Editorial
El estrés de la Justicia
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Con la llegada del mes de mayo Andalucía encara el inicio de la temporada alta turística, unos meses de los que depende buena parte del empleo y el PIB de la comunidad autónoma. Después de un invierno muy duro climatológicamente, marcado por los fuertes temporales de lluvia y viento que azotaron el litoral durante los meses de febrero y, sobre todo, marzo, el Gobierno central ha puesto en marcha un plan de emergencia dotado con 35,6 millones de euros para que las playas andaluzas recuperen su mejor estado. Las actuaciones a desarrollar afectan a todas las provincias costeras y tiene la mayor dotación de fondos en Cádiz, con 20 millones, y Huelva, con 10, como las provincias que sufrieron en mayor medida los estragos del temporal. Málaga, Granada y Almería contarán con 2,5, 1,1 y 2 millones respectivamente. Esta inyección económica está destinada, principalmente, al arreglo de los desperfectos causados por el mar, la reparación de diques, paseos marítimos y escolleras, y el aporte de arena y reperfilado de las playas en un total de 48 localidades de Andalucía. Y todo ello, a partir de las conclusiones que los técnicos han marcado dentro de la comisión interadministrativa creada entre el Gobierno central, la Junta de Andalucía y las diputaciones de Huelva y Cádiz para detectar la zonas afectadas y darles una pronta solución. Esta unidad de todas las administraciones es determinante para una comunidad autónoma como la nuestra, que depende en gran medida del turismo para su desarrollo. No hay que olvidar que el sector turístico es el principal empleador en Andalucía, con más de 385.000 ocupados, y que su impacto sobre el PIB autonómico supera el 13%. Quiere esto decir que es determinante, ante la llegada del aluvión de visitantes que se espera en los próximos meses, contar con la oferta de sol y playa en perfectas condiciones. Además, y a pesar de que las últimas previsiones hechas públicas por la Junta de Andalucía para el mes de mayo son optimistas y registran un incremento del 2,6% en las pernoctaciones, el sector ha comenzado a percibir ya el peligro de la recuperación de mercados de competencia directa, como el tunecino, el turco o el griego, que aparecen como amenazas de las magníficas cifras registradas en los últimos años. Ante esta coyuntura, Andalucía ha de esmerarse especialmente para mejorar su oferta como destino vacacional. Para ello, necesariamente han de acometerse los trabajos de regeneración a la mayor brevedad posible y sin verse alterados por enfrentamientos partidistas. Nos va en ello demasiado como para ponerlo en peligro.
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