En el punto de partida

Las palmas-málaga

Un infantil penalti de Recio puso cuesta arriba un partido que ahondó en las carencias del Málaga. Charles tuvo el empate, pero la mandó a las nubes. La mejoría no llega

Foto: EFE
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José Manuel Olías

17 de septiembre 2016 - 20:49

El Málaga permanece en construcción. Y no se detecta mejoría, transmite inseguridad atrás y mediocridad arriba. Y es posible que hoy duerma en puestos de descenso. Es pronto, pero un proyecto necesita crédito en forma de resultados. O, al menos, buen juego que ratifique la fe en él. Pero no, los de Juande transmiten malas sensaciones, se volvieron incapaces de rascar nada positivo de Las Palmas (1-0). No toca la tecla el técnico manchego, el equipo no es tal aún. Faltan automatismos, cuando se tienen ocasiones es por impulso o barullo. El repliegue defensivo es deficiente y la contundencia atrás flaquea. Pueden verse detalles positivos, de hecho se pudo puntuar porque en la segunda parte hubo alguna ocasión, sobre todo una clarísima de Charles a bocajarro y en bote que mandó a las nubes. Pero tampoco se pueden hacer trampas al solitario. Se espera mucho más de este Málaga confeccionado para estar en la primera mitad de la tabla.

El dominio de la pelota en varios tramos pareció más una concesión de Las Palmas, que trata la bola con cariño, la soba y baila. Pero también tiene registros diferentes para defender. Están, cierto es, en una ola positiva de mucha confianza que ayuda a sacar partidos adelante. Un buen ejemplo fue el inicio. La entrada al Gran Canaria fue con el pie izquierdo. Balón para Las Palmas, Juanpi sin peso y dominio local. El mal cuerpo aumentó cuando Recio hizo un penalti de parvulario, al propinar una nítida patada a Momo cuando intentaba despejar. El propio zurdo canario, que a sus 34 años vive una segunda juventud, lo transformó y tocaba remar desde el principio.

No tocó una bola Juanpi hasta el minuto 15. Una vez el venezolano pudo coger las riendas el panorama cambió algo. Juande decidió cambiar de banda a Jony para darle cabida a Chory Castro. El uruguayo distó de ser el jugador determinante de la segunda vuelta pasada, que justamente debutó en Las Palmas con una gran impresión. Jony, a banda cambiada, es menos Jony. Juande confesó tras el partido que buscaba diagonales porque en anteriores partidos sus desbordes y centros “no condujeron a nada”. Curiosa explicación. A bote pronto, el primer gol de la Liga provino de un pase atrás a Juanpi del asturiano. Ayer se marchaba de Dani Castellano pero en cuanto tenía la ventaja pensaba con la izquierda antes de ejecutar la derecha. Un ejemplo fue una ocasión que tuvo tras un gran pase al hueco de Charles. En el tiempo que acomodó el cuerpo para la izquierda se esfumó la ventaja y llegó el defensa. Fue el primer acercamiento peligroso para el Málaga, que poco a poco fue cogiendo el aire al partido. Ha empezado por detrás en el marcador en los últimos partidos, siempre perdía ya en la media hora. Después mejora con el paso de los minutos, hay que corregir esas desaplicaciones. Sucede que hay varios inconvenientes. Camacho está a años luz de su mejor versión. Y ello arrastra a Recio, que comete errores groseros. Y Diego Llorente es la falta de contundencia personificada. A pesar de la mejora de Koné, el pasillo de seguridad está mal y ello complica la construcción de una base sólida.

A la hora de partido Juande ya había realizado los tres cambios. Salieron un inoperante Sandro y un En-Nesyri voluntarioso pero acelerado y un Keko irrelevante. Realmente elevaron el nivel los que estaban en el campo. Mejor Camacho en el segundo tiempo, Juanpi llevó los hilos y ya se le veía la cara con nitidez a Javi Varas. En-Nesyri estuvo punto de llegar a una buena prolongación de Charles, pero se anticipó el meta sevillano. El partido devino en algo más caótico y anárquico, Las Palmas ya tenía menos control. Juande quemó las naves pronto, pero consiguió cambiar el ritmo del partido. Otra progresión a trompicones del marroquí dejó el balón muerto a Charles, en un penalti en movimiento y con el balón botando. Se llenó de él y disparó a las nubes.

Fue la ocasión, ya en la última decena de minutos, más clara del Málaga. Araujo pegó un latigazo al palo y Las Palmas no transformó la superioridad en varias contras resueltas con un mal pase final o con acierto de los zagueros malaguista.

A mediados de septiembre, el Málaga áun no ha ganado. La primera etapa de Juande empezó con un punto de 12 posibles, pero después arrancó la moto y rozó la clasificación para la UEFA. El martes contra el Eibar empieza a haber necesidad. Hasta ahora es un Málaga distante del que se soñaba. Hay tiempo, pero también mucho que mejorar.

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