El Metro, una mirada entre el pasado y el futuro
Las obras del suburbano permiten descubrir un complejo alfarero del siglo XII en la Explanada de la Estación · A unos metros, los operarios trabajan en la conocida 'solución Bustinduy', que incluye el intercambiador
Una zanja abierta delata la presencia de la obra de construcción del Metro en el entorno de la estación de Renfe. A este punto de la ciudad entraron hace algunos meses las máquinas encargadas de construir los muros de hormigón que darán forma al paso subterráneo por el que en unos años transitará el ferrocarril urbano. Pero la brusca tarea de estos artilugios, que muerden el terreno sin descanso, ha sido sustituida por el menos áspero tacto de las palas y los picos, por el meticuloso ejercicio de la brocha y por la ciencia que busca el rescate de lo antiguo, de lo que quedó asentado en el pasado y que ha sido enterrado por el transcurrir de los siglos.
A apenas cientos de metros de esta localización los obreros de la empresa concesionaria, Metro Málaga, dan forma a la que será una de las grandes y complejas maniobras técnicas del suburbano: la conocida como solución C+. Una fórmula diseñada por el ingeniero Javier Bustinduy hará confluir los dos ramales, el procedente de Carretera de Cádiz y el de Teatinos, en un sólo espacio y una misma parada, el intercambiador de transportes que se construirá entre las estaciones de autobuses y ferrocarriles.
Es pues una mirada doble la del Metro. Una situada en el pasado; la otra, en el futuro. Y esa es una de las peculiaridades del trazado donde hoy se centraliza parte del suburbano, entre la calle La Unión y la Avenida de Andalucía, escenario de esa doble condición de una obra sin parangón que avanza con más lentitud de la debida en busca de su destino final, pero que en su deambular saca a la luz lo que durante siglos ha estado oculto.
La llegada de los tajos a la Explanada de la Estación ha traído consigo el descubrimiento de cinco hornos cuyo origen se estima en el siglo XII y que estuvieron asentados en lo que era extramuros de los arrabales de la ciudad. Los arqueólogos encargados de confeccionar el plan de intervención admiten la sorpresa que han tenido al toparse con este hallazgo, si bien restan importancia al mismo. "Estamos extramuros de lo que era uno de los arrabales de la ciudad medieval, que quedaba por donde circulaba antiguamente el arroyo El Cuarto y lo que tenemos aquí es un complejo alfarero de bastante entidad", expone José Mayorga, uno de los profesionales que trabaja en la excavación.
La duda respecto al futuro de los restos queda solventada. Si bien es la Junta de Andalucía la que debe determinar la solución final, Mayorga considera que desde un punto de vista estrictamente técnico no hay motivo para su conservación en el marco de la obra del Metro. "Por ahora, lo que hemos visto, no tiene una singularidad tal como para protegerlo", aclara, al tiempo que precisa que lo normal en estos casos es catalogar e informar de lo aparecido.
"Los datos que teníamos apuntaban a la aparición de enterramientos también de época medieval", añade el arqueólogo, que menciona que en el entorno de la calle Poeta Muñoz Rojas, la obra del suburbano ha permitido hallar una almunia, que era una especie de casa de campo. La tarea no se limita al entorno de la estación de Renfe, sino que continuará en Callejones del Perchel y su conexión con la Avenida de Andalucía. "Todo Callejones estaba intramuros del arrabal islámico y sabemos que de ahí hasta el Corte Inglés hay ocupación", expone.
Con nueve siglos de diferencia, la mirada del Metro se asienta también en la ejecución de la conocida solución Bustinduy. Para lograr una respuesta adecuada a esta iniciativa, las manos del ingeniero Javier Bustinduy perfilaron sobre el papel un diseño nada convencional en los tubos por los que accederán los trenes a la citada estación.
A diferencia de lo que ocurre en el resto del trazado, a excepción del paso por Callejones del Perchel, las líneas 1 y 2 (Malagueta-Teatinos y Malagueta-Martín Carpena, respectivamente) se unirán a la altura de la calle Poeta Muñoz Rojas en un doble túnel, superpuesto uno sobre el otro, que, en su llegada a la parada. Ello permitirá crear una doble nivel que facilitará el movimiento de los usuarios de una línea a otra.
"Este espacio es el punto de unión de las tres ramas de la Y del Metro", señala el director del proyecto, Enrique Salvo, quien recuerda que la complejidad de la solución radica en la profundidad de las pantallas ya excavadas, que alcanzan los 35 metros. No obstante, alaba la solución planteada, puesto que "genera el gran intercambiador modal de Málaga". "Aquí se va a producir la gran distribución de pasajeros, con unos 14 millones al año", indica.
La previsión de los responsables del suburbano es que no sea hasta principios de 2013 cuando esté operativo el trazado que irá desde El Corte Inglés hasta el intercambiador de la calle Mendívil, punto desde el que se desdoblarán los ramales hacia Teatinos y Carretera de Cádiz, respectivamente. Y ello no será posible antes dado el retraso que acumula la intervención en la calle Cómpeta, donde la obra se demorará al menos 14 meses.
Otro de los puntos en los que la presencia de la maquinaria del ferrocarril urbano es evidente es Callejones del Perchel. Según los responsables de la empresa adjudicataria, en este momento se actúa en la ejecución del murete guía que permitirá la llegada de una segunda pantalladora para avanzar en las pantallas de hormigón. El objetivo es que para febrero o marzo del año que próximo, Callejones del Perchel sea liberado en superficie.
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