El Marqués de la Sonora o el proyecto infinito
La última licencia de obras para un hotel data de abril de 2008 Urbanismo abrió expediente para caducar el permiso a finales de 2011
El debate casi eterno sobre el abandono de edificios en el Centro histórico y el control que ejerce el Ayuntamiento para garantizar la conservación de los inmuebles deja entrever episodios que se alargan en el tiempo sin una solución cierta. Justo cuando los responsables de la Gerencia de Urbanismo, con el concejal de Ordenación del Territorio y Vivienda, Francisco Pomares, al frente enfatizan el papel del organismo para exigir a los propietarios el cumplimiento de sus obligaciones con las construcciones, se conoce la decisión de prolongar el fallo final sobre el Palacio del Marqués de la Sonora y la expedición o no de la demandada licencia de obras por parte de Salsa Inmobiliaria.
La firma privada dispondrá hasta el próximo viernes para presentar la documentación requerida por Urbanismo para poder tramitar el citado permiso. La ampliación se produce después de que la promotora, que pretende ejecutar un hotel de cinco estrellas en la calle Granada, presentase el 25 de marzo "una nueva solicitud de ampliación del plazo para aportar la documentación". La misma, según informaron desde el Ayuntamiento, debe cumplir con la normativa de protección contra incendios, para la obtención del preceptivo informe favorable de Bomberos, y de la normativa de accesibilidad (D 293/09) en vigor y de la ordenanza municipal sobre accesibilidad.
Pero, ¿es la primera ocasión en la que Urbanismo autoriza una ampliación de los plazos? No. A principios de junio del año pasado, es decir, hace ahora casi nueve meses, el Consejo de Administración de Urbanismo dio luz verde a la petición de Salsa de reactivar una licencia a la que en diciembre de 2011 se había abierto un expediente para declarar su caducidad. Expediente que no llegó a culminar con la anulación del permiso.
La penalización fue levantada, según se expuso en su momento, después de que la promotora entregase una nueva documentación adecuando el proyecto de intervención. Sin embargo, dicha revocación estaba pendiente de que la firma pagase las tasas, del informe positivo de Bomberos y de cumplimiento de la normativa de accesibilidad. Dos aspectos, estos últimos, que vuelven a reclamarse nueve meses después.
La Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) marca en su artículo 173, sobre la Eficacia temporal y la caducidad de la licencia urbanística, la posibilidad de que los municipios concedan prórrogas de los plazos de la licencia "por una sola vez y por un plazo no superior al inicialmente acordado". En el caso del Marqués de la Sonora la licencia fue concedida en abril de 2008.
A pesar de ello, el Ayuntamiento no ha incluido el inmueble de calle Granada en el registro de solares y edificaciones ruinosas, principal herramienta de la que dispone Urbanismo para incentivar la actuación de los privados. Y ello a pesar de tener esa posibilidad si hubiese declarado la caducidad de la licencia.
En el punto tres del artículo 173 de la LOUA se precisa que la declaración de la caducidad de una licencia "extinguirá la autorización, no pudiéndose iniciar ni proseguir con los actos, si no se solicita y obtiene una nueva licencia". Justamente lo que ahora busca Salsa. Y añade: "Transcurrido el plazo de dos meses desde la notificación de la declaración de caducidad de la licencia sin que se haya solicitado la licencia o, en su caso, denegada la que haya sido deducida, procedería a declarar la constitución de la parcela o solar correspondiente en la situación de venta forzosa para su ejecución por sustitución".
El caso del Marqués de la Sonora es singular. No sólo por el icono que supone el edificio, que data de 1789, y por su ubicación, en las cercanías de la Plaza de la Merced y del Museo Picasso, sino por lo agitado de todo el proceso de impulso y desarrollo, que se remonta a hace ya casi diez años. En este periodo se ha convertido en uno de los ejemplos más llamativos de abandono de cuantos existen en el casco antiguo, al punto que desde hace casi seis años únicamente se mantienen en pie las fachadas de la construcción, tras el desprendimiento su parte interior.
La iniciativa privada se topó con otros numerosos problemas, caso de la aparición de restos arqueológicos en el subsuelo y la exigencia de la Consejería de Cultura de preservarlos. Todo ello afectó de lleno a la viabilidad del proyecto hotelero, al punto de que la cadena que iba a explotar el establecimiento, Hospes, renunció al acuerdo alcanzado con Salsa. Los datos iniciales apuntaban a que se trataría de un edificio con 45 habitaciones.
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