Viajes a bordo de un bacaladero
Probablemente, el Santa Maria Manuela sea uno de los más singulares veleros llegados a Málaga en los últimos años. Procedente de Portimao y con destino a Barcelona, esta goleta de cuatro mástiles, atracó el domingo en el muelle número 2 en lo que ha constituido su primera visita al puerto malagueño. Dedicado a realizar navegaciones de no más de una semana de duración, este barco de bandera portuguesa, que puede embarcar hasta 50 alumnos que quieran aprender las artes de la mar, además de a un reducido grupo de pasajeros (nunca más de 12), constituye una innovadora alternativa a los habituales viajes turísticos por mar. Construido en 1937 en los astilleros lisboetas Companhia Uniao Fabril, este bacaladero faenó con la flota blanca de pesqueros portugueses en Terranova y Groenlandia hasta 1963, año en el que, despojado de sus mástiles, siguió pescando como un buque a motor.
Abandonado en 1993, la creación de una fundación con el nombre del barco, salvó al Santa Maria Manuela del desguace. Adquirida la goleta en 2007 por la empresa lusa Pascoal & Filhos, el buque comenzó a ser reconstruido; primero en Portugal y finalmente en la Factoría Naval de Marín, donde en abril de 2010 se completaba la reforma.
Con 68 metros de eslora y 607 toneladas de registro bruto, este bacaladero que gestiona 1.120 metros cuadrados de superficie vélica repartida en un máximo de 12 velas, navega con 18 tripulantes. Además de participar en festivales y regatas de grandes veleros, el Santa Maria Manuela efectúa viajes culturales con la posibilidad de embarcar a un total de 72 personas que pueden participar en todas las maniobras del buque. Un velero que llega por primera vez a Málaga consignado por la agencia Cabeza Marítima, y que en octubre, regresará a las aguas del puerto.
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