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Una franquicia de bocadillos se anuncia en el balcón de una vivienda de la Plaza de la Constitución, una práctica que está prohibida según el plan especial del centro
El casco histórico de la ciudad ha de regirse por la discreción y la armonía en sus edificios, muchos de ellos catalogados como construcciones protegidas por su valor arquitectónico. En base a ello, los comercios están obligados a cumplir una serie de restricciones en materia de publicidad, que en otros barrios ni se contemplan, con rótulos y cartelería que guarden relación con la estructura del edificio y siempre sin sobrepasar la planta baja. Sin embargo, lo que queda expresamente prohibido en las ordenanzas y normativas del plan especial del centro (Pepri) es "todo tipo de publicidad informativa de plantas altas y sobre las cubiertas de los edificios".
Poco o nada parece haberle importado la prohibición a una franquicia de comida rápida inaugurada hace unos meses en las inmediaciones de la Plaza de la Constitución, que recientemente ha colocado un anuncio en uno de los balcones de la plaza. La conocida cadena de bocadillos ha cubierto el balcón de la vivienda de un particular con un cartel en que se visualiza el nombre de establecimiento y su localización cercana -a diez metros, según el cartel-, con lo que ha conseguido dar más visibilidad a un negocio algo escondido en la estrecha calle Santa María.
La construcción en la que se encuentra carece de ningún tipo de protección arquitectónica, al tratarse de un bloque de nueva planta, mientras que los dos colindantes sí que están registrados en el Catálogo de Edificios Protegidos. Pero a pesar de ello, esté o no protegido, el Pepri centro no hace distinción al respecto, al buscar la norma la armonía en todo el entorno.
Este periódico se puso en contacto con en particular que tiene en alquiler el piso sobre el que cuelga la publicidad, que se negó a hacer ningún tipo de declaración respecto a la cantidad de dinero que ha percibido o percibe por parte de la franquicia por hacer de soporte publicitario.
Para el resto de la ciudad, según recoge el Plan de Ordenación Urbanística, los carteles, anuncios y rótulos publicitarios en las fachadas o sobre los edificios quedan sometidos a previa licencia municipal. Por lo que el interesado ha de presentar una solicitud acompañada del proyecto de instalación, en el que se reflejarán sus características técnicas y se garantizará su integración con el resto de los elementos de la fachada.
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