Yacimientos arqueológicos de Málaga que no puedes dejar pasar
Riqueza histórica
Patrimonio visitable que ofrece lugares fantásticos donde vivir el pasado de la provincia
Desde ya, los tendrás en mente para uno de esos días de '¿Qué hacemos hoy, cariño?'
con la colaboración de Manuel Corrales/No es que no se conozca el patrimonio que a lo largo y ancho de la provincia malagueña nos encontramos. Seguro que hay quien se lo conoce todo al dedillo y que no ha dejado de visitar los numerosísimos yacimientos arqueológicos que jalonan Málaga. Lo que ocurre es que hay tantos enclaves, y de tan variada profundidad histórica, que en ocasiones no caemos en la cuenta de que son lugares extraordinarios para visitar: sabemos que están ahí, pero no los vemos como una opción.
¡Pues muy mal! Estarán siempre ahí, pero eso no es excusa para que nos digamos "Ya iremos otro fin de semana de visita". ¡Ni que estos lugares fueran abuelas en residencias!
Debemos incluir estos enclaves en nuestras listas de cosas por hacer durante los fines de semana, para esos días en los que nuestra pareja viene y nos dice, bajito, erizándonos los pelillos de la nuca: "Me aburro... ¿A dónde vamos el domingo?".
¿Que a dónde vamos? ¡¿A dónde no vamos?!
Venga, a visitar estos yacimientos históricos tan importantes que tenemos tan cerca y tan olvidados. Hombre, ya.
Cueva de la Pileta de Benaoján
Encontramos la Cueva de la Pileta en Benaoján. El descubrimiento de esta cavidad se remonta al año 1905, cuando José Bullón, un día de primavera, decidió explorar una sima próxima a su casa de la que salían cada anochecer bandadas de murciélagos.
Su propósito no era otro que buscar guano para abonar las tierras y aumentar su producción, pues se las veía y deseaba para cumplir con una renta de casi media tonelada de trigo anual.
Sin embargo, se encontró con que la sima resultó ser la entrada a una gran cueva que le maravilló, y en la que halló huesos, cacharros de cerámica y pinturas en las paredes representando animales y unos signos que nunca había visto.
José Bullón acababa de descubrir un yacimiento prehistórico en el que se encontrarnos muestras de que datan del Paleolítico.
Así, la Cueva de la Pileta reúne numerosas pinturas y grabados con representaciones de numerosos animales, que aporta interesantes datos sobre la expansión del arte paleolítico.
Recuerda que para ver este enclave es necesario hacer una reserva previa. ¡No hagas el canelo yendo allí sin reservar!
Cueva de Doña Trinidad de Ardales
La Cueva de Ardales o de Doña Trinidad fue descubierta en el año 1821 gracias a un terremoto que dejó libre la actual entrada.
Porta el sobrenombre de Trinidad por Trinidad Grund, hija del empresario Federico Grund, quien adquirió la cueva y la condicionó para su visita a mediados del pasado siglo XIX, como un complemento de su negocio termal instalado en la vecina Carratraca.
A pesar de su importancia -en 1918 es visitada por el abate y arqueólogo francés Henri Breuil, quien publica estudios de varias de las figuras pintadas y grabadas destacando su relevancia-, la Cueva de Ardales cae en el olvido hasta 1985, año en el que se protege, se estudia y se reabre al público.
La cueva conserva más de 50 figuras de animales y otros símbolos pertenecientes al Paleolítico superior, casi todas localizados en la Galería del Calvario, grabadas en su mayoría con punzones o buriles de sílex.
También se han encontrado restos de época epipaleolítica y del Neolítico medio y final en la Sala del Saco y en la Sala de Las Estrellas. En las Galerías Altas se conservan restos de enterramientos del Calcolítico.
El recorrido interior de la cueva es superior al kilómetro y medio y a lo largo del mismo destacan la Gran Sala, la Galería del Arquero, la Sala del Lago, la Galería del Espolón, la Galería de los Grabados y la Sala de las Manos. Además, encontramos laberintos de columnas, lagos permanentes y bellas formaciones de estalagmitas.
Una visita indispensable que no podemos dejar de realizar en algún momento de nuestras vidas.
