Las matrículas gratuitas le 'costarán' a la UMA del orden de 6 millones
El anuncio de la presidenta de la Junta beneficiará a 7.000 estudiantes de grados y másteres
Sólo afectará a las asignaturas aprobadas en primera matrícula
Málaga/El compromiso asumido por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, de costear mediante el presupuesto autonómico de manera casi íntegra las matrículas a los estudiantes universitarios que aprueben todas las asignaturas tendrá una repercusión considerable sobre las arcas de la Universidad de Málaga. En concreto, unos 6 millones de euros. Una suma que habrá de ser compensada por la Administración regional, la cual, según los datos manejados por la institución académica a principios de año, ya le adeuda del orden de 90 millones de euros.
La información facilitada ayer por la UMA sitúa en esa cifra las aportaciones que dejaría de ingresar en concepto de tasas por parte de los estudiantes que, según su comportamiento académico, podrán beneficiarse de la bonificación anunciada por Díaz. En concreto, la Universidad malagueña reconoce en esta situación a unos 6.500 alumnos de grados, a los que sumar otro medio millar de los másteres.
Desde el punto de vista exclusivamente económico, la incidencia de ambos grupos sería de entre 4 y 5 millones de euros en el primero de los casos y de cerca de otro millón, en el segundo. A fecha de septiembre del año pasado, conforme a las estadísticas de la UMA, estaban matriculados 30.218 estudiantes en titulaciones de grados, así como otros 2.756 en másteres oficiales. La iniciativa puesta sobre la mesa por Díaz implicaría que los universitarios que cumplan todos los objetivos académicos solo tengan que afrontar el pago de un año de la carrera, el primer curso, salvo si se tiene beca. A estos primeros elementos de la medida se sumaron ayer novedades. Desde la Junta se precisó que serán las asignaturas aprobadas en primera matrícula las únicas que computen para la bonificación de las tasas, incluyendo a los estudiantes que superen el examen en septiembre.
La rebaja se aplicará en función de los créditos que suponga la materia aprobada, con independencia del número de créditos en los que se haya matriculado el alumno, según explicó ayer el consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano. Si un alumno se ha inscrito en 60 créditos y aprueba 40, tendrá 40 créditos bonificados en la matrícula del año siguiente. En cambio, no computarán las materias aprobadas tras repetir curso. Ramírez de Arellano recalcó que la medida entrará en vigor el próximo curso en todas las universidades andaluzas y en todos los niveles.
El rector de la Universidad malagueña, José Ángel Narváez, valoró ayer la propuesta "siempre que forme parte de una estrategia nueva de apoyo a las universidades públicas andaluzas", si bien advirtió de la necesidad de disponer de "los detalles" para "ver y no preocuparnos de que esta disminución en los ingresos de matrícula signifique una disminución en los ingresos de las universidades".
"A mi inicialmente me parece positivo", dijo Narváez, que constató que la medida pueda "facilitar que las matrículas sean gratuitas para los alumnos que estudian, pero no es suficiente si queremos apoyar la universidad o la educación superior para todos".
Por ello, confió en que esta iniciativa "sea el comienzo en el cual la Junta apueste por la universidad pública desde el punto de vista presupuestario, de las estrategias de investigación y de las estrategias en infraestructuras".
Preguntado por si teme que e plan pueda aumentar la deuda que ya mantiene la Junta con las universidades andaluzas, el rector malagueño confió en que no sea así, esperando que "sirva para financiar a las universidades adecuadamente y se nos compense con ese déficit de las matrículas". "El tema de la deuda es algo diferente; son unos recursos que nosotros hemos gastado con fondos propios y ahora mismo nos hace falta y espero que no, que no signifique un incremento de la deuda, sino sería un auténtico dislate", apostilló.
De otro lado, aludió al grado de dificultad que tienen unos grados respecto a otros, caso de las ingenierías, en las que "la capacidad de los estudiantes para aprobar es mucho más difícil". Por ello, abogó por "establecer medidas para que esto no ocurra o no dé lugar a que estudiantes opten por estudiar en grados donde la dificultad no es tan alta como en las ingenierías, que requieren de mayor esfuerzo".
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