La familia Gadafi tiene dos viviendas de lujo en Marbella

Las villas son utilizadas esporádicamente por Seif el Islam, el hijo elegido por el coronel para sucederle, y por Aisha Gadafi · Los proyectos en la zona también incluyen suelos en Manilva, Sotogrande, Sevilla y Granada

Encarna Maldonado / Málaga

27 de febrero 2011 - 10:46

Las propiedades del régimen de Gadafi en la Costa no se circunscriben a la fenomenal finca de La Resinera, en Benahavís, sino que incluye varias propiedades inmobiliarias, incluyendo dos viviendas en Marbella que suelen ser utilizadas por su hija Aisha y su hijo Seif el Islam, al que el dictador libio había elegido de entre sus ocho descendientes para sucederle en el Gobierno. De hecho, Seif el Islam ha sido junto al propio Gadafi el único de la familia que durante las manifestaciones y movilizaciones populares contra el régimen ha aparecido públicamente para defender el régimen y amenazar con una guerra civil si la población no depone sus protestas.

Tanto Aisha como Seif el Islam han acudido esporádicamente a estas villas, aunque ha sido el elegido de Gadafi el que ha tenido más apego a esta localidad para seguir de cerca los negocios. Aquí cuenta con un abogado de confianza que se ocupa de sus intereses. Un empresario recuerda que hace ya años llegó a reunirse con él para analizar un negocio inmobiliario que finalmente no fructificó "aunque no supe que se trataba del chico de Gadafi hasta después". No en vano el sigilo preside la presencia de los Gadafi en la Costa.

También se difundió a media voz su presencia en el hotel Las Dunas de Estepona donde mantuvo con intermediarios británicos y enviados del Gobierno estadounidense reuniones previas al acuerdo para indemnizar a las familias de las víctimas del atentado al avión de la Pan Am cuando sobrevolaba Lockerbie (Escocia). Durante la visita de Muammar Gadafi a España en 2007, Seif el Islam presumiblemente estaba en su villa de Marbella y hace poco más de un año también se difundió su presencia en la zona vinculada a la posible compra de un hotel en crisis que finalmente no fructificó.

Las visitas de los Gadafi a Marbella están envueltas en la discreción. "Hace años se montaban dispositivos de seguridad cuando venía alguno de ellos, aunque entonces iban más hacia la zona de Estepona. Pero ahora hace tiempo que no", recuerdan fuentes de la seguridad local. En sus estancias su protección la confían exclusivamente a su propio personal.

Al margen de estas dos viviendas de uso personal, el régimen de Gadafi posee a través del Libyan Foreign Bank la finca La Resinera, 6.500 hectáreas que se extienden por Benahavís, desde el límite de Estepona, hasta llegar a Júzcar y Pujerra. Ahí, en una parcela de 500 hectáreas, propusieron a la Junta de Andalucía a finales del año pasado levantar un campo de golf de 18 hoyos, con hotel y 1.915 viviendas. El planteamiento de los promotores es que el proyecto sea considerado de interés autonómico, sello que le permitiría saltarse las limitaciones que impone el Plan de Ordenación Territorial de Andalucía (POTA) en Benahavís.

Además, al entorno de los Gadafi se le atribuyen propiedades en Sabinillas (Manilva), Sotogrande (Cádiz) y en menor medida en Sevilla y Granada. Generalmente se trata de suelos sin desarrollar. No obstante, las inversiones oficiales libias en España se articulan fundamentalmente a través del Aresbank, una entidad de la que controla el 99,8% de su capital desde 2007, tras la salida de los socios españoles.

El régimen de Gadafi no se ha detenido en lo meramente económico, sino que también se ha extendido aunque tímidamente al ámbito cultural y religioso. La visita que realizó en el verano de 2007 a España tuvo su origen en una invitación para viajar a Andalucía que surgió durante un seminario celebrado en Córdoba del World Islamic People Leadership (WIPL), una organización internacional presidida por el líder libio y de la que era representante para Europa el fallecido Mansur Escudero, entonces presidente de la Junta Islámica de España.

La querencia de los árabes por la Costa del Sol arranca de la década de los 70 y 80, cuando Marbella se convirtió en un refugio de verano para las fortunas alimentadas por el petróleo y animadas por las siempre fastuosas visitas de familia real de Arabia Saudí. En aquellos años tomaron posiciones en la zona familias próximas a las realezas de Kuwait, Dubai, Abu Dhabi y Bahrein, otro de los países actualmente en crisis tras las movilizaciones sociales contra el régimen que la gobierna y la brutal represión que se está llevando a cabo. Un hermano del rey de Bahrein reside desde hace años en una de las urbanizaciones de lujo del extrarradio de Estepona y ha liderado con diferente éxito varios negocios de hostelería en la zona.

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