En punto muerto (0-0)

laliga santander

Empate inerte del Málaga que pudo ser peor de no ser por la tremenda parada con la que Roberto se lució en el descuento. El Levante fue conformismo y los de Míchel impotencia

Las imágenes del Málaga-Levante
Las imágenes del Málaga-Levante / Albiñana
José L. Malo

01 de diciembre 2017 - 23:12

Málaga/El empate son aguas movedizas para el Málaga ahora mismo. Sabe a derrota cuando la cima se ve tan alta. Técnicamente,hoy acerca un centímetro más la permanencia, puede que mañana clave el puñal un poco más profundo. Es andar cuando hace falta correr. Aunque no consuele mucho, es mejor que estar parado o caminando para atrás. Si fue un punto a largo plazo, habrá valido la pena. Y quizá entonces alguien se plantee ir modelando el pedestal para Roberto, que multiplicó su cuerpo por tres para que se le hiciera a Nano Mesa de noche en el minuto 91, con toda la calma y opciones del mundo para haber asestado una cornada dolorosísima que habría dejado secuelas más graves. Fue el único tiro levantinista; ese tipo de paradas define a los porteros superlativos. Si el punto de anoche se multiplica por tres en Anoeta, habrá sido una estación de penitencia más; si no se riega a domicilio, la salvación empezará a escribirse en términos épicos. Por el momento es un punto muerto.

Jugar desde la necesidad y jugar desde la comodidad, los partidos se ven desde mundos distintos así. El purgatorio del empate tenía llamas para el Málaga y paz para el Levante. Por eso quemaron más gasolina los de Míchel en la primera mitad, por eso el reloj fue sacando el músculo granota. Más concretamente el de Hacen. Muñiz hiló fino metiéndolo al descanso por un Samu más inocuo y que coqueteaba con la segunda amarilla. Se volvió más pétreo el Levante, al que no le dolieron prendas en renunciar al ataque, más aún viendo la sesión de impotencia de los de Míchel. La temporada es el castigo de Sísifo en el plano ofensivo. Y sin batutas ni varitas, el técnico rival necesita poco para desactivar al Málaga.

La falta de tino, la denominación de origen de esta Liga, dejó una tremenda parálisis en la grada. Se llegó, se sometió al rival, se vivió cerca del área adversaria. Más de una docena de tiros se marcharon fuera. Pero es que el Málaga necesita vaciar un cinturón de munición y aun así no le asegura el impacto. Diego González tuvo las dos opciones más claras. Un central reconvertido lateral, cosas de pobre.

El día que el Málaga al fin dejó su puerta a cero, el poso que quedó no fue muy satisfactorio. De hecho, más allá de que al fin Luis Hernández y Baysse conformaron una pareja digna en el eje, el Levante podría haber salido a jugar sin delanteros. Su renuncia al ataque fue descaradísima, pero es que el colchón de puntos le permite ese tipo de pudores.

Fue un partido extraño porque se vieron buenas sensaciones, algunas entre Rosales y Keko, muy activos y protagonistas. Puede que no sea exageración decir que el madrileño completó su mejor estadística de regates desde que viste la blanquiazul. No conectaron, de todos modos, con un Peñaranda que sigue jugando con la batería baja. Ayer un golpe en la rodilla lo sacó del duelo, pero nunca terminó de entrar del todo en él. Rolan se tuvo que poner gafas para ver el área de cerca y la sensación de "huy" fue mero maquillaje. Algún arrebato, sí, a veces des la convicción, en ocasiones por desesperación. Como el tiro de Diego González al muñeco. Otro día deberá entrar. En nombre de la permanencia y del paradón antológico de Roberto en el descuento.

stats