La Rayuela
Lola Quero
El rey de las cloacas
letra pequeña
POR lo general, una pancarta ocupa más superficie que una papeleta, y blandirla con relativa intención conminatoria es más vistoso que meter un sobrecillo en una urna. Afortunadamente, la convivencia en España depende antes de gestos como el segundo que de aspavientos como el primero, y que sea por muchos años. Sin embargo, ahora se da una importancia a la manifa pancartera cuanto menos preocupante, sobre todo porque va en prejuicio de la buena reputación del sufragio.
José Manuel Martín Alba era hasta hace poco el alcalde de Alcaucín y es desde no hace mucho el imputado número uno en el caso Arcos: corrupción urbanística, para variar. Martín Alba engrosaba el PSOE hasta que lo expulsaron por el escándalo. Aún así sacó dos concejales en las elecciones con un partido propio (otra muestra de que al pueblo le resbala que un político trinque mientras reparta, por más que se aúpe a la silla y se suba las faldas cuando oye hablar o habla de corrupción). El PSOE, incluso perdiendo a su viejo cabeza de lista, ha sido la formación más votada; pero el Partido Popular, el PA y Los Verdes se han aliado y dejarán a los socialistas y a los dos de Martín Alba chupando banquillo en la oposición. El exalcalde está impulsando una exhibición para el Pleno de investidura contra un acuerdo "hecho de antemano" y por el que el PP es capaz de cometer herejías como aliarse con Los Verdes, "partido que no va a resolver nada en el municipio". Desde luego, con unos ecologistas consecuentes en el poder no hubiera existido una operación Arcos. Pero no es a eso a lo que voy.
El descrédito de las formas. Los camping-protesta de Sol, Catalunya o Constitución podían haber dado paso a nuevas opciones de hacer política. Pero sus promotores preferían montar un número. Muy tardíamente plantearon un programa de puntos, la mayoría razonables y algunos en verdad interesantes, pero la forma de defenderlos pasa por instituir un partido político. Para entonces, el repaso que habían dado a los partidos en general los colocaba en muy mala posición para formar otro. Si cuestionas los fallos del sistema puedes cambiarlo desde dentro, pero si cuestionas el sistema en bloque queda poco más que embestir contra él. Martín Alba parece querer apuntarse a esta boga de la pataleta. Hasta ha repartido carteles. Los medios de queja son muchos y están bien catalogados. Los Verdes señalan que Martín Alba no ha conseguido permisos para la exhibición ni garantizar las medidas de seguridad. Pero eso no da sino categoría a la indignación asilvestrada, a ser rebelde porque el mundo me ha hecho así.
No por formar más jaleo te harán más caso. Todo lo más, el ruido y la furia no dejarán que se escuchen los argumentos.
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