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En enero de 2019 se cumplirán 30 años desde la refundación del PP, y algunos consideran que sería un buen momento para volver a refundarlo. En estos tiempos de la nueva política ya no se entiende aquella refundación, que contribuyó a que el centro y la derecha dejaran de perder elecciones contra Felipe González, una tras otra, y así desde 1982 a 1996. La refundación se gestó porque la AP de Manuel Fraga ya estaba harta de perder, y porque les salió mal el intento de rejuvenecerla con Antonio Hernández Mancha como líder. Fraga volvió a tomar las riendas, pero el que iba a mandar era un muchacho llamado José María Aznar, al que colocó como vicepresidente de su partido.
Había seis vicepresidentes, para despistar: José María Aznar, Miguel Herrero, Abel Matutes, Marcelino Oreja, Félix Pastor e Isabel Tocino. Unos duraron más que otros. En 1990, un año después de refundarse, organizaron el congreso de Sevilla, donde Aznar fue elegido líder. Unos meses antes, en octubre del 89, ya había sido candidato a presidente del Gobierno para las elecciones generales. No las ganó, pero empezó a ensayar aquello de "¡Váyase, señor González!", que le salió bien en 1996, tras el pacto del Majestic con la CiU de Pujol y el PNV.
¡Ay, las vueltas que da la vida! Aznar supo aglutinar en el nuevo PP los restos del naufragio de AP y a políticos procedentes de la UCD de Suárez, que ya había naufragado antes. De la necesidad hizo virtud. Después han pasado muchas cosas. Lo peor que le ha pasado al PP es que era especialmente fuerte en Madrid y la Comunidad Valenciana, pero se lo han cargado, por culpa de los que trincaron y se les vio el plumero. Así que ahora Ciudadanos les puede ganar en Madrid y Valencia, según algunas encuestas. Y sólo eso ya bastaría para refundarlos otra vez.
Esta semana, antes de lo otro, se hablaba del fuego amigo y el linchamiento a Cristina Cifuentes. Precisamente Rajoy le encargó a la dimitida que limpiara el PP madrileño. Pero no se puede presumir de transparencia si sabes que hay imágenes de cleptomanía por medio. En un periódico amigo ya habían publicado la curiosa evolución estética de la cara de Cristina, con o sin cremas, antes del horror en el supermercado.
¿Y cómo sería esa refundación? ¿Y cuándo? Los gurús y los enterados no se ponen de acuerdo. Ni aún está claro si es mejor para el centro derecha tener un partido o dos. A la fuerza ahorcan, dicen otros. Lo primero es saber si son de los suyos.
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