Ruiz Barrachina glosa la creatividad "arriesgada" del genio 'Morente'
El realizador presentó ayer fuera de concurso su documental en torno a dos constantes de la vida del cantaor, "la familia y la amistad", y donde el granadino rinde un nuevo tributo a su admirado Picasso
Gestado como un legado sonoro en vida ha acabado por convertirse en un tributo póstumo a uno de los últimos genios que ha parido la música. Porque Enrique Morente es creación en cada uno de sus gestos, pensamiento y voz, y su cante tan sólo deja escapar una forma de respirar. Todo eso y más es lo que quiso reflejar ayer Emilio Ruiz Barrachina en el documental Morente, el último trabajo del maestro y un paseo cercano en torno a dos ejes: la familia y la amistad. "Es lo que él quería destacar", recordó ayer el realizador, al tiempo que dejó claro, antes de que nadie le preguntara, que "no es una necrológica, ni un homenaje ni una biografía. Es, desafortunadamente, el último trabajo de Morente", insistió.
En este periplo audiovisual el músico canta por primera vez con toda su familia en los baños árabes de El Albaicín, incluye la última canción entonada, El ángel caído (de Antonio Vega), junto al pianista de jazz Federico Lechner; y rescata los conciertos en el castillo de Buitrago del Lozoya, pueblo de Eugenio Arias, el barbero de Picasso, y en el Liceo de Barcelona. Durante todo el trayecto, Morente deja patente su admiración por el autor del Guernica, de quien ensalza su "libertad" a la hora de crear y su carácter "vanguardista". El tributo al malagueño concluye con el paseo nocturno del granadino por el Centro de Arte Reina Sofía, donde lanza un último quejío de evocación ante el inmenso cuadro.
Como detalló el realizador, Morente -presentado en la sección oficial pero fuera de concurso- se estructura en cuatro partes diferenciadas que "se corresponden con los cuatro elementos de la naturaleza", matizó Ruiz Barrachina. Así, para el creador de Omega la tierra, representa "la parte creativa, donde se ve cómo ensaya y le da instrucciones a los músicos", comentó. El aire simboliza a "su familia, su casa, su barrio"; el agua, "que para él era el comienzo de todo" se traduce en los conciertos grabados en Buitrago; y el fuego aparece representado por "esa fusión que hace en el Liceo de Barcelona al ponerle voz a los textos de Picasso", detalló el director.
Junto a él, una emocionada Estrella Morente comenzó su comparecencia con una llamada de atención. "Mi padre estaba muy vivo. Y este documental es la mayor prueba de cómo se encontraba. La noche antes de ingresar estuvo visualizando el trabajo y tomando apuntes", recordó. "Sus ganas de vivir y de riesgo no eran las de una persona que se iba a morir de la noche a la mañana", sostuvo. Ni ella ni ningún miembro de su familia ha querido ver el documental terminado. La hija mayor de Morente le restó importancia para ceder el protagonismo al documental y a la persona que evoca. "Era un sueño llegara a los límites que él llegaba. Como artista se iba de las manos", reiteró. Paralelamente a este documental, Morente llevaba adelante otros proyectos como el de "recopilar los cantes tradicionales de todas las minas donde hay conflictos sociales", recordó la cantaora. Estrella no dejó pasar por alto la simbiosis Picasso-Morente. "Sus obras no se han unido por casualidad. Mi padre era un Picasso sin pretenderlo", calificó. Morente se estrena en los cines el 8 de abril y después de verano saldrá a la venta una edición especial con un DVD, CD y extras.
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