Limasa y el comité, sin acuerdo a una semana de la huelga de basura
La mediación del Sercla tampoco funcionó ayer para acercar posturas y ya no se prevén nuevos encuentros hasta el fin de semana
Un día menos para que comience la huelga indefinida de basura convocada por los trabajadores de la empresa mixta de limpieza Limasa y un día perdido para tratar de evitar el conflicto. Ni en la reunión de la mesa negociadora celebrada el lunes hubo avances ni los hubo tampoco en el acto de mediación de ayer en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla).
Las posturas de ambas partes siguen inamovibles y sin pretensión aparente de flexibilizar los respectivos planteamientos en aras de encontrar una solución antes de que en la medianoche del próximo lunes al martes dé comienzo un paro del servicio de limpieza y recogida de basura en la capital. Ayer volvió a quedar claro porque la reunión en el Sercla terminó como era de esperar sin avenencia y sin fecha prevista para un nuevo encuentro.
Y la dirección de la empresa, de la que el Ayuntamiento de Málaga forma parte con el 49% del accionariado, no tiene intención de mover ficha de momento. El argumento del concejal de Sostenibilidad Medioambiental en el Consistorio, Raúl Jiménez, insistió de nuevo ayer en que "no tenemos 10 millones de euros para aceptar las exigencias del comité de empresa", pero en cualquier caso aclaró que "aunque lo tuviéramos no nos gastaríamos ese dinero en mejorar las condiciones de los fijos".
Alto y claro. Limasa ha puesto encima de la mesa su propuesta que consiste en contratar a más eventuales durante los meses de verano para que los fijos puedan descansar los sábados y domingos gracias al incremento del presupuesto ya comprometido por el Ayuntamiento para este año en 2,2 millones de euros.
Pero ni acepta de momento que los descansos de los fines de semana se pueda extender a todo el año ni está dispuesta a cambiar el actual sistema de vacaciones rotatorio durante los doce meses. Los representantes sindicales, en cambio, plantean la opción de que todos los trabajadores puedan disfrutar de cuatro semanas de vacaciones en verano y dejar otra para el invierno.
Sin embargo, el comité se muestra más inflexible en el cobro de los 1.431 euros de la llamada paga de productividad, que no cobran desde hace tres años y que piden que se prorratee en la nómina mensual.
Para el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, las exigencias sindicales "van a peor e incluso un paso más allá del convenio de 2010-2012 que quieren aplicar porque en ahora también pretenden que lo que se les abona en concepto de cesta de Navidad no tribute o tenga la menor retención posible".
El presidente del comité, Manuel Belmonte, se mostró preocupado por "la aparente tranquilidad de la empresa" a pocos días de que empiece la huelga e insistió en que "estaremos aquí para intentar negociar", pese a que reconoció la dificultad de la situación "por las distintas formas que tenemos de ver las cosas".
No obstante, la dirección de la empresa no descarta convocar una nueva reunión de cara al fin de semana.
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