El mundo de ayer
Rafael Castaño
Tener un alma
Hoja de ruta
UN partido no es una mafia. El autor de la frase no es español. Las desabridas palabras son de François Fillon, primer ministro de Francia durante los cinco años de Presidencia de Sarkozy y frustrado aspirante a sucederle al frente del gran partido de la derecha gala, la UMP. Fillon se ha enfrentado por el puesto a Jean-François Copé, que es por así decirlo el jefe del aparato de la UMP, como secretario general. Han empatado en las elecciones internas del pasado domingo, aunque Fillon denuncia grandes irregularidades que han dado una victoria por la mínima a Copé. Ya ven, el aparato siempre gana. Es frustrante que actores esenciales de nuestro sistema político como los partidos tengan tan escasa democracia interna.
El PSOE de Cádiz es otro ejemplo. Continúa el culebrón herzegovino; los jefes provinciales y regionales del socialismo se la han jurado a los diputados provinciales que no quieren un relevo en la portavocía de la Diputación. La joven guardia pretoriana de Griñán va a degüello, con su habitual torpeza en el uso de la mano izquierda. Primero quisieron quitar en mayo a Cabaña, a la sazón secretario provincial y bestia negra del griñanismo, porque tenían mayoría entre los 12 diputados provinciales. Y lo democrático era entonces que el grupo decidiera. Desaparecido Cabaña, su sustituto como portavoz -José María Román- apoyó en el congreso provincial a la alcaldesa de Sanlúcar, Irene García, para liderar la provincia de Cádiz. Ahora, la alcaldesa quiere quitarlo y ponerse de portavoz, pero no tiene mayoría entre los doce diputados. Aduce que quien manda en el asunto no es el grupo, sino el comité provincial, y expedienta a los rebeldes.
Hay más. La secretaria provincial pidió previamente al portavoz que echara a alguno de sus cuatro asesores en el grupo para colocar a la secretaria de Organización de su ejecutiva. Y también le pidió que le pasara el control sobre los 28.000 euros de que dispone el grupo para su funcionamiento. Román se negó y estalló la guerra. Francisco Sánchez Zambrano lo ha explicado muy bien en un excelente reportaje en Diario de Cádiz [http://cor.to/zmoF].
Mario Jiménez, que es por así decirlo el jefe del aparato del PSOE-A, asegura que no hay ningún conflicto en el grupo socialista de la Diputación gaditana. Añade que el partido ya se ha pronunciado y que los militantes tienen que obedecer. Expresión que recuerda aquella máxima guerrista de que el partido es más importante que la institución. Aunque hay referencias peores. Althusser, en los 70, cuando Georges Marchais ya había abrazado el eurocomunismo, acusó al jefe del Partido Comunista francés de seguir practicando el viejo autoritarismo estalinista, en virtud del principio de que "el partido siempre tiene razón y su línea es siempre justa". Y ayer llega Fillon y dice lo mismo que el filósofo, pero menos fino: un partido no es una mafia. Tomen nota.
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