La sierra que arrasó una banda de ladrones

La sierra que arrasó una banda de ladrones
La sierra que arrasó una banda de ladrones
R. Garrido Málaga

26 de enero 2014 - 05:01

Salvo por lo intempestivo de la época en la que se produjeron y porque los autores resultaron ser una banda de ladrones que provocaban los incendios para despistar a las Fuerzas de Seguridad, nunca nadie ha vuelto a mencionar ni tan siquiera el estado en el que ha quedado las 200 hectáreas arrasadas en la sierra de Santi Petri, la única área forestal que hay en toda la comarca geológica de la Axarquía occidental.

Más de 200 hectáreas fueron arrasadas por la decena de fuegos que causó una banda compuesta al menos por siete personas, desarticulada por la Guardia Civil, en la zona en poco menos de un mes y medio para simular emergencias y distraer mientras robaban en naves industriales y viviendas de campo del Valle del Guadalhorce. Los asaltantes fueron detenidos, pero los daños que provocaron en el monte siguen siendo a día de hoy más que visibles en esta sierra, que confluye entre los municipios de Almogía, Cártama, Álora y Pizarra, tan visitada por los amantes de la naturaleza y por el atractivo de la iglesia de las Tres Cruces que la corona

Los incendios quemaron varias zonas de la sierra, aunque una de las más afectadas fue la parte baja de Santi Petri. Allí, el profesor de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga (UMA) Andrés Pérez Latorre ha podido constatar los importantes daños sufridos en la sierra situada a unos 800 metros de altura y considerada la más alta de la Axarquía occidental. "Los fuegos afectaron al área más forestada y mejor regenerada en una zona que históricamente ha estado plantada de viñas y ahora de almendros", advirtió el experto.

Precisamente este punto de la sierra calcinada había logrado atesorar lo más parecido a un bosque en una olvidada y abrupta. Los matorrales eran su principal vegetación, aunque con alcornoques y encinas también salpicaban de verde un paisaje que tras los incendios ha quedado completamente desolado.

La zona necesita una intervención urgente, según insistió este profesor de la UMA, que señaló que en un invierno tan seco como éste la regeneración natural será "difícil". Apenas unos pocos palmitos han conseguido rebrotar desde noviembre, el resto de la vegetación presenta un pesimista color negro que entierra cualquier esperanza de que la sierra vuelva a presentar su aspecto original sin la ayuda de alguien.

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