La mar de historias

Juan Carlos / cilveti / puche / Maritimas@malagahoy.es /

El pasado existe

DURANTE muchos años, el carnaval en España fue una fiesta prohibida. Salvando algunos bailes de disfraces celebrados siempre bajo techo, la posibilidad de salir a la calle auspiciados por Don Carnal, constituyó durante muchas décadas una actividad no exenta de peligros.

En el mundo crucerístico, desde que éste existe como tal, los viajes realizados en febrero, siempre han incluido alguna que otra celebración carnavalesca; un hecho que en determinadas circunstancias, ha centrado la mayoría de las actividades a bordo.

Realizando una ruta por el Mediterráneo y el Atlántico, el 28 de febrero de 1965, el buque de crucero Agamemnon, procedente de Génova, atracaba en el muelle número dos.

Con la previsión de salir al día siguiente con destino a Las Palmas, las actividades de los 170 pasajeros que venían a bordo del barco de la compañía griega Dorian Cruises, sólo se limitaron a una serie de recorridos a pie por las calles de la ciudad.

Probablemente con el recuerdo de alguna fiesta celebrada a bordo, un grupo de turistas, la mayoría de ellos norteamericanos, desembarcaba del Agamemnon ataviados con antifaces y aderezos carnavalescos. Ante la atónita mirada de los guarda muelles que no supieron cómo reaccionar, los pasajeros del buque salieron del puerto buscando vino y tapas de la tierra. A pocos metros del recinto portuario, dos policías, paraban a los turistas para pedirles explicaciones sobre sus atuendos y antifaces.

Ante las dificultades para entenderse, los agentes de la autoridad acompañaron a los pasajeros al Agamemnon, donde un policía avisado ex profeso y que sabía inglés, explicó a los turistas que las salidas a la calle para celebrar el carnaval estaban prohibidas.

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