Menos vatios de potencia
La nueva Junta de Gobierno de la Hermandad de la Victoria se estrenó en la calle · La 'revolución' esperada, no llegó
Si alguien esperaba una revolución con el cambio de Junta de Gobierno en la Hermandad de Santa María de la Victoria (José Atencia la ha regido durante 25 años) estaba equivocado. A pesar de abrir una nueva etapa, con distintas caras, el sabor de la procesión fue el mismo. Si bien la Virgen fue muy arropada en los prolegómenos de la tarde conforme pasaron las horas el público se fue diluyendo.
Cabe pensar que aunque esté haciendo cosas en Málaga aun queda mucho camino por recorrer para que el día de la patrona de la Diócesis tenga el esplendor que merece.
La Victoria salió a la calle rodeada de novedades, fruto de ese trabajo incipiente de los nuevos regidores de la hermandad victoriana. Posiblemente, más la importante de todas era que era la puesta de largo en la calle de la nueva junta tras sus elecciones en el pasado mes de febrero.
Pero la tarde de ayer era una réplica de otras muchas tardes victorianas. El patio de las cadenas de la Catedral de la Encarnación volvía a colmarse de público para ver la salida de la Virgen.
A las 19:30 iniciaba el desfile representaciones de todas las instituciones locales así como los guiones de todas las cofradías y hermandades malagueñas, tanto de pasión como de gloria.
En cabeza de procesión desfilaba la banda de cornetas y tambores del Real Cuerpo de Bomberos, madre y maestra en su género musical, que interpretó a su salida Cristo del Amor del maestro malagueño Pedro Escámez. A la mediación actuaba la banda de música municipal.
A las 20:00 horas la imagen de Santa María de la Victoria salía de la catedral bajo una intensa lluvia de pétalos y portando un ramillete en su mano izquierda, perteneciente a su ajuar. Habitualmente suele lucir un ave tallada.
Mientras, la banda de música de la Archicofradía de la Expiración, que la acompañaría hasta el final del recorrido interpretó el himno nacional, seguido de la marcha Málaga a su Virgen de la Victoria del Ginés Sánchez.
Una de las muchas novedades que se presentaban se daban en el mismo trono. La base del cajillo ha sido plateado y las cabezas de varal restauradas. Pero la iluminación de la patrona sigue siendo el talón de Aquiles estético del conjunto procesional.
Los arbotantes portaban luminarias de parafina en vez de cera. El foco, volvió a aparecer al caer la noche, aunque en esta ocasión la instalación eléctrica ha sido modificada para un menor impacto sobre la imagen. Aún mejorable.
Al llegar a la plaza del Carbón las distintas autoridades y la corporación municipal, al igual que todos los años, se retiraban del desfile, lo que provocó un pequeño descuelgue del cortejo que se subsanó en calle Álamos y volvió a comprimirse. Lo mismo hacía la banda de música municipal tras interpretar el himno nacional al paso de la patrona.
La procesión siguió hasta la plaza de la Merced donde se encontraba una de las novedades en el recorrido, ya que rodeaban todo el enclave. En ese momento la mayoría de las hermandades fueron abandonando y la virgen siguió por su barrio, con menos gente acompañándola, aunque unos particulares montaron un altar callejero.
Las hermandades que permanecieron fueron: Virgen de la Sierra, Carmen Doloroso, Medinaceli, Virgen de la Cabeza, hermandades del Carmen de El Palo y Pedregalejo, Divina Pastora, Carmen de El Perchel, Pollinica, Salutación, Humildad. Dolores del Puente, Pasión, Nueva Esperanza, Penas, Rescate, Sentencia, Rocío, Misericordia, Dolores de San Juan, Descendimiento, Calvario, Amor, Santo Cristo y Patronos Ciriaco y Paula.
El invento de la luz no fue más que un parche. El resultado estético, independientemente de la potencia, fue igualmente desacertado, aunque pueda pensarse que ya queda para que se apague definitivamente.
Sí hubo una notable mejoría en cuanto a la comunión de los hombres de trono con la música. Los mayordomos fueron más permisivos y, salvo excepciones, el trono no se bajó cuando sonaba alguna marcha procesional.
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