Alcazaba de Antequera
Encontramos la Alcazaba de Antequera, pues eso, en Antequera. Situada en un promontorio privilegiado, esta fortaleza ha sido declarada Bien de Interés Cultural.
El recinto monumental de la Alcazaba de Antequera ocupaba todo el coronamiento del cerro dentro del conjunto amurallado de la medina islámica y en él se distinguían dos recintos más o menos diferenciados: la Alcazaba, que ocupaba todo el coronamiento del cerro, y un segundo anillo que, bajando desde la Puerta de la Villa, continuaba hacia el Postigo del Agua y Puerta de Málaga, para volver a unirse con la conocida como Torre Blanca.
La torre más importante de todo el recinto es la del Homenaje. Tiene planta angular y está considerada como la de mayor anchura de las musulmanas andaluzas, a excepción de la Calahorra de Gibraltar.
Esta torre antequerana se corona con un templete construido en 1582 para colocar la campana y el reloj de la ciudad. Desde el momento de su construcción es conocido como el Reloj de Papabellotas, ya que la ciudad vendió un alcornocal para sufragar los gastos de su construcción.
Actualmente, del resto de la cerca amurallada aún se conservan el postigo y la Torre Albarrana de la Estrella, junto a las murallas recuperadas de la Plaza del Carmen, y la ya mencionada Puerta del Agua, que en realidad es un portillo junto a otra torre albarrana.
Se puede visitar en un horario específico que encontramos en la web andalucia.org.
Iglesia de Bobastro, en Ardales
El yacimiento de Bobastro es un sitio clave para entender los primeros siglos de formación de al-Ándalus y en este conjunto arqueológico encontramos, entre otros hallazgos, una iglesia rupestre y una serie de viviendas excavadas en roca.
A mediados del siglo IX, casi 150 años después de la conquista de la Península Ibérica, el Emirato Omeya de Córdoba gobernaba una población heterogénea y dispersa, muy compleja. Fue entonces cuando Abd al-Rahman II propugnó una serie de medidas para la unificación del territorio que ganaron la oposición de muchos habitantes de al-Andalus.
Aquella respuesta se tradujo en numerosas rebeliones de las que la más destacada fue la que mantuvo Omar Ibn Hafsún, desde el año 880 hasta su muerte en el 918, en Bobastro, el núcleo cercano a Ardales que en el comienzo de la sublevación apenas contaba con un antiguo castillo y que, bajo su mando, llegó a convertirse en una ciudad que aglutinó a numerosas poblaciones del entorno.
Bobastro, que fue finalmente desmantelada por Abd al-Rahman III en el año 928, constituye un episodio único dentro de la arqueología relativa a aquel periodo que, lejos de conocerse en su plenitud, conserva aún numerosos misterios por esclarecer.
Alcazaba La Fortaleza de Vélez-Málaga
Los orígenes de la Alcazaba de Vélez-Málaga se remontan al siglo IX, en tiempos del Califato de Córdoba. La Alcazaba de Vélez-Málaga, conocida popularmente, como La Fortaleza, se erige sobre un promontorio de 130 metros sobre el nivel del mar y ha sufrido a lo largo de los siglos numerosos ataques (para eso fue erigida, también es cierto).
En el siglo XIII adquirió especial protagonismo para convertirse entre los siglos XIV y XV en una de las fortalezas más importantes del reino nazarí, siendo un enclave administrativo fundamental el que mantuvo Vélez-Málaga durante este tiempo en la comarca de la Axarquía y en Granada.
Tras la Reconquista, el litoral se convirtió en una enorme frontera con África desde donde turcos y berberiscos atacaban constantemente la costa andaluza, lo que hizo que la Alcazaba de Vélez-Málaga se convierta en el siglo XVI en sede de la Capitanía General de la Costa, asumiendo el papel de uno de los principales bastiones defensivos.
Tras la ocupación francesa, La Fortaleza fue totalmente olvidada lo que provocó que se desmantelara en busca de materiales de construcción. De hecho, a finales del siglo XIX fue vendida para convertir parte de ella en una cantera de cal.
Por tanto, lo que ha quedado de La Fortaleza es una mínima parte. Ya en el año 1967 el Ayuntamiento de la localidad acordó adquirirla y desarrolló un proceso de reconstrucción con el que también se salvó su torre del homenaje, que es lo único original que se conserva de la Alcazaba La Fortaleza.
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