidente que la orla litoral se ha sometido a una presión que muy difícilmente puede soportar. La ocupación del litoral ha supuesto la destrucción de muchísimas playas y la construcción de puertos deportivos una rigidización de la costa que impiden el correcto funcionamiento de la dinámica del agua y el transporte de sedimentos. Es difícil ahora resolver el asunto porque modificar toda la ocupación de la costa es prácticamente imposible, lo que sí que podemos hacer es procurar no intervenir más porque proponer nuevas infraestructuras en la costa difícilmente puede ser sostenible.
-Como los fondos marinos no se aprecian a simple viste parece que no sufren, pero ¿cuál es el impacto de la actividad humana?
-Es incuestionable que el hombre ejerce un impacto en la naturaleza desde el primer momento en que nace. La clave está en buscar un equilibrio entre el uso de la naturaleza, al cual el hombre tiene pleno derecho, y la conservación de la propia naturaleza porque el territorio lo tenemos que compartir con el resto de las especies y es el único planeta que tenemos para vivir.
-Turismo, pesca, urbanismo, falta de saneamiento...¿Cuál de estos aspectos resulta más perjudicial para el medio marino?
-Desde luego la construcción de edificaciones y obras portuarias en la costa es lo más perjudicial porque trae a su vez la ocupación de toda esa franja. Es lo que desencadena ese efecto dominó de un fenómeno de deterioro imparable.
-Con ese panorama, ¿qué tesoros han logrado albergar los fondos marinos del mar de Alborán?
-Ahora estoy más centrado en el Golfo de Cádiz y me quedo asombrado de la cantidad de cosas que desconocíamos. Hemos comprobado que la vida en el fondo del mar a profundidades elevadas hasta los 2.000 metros es espectacular pese a la negritud más absoluta. Prácticamente ocurre lo mismo en el mar de Alborán, sobre todo en la dorsal donde el Gobierno ha emprendido compromisos internacionales para estudiar esas zonas y establecer alguna figura que conserve estos espacios dentro de la Red Natura 2000.
-¿Cree que hay suficientes zonas protegidas?
-Nunca está la naturaleza lo suficientemente protegida. La capacidad que tiene el hombre de ser agresivo con la naturaleza es muy superior a la capacidad que tiene el mismo hombre para proteger aquellos espacios que tengan un alto valor ecológico. Es verdad que en los últimos años se han emprendido muchas iniciativas, aunque siempre respondiendo a impulsos políticos de carácter internacional. La realidad es que es muy difícil entender que es importante algo que no se ve y valorar la belleza de algo que está en lo más recóndito del océano. Pero ahí es donde está el reto de los investigadores para mostrar todas esas cosas y que el ciudadano sepa que es lo que tiene en su territorio más cercano.
-¿Por qué está tan interiorizado la protección en zonas terrestres y no en cambio en el fondo del mar?
-El ser humano es eminentemente continental y el océano para él es un medio agresivo, así que la sensibilidad que tiene de natural el hombre hacia el medio marino y hacia lo que hay sobre la superficie del fondo es muy relativa.
-¿Qué porcentaje se conoce realmente de lo que atesoran los fondos marinos?
-Me atrevería a decir que conocemos más de la superficie de la Luna o de Marte que de los fondos marinos profundos. Sólo se tiene conocimiento de los fondos marinos de la zona que usamos. Por ejemplo se tiene información detallada de los caladeros de pesca, de las zonas donde se va a construir un puerto y de un pasillo donde se quiere construir una tubería submarina. Pero el conocimiento detallado de algunos lugares que son cruciales para el sostenimiento del ecosistema marino y de la vida del planeta es muy reducido. Hay que tener en cuenta también que la investigación marina es casi tan cara como la aerospacial pese a que son complementarias. De hecho, los planteamientos que se están exponiendo en la prospección en Marte están basados en experiencias que se han tenido en el océano y en la tierra. Un ejemplo es Riotinto donde se ha estudiado para tratar de saber qué es lo ha sucedido en Marte.
-Con la situación económica actual, ¿cuál es el futuro de la investigación?
-El futuro dependerá de los recursos que tengamos. España afortunadamente tiene en investigación marina unas infraestructuras muy buenas y competitivas. El problema es que prácticamente todas las instituciones científicas dependen de los presupuestos públicos. Aquí hay un fallo crucial en el sistema de I+D+i porque adolece de un impulso que existe en otros países en los que las empresas privadas cooperan con instituciones científicas. Si lográsemos que se incrementen las inversiones que las empresas realizan en investigación muy probablemente los avances científicos serían mucho más significativos que ahora.
-¿Cree que los fondos marinos de Málaga albergan bolsas de gas?
