Espejos en los que mirar el mañana con seguridad

'Málaga Hoy' premia el trabajo y la entrega de dos creadores de cultura y tecnología, de un entrenador de sueños, de un artista en constante reinvención y de una organización que sacia el hambre de los desamparados

Antonio Meléndez, Luis Fernando Martínez, Javier Ojeda, Carlos Sánchez Ramade y Manuel Pellegrini, charlan antes de brindar por el año nuevo en la terraza del Hotel AC Málaga Palacio.
Antonio Meléndez, Luis Fernando Martínez, Javier Ojeda, Carlos Sánchez Ramade y Manuel Pellegrini, charlan antes de brindar por el año nuevo en la terraza del Hotel AC Málaga Palacio.
C. Fernández · J. L. Malo Málaga

31 de diciembre 2013 - 01:00

Después de un año tan complicado, se presume difícil alzar la copa sin perder el optimismo y brindar por un mañana mejor. Pero siempre hay espejos en los que mirarse para afrontar el futuro con mayor seguridad, ejemplos que se han alejado del victimismo, que han apostado por ser imaginativos, innovadores, por resistir y aportar lo mejor de sí mismos para salir vencedores y hacer de esta sociedad un lugar mejor. El entrenador del Málaga C.F., Manuel Pellegrini, el incombustible Javier Ojeda, los gerentes del Teatro Alameda, el presidente de AT4 wireless y el presidente de Los Ángeles Malagueños de la Noche han sido este año nuestros Malagueños de hoy.

Los galardones llegan a su octava edición para destacar los éxitos del día a día, los pequeños y grandes logros, las hazañas publicadas en la prensa y las acciones que, a pesar de quedarse en el anonimato, resultan manos tendidas para los que más lo necesitan. Este año, como novedad, un jurado externo a la redacción de este periódico ha premiado por unanimidad la trayectoria de la única sala de teatro privada de Andalucía con más de 300 localidades, el Teatro Alameda. Pero poco ha motivado más satisfacciones en 2012 que el fútbol.

Seguramente Manuel Luis Pellegrini Ripamonti fue uno de los mejores canalizadores de alegría de 2012; ya se sabe el poder de influencia del balón en las masas. En el qué y en el cómo figuró la maestría del chileno. Llevó al Málaga a donde el fútbol no lo había hecho antes, los octavos de final de la Liga de Campeones, a través de un estilo delicioso. Ganar mucho y jugando bien era una empresa desconocida por el aficionado malagueño, que ha sabido reconocerle los méritos. La placa que levantó en los salones del AC Málaga Palacio obedecía justo a ellos.

Tener al equipo invicto en Europa; propulsar como mejor jugador europeo sub 21 a Isco, canterano predilecto y premiado en la edición anterior por este periódico; devolver a Joaquín a su mejor versión o ser capaz de hacer olvidar la marcha de Cazorla son otras de las condecoraciones del Ingeniero, cuyo nombre es aclamado partido a partido en las gradas de La Rosaleda.

Afincado en Marbella y amante de la calidad de vida de la ciudad, su caché internacional ya está impregnado en el equipo y en el club. Sus logros han trascendido Málaga para conocer una explosión dimensional que ha convertido al equipo blanquiazul en uno de los más simpáticos del Viejo Continente por su fútbol alegre. La opinión pública es unánime: él es el gran artífice de que el Málaga CF viva la mejor etapa de su historia.

Para Javier Ojeda este premio llegó en forma de reconocimiento de tres décadas de carrera y unos últimos años de "trabajo salvaje". En 2010 realizó su trabajo de investigación Historia del Pop Malagueño, publicó su disco Reverso, organizó un concierto de tributo a Los Íberos, otro de homenaje a Marisol y celebró los 30 Tacos de Danza Invisible, la banda con la que se lanzó al mundo de la música cuando tan sólo tenía 18 años, además de "hacer dúos con la mitad de España".

