Marbella vuelve a Marbella
El municipio malagueño goza del lujo de antaño tras superar la crisis y los estigmas de la corrupción Al alza el turismo ruso y el árabe
Marbella brilla como en sus mejores tiempos. Se ha limpiado los estigmas del gilismo y las corruptelas para mostrarse como lo que realmente siempre fue: el destino turístico más lujoso de España. Marbella renace tras varios años de depresión, escándalos urbanísticos y salsa rosa. No hay un único motivo que explique su resurgimiento pese a lo galopante de una crisis aún voraz, aunque empresarios y expertos coinciden en algunas claves. Una de ellas es la más que probada fortaleza de la marca Marbella; otra el empuje de los emisores internacionales, sobre todo aquellos de alto poder adquisitivo; también la visita de la primera dama estadounidense Michelle Obama. Hace justo una semana se cumplieron tres años de su estancia en el exclusivo Villa Padierna. Obama dio el espaldarazo a una Marbella que ya daba síntomas de recuperación. Marbella vuelve a ser Marbella.
"Tenemos overbooking. Y con preocupación porque con el Ramadán acabado se espera una buena cantidad de turistas del Golfo Pérsico", cuenta Ricardo Arranz. En 2003 fundó el complejo Villa Padierna que alojó a Michelle Obama, la esposa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Aunque se asocie a Marbella, Villa Padierna se ubica verdaderamente en Benahavís. Arranz ensalza las bondades del triángulo de oro que Benahavís integra junto con Marbella y Estepona. "Es uno de los mejores sitios de Europa en cuanto a infraestructuras, clima y seguridad, pero hay que saberlo vender", señala el empresario, poco dado al elogio al político. Sí cree que el llamado efecto Obama ayudó a la imagen de Marbella, aunque lamenta que se pudo aprovechar mejor: "Fue un antes y después, tuvo un gran valor para la proyección internacional de Villa Padierna, pero España no ha tenido habilidad para hacer marketing con este acontecimiento. En Italia o Francia habrían explotado mejor esta lotería".
Marbella, mientras tanto, exhibe cifras de récord. El municipio costasoleño no se libra del frenazo experimentado por el turismo español, pero este descenso es compensado por unos activos mercados extranjeros. "Hace tres o cuatro años recibíamos un 50% de turistas españoles y el 50% de turistas extranjeros. Ahora los extranjeros alcanzan el 75%. En los últimos dos años se ha producido un incremento acumulado del mercado internacional de un 20%", detalla José Luis Hernández, delegado municipal de Turismo del Consistorio marbellí.
Hernández duda de que este crecimiento sea causa directa de la visita de Michelle Obama, aunque sí cree que fue "un punto de inflexión" que rompe con los escándalos y la imagen casposa que se forjaron con los comienzos de los 90. "Dábamos una imagen lamentable y cutre. Marbella deja atrás aquello y entra en una nueva dinámica", explica. "Marbella venía haciendo un trabajo sordo para restablecer su marca que coincidió con la visita de la familia Obama. Su estancia consolida el trabajo hecho. Nos ha dado prestigio internacional", apostilla Hernández.
La ocupación para agosto roza el 80%, aunque en muchos hoteles encontrar plaza es misión casi imposible. El turismo árabe sigue pegando fuerte, pero la llegada de los rusos es la última tendencia. "Es un mercado que sigue creciendo. Tenemos que seguir trabajando para ponernos al nivel de Cataluña", resume Miguel Sánchez, hotelero y presidente del consejo de turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA).
Los números no arrojan dudas: el emisor ruso crece en Marbella a un vertiginoso ritmo del 50%. En la Costa del Sol la evolución es menor pero igualmente significativa, con 29.523 visitas de rusos de enero a julio del presente año, cerca de un 18% más. En 2012 sus estancias hoteleras ya aumentaron un 13,9% y su gasto un 15%, según los datos que maneja el Patronato de Turismo.
"Los rusos son los que están consumiendo los mayores precios en hoteles y compras. Es un mercado muy importante, pero hay que darles mayor seguridad jurídica", se queja Arranz, que reclama al Gobierno mayor claridad en sus planes de otorgar la residencia al extranjero que compre una vivienda. En un primer momento la condición indispensable fue que el inmueble costase 160.000 euros, ahora el mínimo es de 500.000. Los empresarios ven en Rusia una oportunidad para el turismo residencial, sobre todo para colocar las viviendas más caras. Los datos de la Asociación Provincial de Constructores y Promotores de Málaga (ACP) muestran una línea ascendente. En 2011 y 2012 los rusos ya compraron más casas, un 5 y un 8,45%. "Es un mercado emergente en pleno crecimiento, como el chino", señala Violeta Aragón, secretaria general de la asociación.
"Tranquilamente se pueden gastar 30 millones de euros en una casa. No hay límites", afirma Mitchell Cunild, de Cohen&Cunild. Esta empresa se dedica a vender artículos inaccesibles para bolsillos mortales. Desde viviendas a coches, pasando por barcos o joyas. Un ejemplo: en octubre pretenden poner a la venta el Lykan HyperSport, el primer superdeportivo árabe, de origen libanés y el más caro del mundo. Además de sus 750 CV destaca por ser el único automóvil en integrar diamantes en los faros. Su precio rondará los 2,8 millones. "Si lo traemos es porque vemos que hay mercado", justifica. A día de hoy no se comercializa en Europa.
Es una prueba del poderío marbellí, donde las ventas de artículos de lujo están en auge. "Se nota una mejoría cada seis meses. Los rusos y árabes son los que más gastan, pero también los marroquíes y norteamericanos", enumera Cunild. Arranz comparte su opinión en cuanto al repunte del gasto: "Los precios medios están subiendo. Ahora se vende a un precio normal. Eso da la posibilidad de dar un buen servicio".
No todo son parabienes. Una de las exigencias del sector turístico tras la visita de Obama era que el vuelo directo Málaga-Nueva York durase todo el año, no solamente en temporada alta, pero no fructificó. "Estamos dispuestos a colaborar con Delta Airlines, pero no a subvencionar", indica al respecto el consejero de Turismo de la Junta, Rafael Rodríguez.
El marbellí Dani García, dos estrellas Michelin en Calima, se muestra satisfecho por los nuevos aires que corren por Marbella. El prestigioso cocinero cada noche deleita a una media de 64 personas, a 145 euros cada una. "En Calima hemos tenido el mejor julio", reconoce. "Antes nos asociaban a lujo y corrupción, ahora sólo al lujo. Estamos cambiando. Marbella es una ciudad de muchas posibilidades, quiere dar lo mejor de sí. Miramos hacia adelante", asiente.
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