-Nos es que lo crea es que lo sé porque por fortuna llevo investigando la margen continental muchos años con los mismos sistemas de prospección que utilizan las empresas petroleras. Por eso, me pregunto el por qué se ponen tantísimas objeciones a un tipo de prospección auspiciada por esas empresas y sin embargo no a instituciones del Estado que usan los mismos métodos y los mismos principios precautorios. Estos proyectos están socialmente mal vistos, pero claramente es una postura que no se corresponde con la realidad. Me parece un error acusar por principio a estas empresas de contaminar o de perjudicar el ambiente marino porque veo una falta de argumentos. Quizás deben mejorar su imagen pública porque es cierto también que ha habido grandes desastres que son imputables a la falta de seguridad. Son actuaciones bochornosas pero que no pueden descalificar al resto de las empresas ni aseverar con tanta rotundidad que no se va a hacer nunca una prospección de gas porque las afirmaciones tienen que ir acompañadas de argumentos sólidos.
-En cualquier caso, ¿ese gas sería lo suficientemente abundante como para ser comercializado?
-Si lo supiera te puedo asegurar que tendría una empresa petrolífera con capital propio. Esa es la gran cuestión, aunque los indicios que hay son lo suficientemente rigurosos como para poder pensar que hay recursos bastantes como para proceder a hacer una explotación. Lo que es incuestionable es que todo la margen continental del mar de Alborán tiene importantes cúmulos de gas. No estamos hablando de petróleo, que teóricamente podrían tener un mayor impacto, porque el impacto que la prospección y explotación de gas pueden causar es mínimo y es más el impacto que causa el propio fondo del mar expulsando metano que el que podría causar una explotación de este tipo por una fuga accidental.
-¿Estaría de acuerdo por tanto con que se exploten esos pozos?
-En lo que estoy de acuerdo es que la prospección es lógico que se realice. Todos los informes que leo me llevan a pensar que las empresas que están proponiendo prospecciones lo están haciendo con conocimiento de causa y rigor científico. Entonces no comprendo por qué esa fase de prospección se está bloqueando. La posibilidad de que pueda haber recursos energéticos generaría también movimiento importante en cuanto a dar empleo y fomento de la riqueza de la región. Lo mismo que no me entra en la cabeza por qué no se autorizan aerogeneradores en el mar como ha ocurrido en Reino Unido y sin embargo aquí teniendo lugares similares hay una cerrazón un tanto obtusa muy difícil de entender cuando con los nuevos avances ni siquiera tocan el fondo.
-¿Qué influencia tiene el mar en el fenómeno del cambio climático?
-En realidad todavía no se sabe. Por un lado favorecen la absorción de CO2, pero otro expulsa metano, que está considerado como el tercer gas invernadero. Los fondos marinos están enriquecidos en metano muy cerca de la superficie del fondo y cualquier proceso de alteración podría poner en movimiento grandes masas de este gas que si alcanza la atmósfera multiplicaría el efecto invernadero. Afortunadamente la mayor parte del metano está en lugares en los que abundan las bacterias que se dedican a consumirlo a medida que asciende hacia el fondo del mar.
-¿Cómo afectará la subida del nivel del mar por el calentamiento del planeta en una provincia con una franja costera tan urbanizada?
-La subida del nivel del mar tampoco está absolutamente comprobada. Sí que hay oscilaciones en la posición del nivel marino, pero los modelos no son excesivamente rigurosos en cuanto al pronóstico que puedan hacer. Es cierto que cuando hacen análisis de tendencia se observa esa subida. Pero quién nos dice a nosotros que esa tendencia pueda quebrarse en algún momento y caer. Por eso, hay que usarlas con cautela porque no tenemos suficientes datos científicos para analizar con detalle las oscilaciones climáticas.
-Pero ni se tienen en cuenta las observaciones ni las tendencias a la hora de construir en el litoral...
-Desde luego que no, pese a que en esta zona es factible que se produzca un tsunami en cualquier momento. Esto generaría ascensos del nivel del mar muy fuertes y que destruirían parte de las infraestructuras que hay ahora mismo en la Costa del Sol. Y esto hay que considerarlo porque no hay absolutamente ninguna medida de prevención sobre catástrofes naturales. La prueba está en las imágenes de las últimas inundaciones en las que quedó claramente de manifiesto que las riberas de los ríos están ocupadas y que la mayor parte de los arroyos ha reducido la anchura del cauce con lo cual cuando hay avenidas el río crece en vertical y su capacidad destructiva es mucho mayor. Pero se siguen encauzando los arroyos y se sigue construyendo en las riberas de los ríos. Necesitamos una cultura de mejor integración del ser humano en la naturaleza que no se tenga sólo en cuenta cuando ocurren estos desastres y que al final se arreglan con cargo a los cuentas públicas y vuelta a empezar. Es lo mismo que ocurre con las playas, se vierte continuamente arena y se habla de regeneración cuando las playas han desaparecido porque nos ha dado por construir en ellas. Pero la mar y la naturaleza siempre tratarán de recuperar su territorio.
También te puede interesar
Lo último
El parqué
Pendientes de Trump
Tribuna Económica
El renacimiento de la energía nuclear: España a la contra
En tránsito
Eduardo Jordá
Sobramos
Editorial
Situación insostenible en la Fiscalía del Estado