Al Ayre Español reivindica a José de Nebra

José Manuel Cabra Apalategui

06 de julio 2011 - 05:00

VII Festival de Música Antigua de Málaga. Lugar: Sala María Cristina Fecha: 4 de julio de 2011. Músicos: María Espada (Soprano); Eduardo López Banzo (director y clave); Farran James (violín 1); Kepa Artetxe (violín 2); James Bush (violonchelo); Xisco Aguiló (contrabajo); Juan Carlos de Múlder (Tiorba). Repertorio: 'Cantadas' de José de Nebra y 'Sonatas' para clave de Domenico Scarlatti. Aforo: Tres cuartos de entrada.

Si la polifonía renacentista española ocupa un lugar de privilegio en la Historia de la música, el tránsito al clasicismo desde el barroco tardío, en cambio, constituye uno de los puntos oscuros de nuestra cultura musical, en gran parte, por desconocimiento y acaso porque se tratase ya de un imperio que comenzaba su lenta decadencia. Por suerte, existen formaciones, como Al Ayre Español, enfrascadas desde hace más de veinte años en paliar esta carencia, realizando una encomiable labor de recuperación, que tiene tanto de pedagógico como de reivindicativo. Al Ayre Español presentó, en el sexto concierto del Festival de Música Antigua de Málaga, un programa que alternaba Cantadas de José de Nebra -considerado el compositor español más relevante de las décadas centrales del XVIII- y Sonatas para clave de Domenico Scarlatti, con quien Nebra coincidió en la Corte de Madrid, donde también conoció a figuras de la talla de Farinelli o Francesco Corselli.

La recuperación de las Cantadas de Nebra encierra una curiosa historia: una investigación detectivesca que lleva a Eduardo López Banzo, director de Al Ayre, a la Catedral de Guatemala, donde descubre estas partituras, que debieron viajar hace años desde la península en el baúl de algún clérigo. Las investigaciones de López Banzo arrojan otra curiosidad, ésta atinente a las sonatas de Scarlatti interpretadas en el concierto. En unos manuscritos de estas obras, aparece una misteriosa inscripción dirigida a un tal Sr. Don. Joseph, que "las podrá tocar donde gustare", especulando su descubridor con que Scarlatti se refiriese a José de Nebra. Es justo señalar que el mérito de estas Cantadas, refrendado por una larga e intensa ovación, reside tanto en la composición, plena de efectos barrocos, como en la interpretación de la soprano María Espada y el resto del conjunto, ambos sobresalientes.

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