Juan A. / Navarro Arias / Janavarro@Malagahoy.es

La pantomima

La puntilla

24 de agosto 2008 - 01:00

EN el Pimpi Florida, esa singular marisquería de El Palo donde todo puede ocurrir, sirven carabineros con más cabeza que los toros que se lidian en Málaga. Me gusta imaginar a Jesús (López), su propietario e imagen del establecimiento, cazándolos al amanecer, uno a uno, con arpones. Lo que mejor ni pienso es cómo se han comprado los toros que a lo largo de esta Feria se han lidiado en La Malagueta, coso administrativamente de Primera categoría con dos toreros-empresarios, otro que no distingue un toro de una vaca pero pone la pasta y un francés apoderado. Vamos, ni en los versos de Sabina se encuentra algo igual. El diestro de dinastía, por suerte, tiene un hermano que sí torea y el malagueño ayer recordó aquella noche mágica que inmortaliza un mosaico junto a la puerta grande de Manolo Segura, pero ambos han quedado para batirse el cobre básicamente en cosos de Tercera. Como el bueno de Finito, que tras dejarse sin matar un toro, ayer indultó uno por los pueblos de la Andalucía bética. Sería difícil establecer un símil con la plaza malagueña, pero algo inferior a su rango administrativo seguro. Y es que cuando en un festejo taurino se obvia la presencia del toro, el resultado es una pantomima. Esto ha sido la Feria de Málaga 2008, toda una comedia con actores vestidos de luces, pues pese a dejar tres actuaciones notables (José Tomás, Cayetano y Enrique Ponce, por orden cronológico de actuación) su peso es relativo por la ausencia de un astado de Primera. Este año no tenemos ni El Pimpi como consuelo, donde poder ver animales bien presentados, aunque me informan que Jesús -de baja- regresará a los ruedos próximamente. Esperemos que sea así y que se dé un giro en La Malagueta.

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