No parar ha supuesto para Ojeda, "el eterno amateur", un verdadero revulsivo. "Llego a los cuarenta y muchos en plenitud de mis facultades vocales y he aprendido a ser mucho más libre", aseguró el cantante, que lo dejó sus estudios a pesar de sus buenas notas para aventurarse a hacer lo que realmente le llenaba. Su trabajo incansable ya forma parte del patrimonio cultural de la ciudad.

Precisamente promover la cultura a través del entretenimiento ha sido el leitmotiv de los hermanos Sánchez Ramade, gerentes del Teatro Alameda, una sala que acaba de cumplir 51 años. "La cultura ha sido un pilar bastante tocado con la crisis y la subida del IVA, así que este premio es un refuerzo muy positivo, nos da fuerzas para seguir apostando por esto", comentó Carlos Sánchez Ramade, que destacó el "fuerte componente de romanticismo" de su profesión. "Hay que creer en lo que estás haciendo e intentar que no te afecten demasiado las adversidades que van minando poco a poco", añadió.

A pesar de la valentía, también confesó Sánchez Ramade lo complicado del momento para traer compañías, para la producción y la distribución porque "el IVA nos ha machacado, no nos dejan márgenes de maniobra para seguir subsistiendo". A pesar de todo, estos empresarios seguirán acercando a los malagueños el teatro y la música, la risa y la comedia necesarias para pasar baches amargos.

Luis Fernando Martínez, presidente de la empresa AT4 wireless, llegó a Málaga para vivir la gestación del Parque Tecnológico y convertirse en uno de los padres de aquel proyecto inicial "de fábricas productivas" con un laboratorio que se fue especializando en telecomunicaciones. Desde hace seis años más del 80% de su actividad es internacional. La constancia y el esfuerzo son claves de su éxito. "Hay que tener ética, profesionalidad y conocimiento", aseguró poco después de recibir el premio. "Como decía Picasso, hay que invertir muchas horas de trabajo continuado y tesón sin complejos, sin arrogancias, pero sabiendo que hay otra forma posible", agregó Luis Fernando Martínez.

Este madrileño de nacimiento y malagueño por convicción tiene claro un axioma. "Nuestra Universidad tiene capacidad de formar a personas altamente capacitadas, hay que poner ese conocimiento en contacto con el mercado, así que nosotros siempre hemos apostado por el conocimiento que genera la UMA", señaló Martínez. Y no son palabras vacías. Su empresa siempre ha estado en contacto permanente con la institución académica, a través de becas de prácticas, la financiación de tesis y de trabajos de investigación. "Tenemos un compromiso generacional, ético, de poner en valor todo ese conocimiento", subrayó.

Si Luis Fernando Martínez y su equipo tienen un compromiso con los jóvenes mejor preparados de la provincia, Antonio Meléndez y el resto de voluntarios de Los Ángeles Malagueños de la Noche lo tienen con aquellos que menos poseen. Este 2012 las necesidades se han generalizado tanto que su trabajo ha sido especialmente intento. "Hemos notado mucho la diferencia porque en 2011 dábamos unas 500 cenas al día, bocadillos, leche, yogures y magdalenas y este año hemos servido desayuno, almuerzo y cena a casi 2.000 personas diarias", explicó Antonio Meléndez tras la entrega del galardón.

Policía Nacional jubilado, Antonio se confiesa "el hombre más feliz del mundo". Aunque el camino sea duro, ayudar a los demás es el motor que hace que su vida gire. A las 7:00 ya están sirviendo café en la caseta que la asociación tiene junto al Guadalmedina. Antes acudían las personas que vivían en la calle. Ahora llegan familias enteras ahogadas por la crisis. "Este premio nos vale para que nos conozcan más los malagueños y nos aporten alimentos, para despertar la conciencia y que la gente se acuerde de quien no tiene nada", comentó Meléndez, que repartió junto con 200 voluntarios unos 2.500 menús en Nochebuena. La solidaridad no se marcha de vacaciones. Su trabajo y el del resto de premiados hizo durante este 2012 de Málaga una ciudad mejor.

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