Jamón de castaña, pata negra diferente

El gerente de la empresa, Juan Carlos Torres, junto a los cerdos de la misma.
El gerente de la empresa, Juan Carlos Torres, junto a los cerdos de la misma.
Javier Flores Valle Del Genal

27 de noviembre 2014 - 05:01

Jamones ibéricos de castaña con sello del Valle del Genal. Estos exclusivos pata negra de la Serranía de Ronda son elaborados por la firma Jamones Alto Genal, con más de 30 años de experiencia, y que tienen un único destino: El Pimpi.

El conocido restaurante malagueño tiene la exclusividad sobre estos productos y algunos más de los que se elaboran en esta empresa de Faraján. Eso hace que estos manjares de la comarca rondeña sean de degustación exclusiva y limitada la capital de la provincia, ya que solo se producen unos 300 jamones y otras tantas paletas.

La peculiaridad de estos jamones se encuentra en que la castaña forma parte de la alimentación cerdos, representa sobre un 10% del alimento, un hecho que el gerente de la empresa, Juan Carlos Torres, asegura que le aporta al producto final una textura y suavidad "sin igual".

Además, mostraba su agradecimiento porque desde un establecimiento emblemático de Málaga se haya apostado de forma tan decidida por productos malagueños, como son estos jamones tan especiales. "Ojalá hubiese muchos empresarios así", afirma Juan Carlos Torres en referencia al propietario de El Pimpi.

Otra de las peculiaridades de estos cerdos es que a lo largo del tiempo que dura su cría en las fincas del Genal y es que no reciben ningún tipo de alimento que no sea totalmente natural, basando su alimentación en bellotas, cereales y leguminosas. "Hemos abandonado todo lo que habíamos aprendido y hemos vuelto a lo que se hacía siempre", dice Torres.

Otra de las peculiaridades que hacen distintos estos jamones, además de la alimentación, es la orografía de Faraján, municipio en el que están las fincas de cría, y que hace que los cerdos tengan que hacer ejercicio en todo momento. Y es que los animales están en total libertad por estos bosques hasta que completan su procedimiento de crecimiento para poder ser enviados a matadero.

A ello unen que se ha eliminado cualquier tipo de elemento químico en todo el proceso, tanto en la alimentación de los cerdos, como en el proceso de salazón, que se hace en exclusiva con sal marina.

Una vez consolidado el producto en el mercado y perfeccionada su producción, para próximos años ya se plantean la posibilidad de ampliar la producción hasta unos 500 jamones al año. Y es que la producción total de la empresa para próximas temporadas "está ya vendida"

Hasta el momento es la única empresa de esta zona de la comarca rondeña que se dedica a curar sus propios jamones.

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