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Con abril y su clima cambiante, nos encontramos al país entero preparado para enfrentar fenómenos meteorológicos adversos, que prometen hacer que la primavera parezca ajena a estos primeros signos. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha advertido sobre la llegada de varios frentes asociados a depresiones atlánticas que traerán consigo un cóctel de lluvia, viento, nieve y temperaturas gélidas. Un claro ejemplo de que el invierno todavía no quiere ceder. La noticia llega en un momento en que muchas regiones habían comenzado a disfrutar de una relativa estabilidad climática, con días más claros y soleados, anticipando la llegada de la primavera.
La segunda semana será clave para el reencuentro de España con el repentino estallido del invierno, vinculado a una sucesión de frentes fríos, parte del sistema de baja presión atlántica. Según la propia AEMET, el fenómeno meteorológico en cuestión llevaría consigo abundantes lluvias, nieve en grandes cantidades y temperaturas que alcanzarían hasta 10 grados por debajo del promedio estacional en ciertas áreas. Para empezar, la semana será estable bajo el firme control de un sistema de alta presión, pero esta calma dará paso rápidamente a un cambio hacia condiciones climáticas más inclementes, reviviendo la crudeza del invierno.
El panorama meteorológico claro y despejado al comienzo de la semana, como producto del predominio anticiclónico, paradójicamente hará que los termómetros bajen. Así, esta situación favorecerá aún más la aparición de heladas matinales, que serán más frecuentes e intensas, especialmente en el interior de la Península y su mitad norte, donde el viento aumentará la sensación de frío. Las áreas con más precipitaciones generalmente se reducirán al Cantábrico oriental y a porciones aisladas de los Pirineos. La cota de nieve oscilará entre los 800 y 1.000 metros sobre el nivel del mar. Por otro lado, desde la costa, hay importantes advertencias de fenómenos costeros en la costa de Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco, donde hay posibilidad de ráfagas de viento que alcanzan olas de hasta cinco metros.
La situación a mediados de semana cambia poco, manteniendo el cielo despejado, como mucho con alguna nubosidad fina. De este modo, será mayormente seco y frío, aumentando aún más los mínimos incluso hasta -4°C en la Meseta Norte y en el centro del interior, donde las temperaturas heladas están en aumento. En cualquier caso, se espera un ligero calentamiento al final de ambas noches, debido a los vientos del sur; por lo tanto, son posibles temperaturas máximas alrededor de 20°C. No obstante, esta tregua será efímera, ya que el jueves la llegada de una nueva borrasca modificaría de forma drástica el paisaje y extendería las precipitaciones a gran parte del territorio, especialmente al oeste y centro, con cotas de nieve de 1.200 a 1.400 metros que bajarían al final del día.
Este importante cambio vendrá acompañado de un cambio en las temperaturas mínimas como resultado de más nubosidad y el efecto del viento, lo que determinará la reducción del área de heladas en algunas zonas montañosas. A pesar del frío de la mañana, se espera que las temperaturas superen los 18°C en la mayoría de las áreas hacia el este de Andalucía hacia la zona Cantábrica. Para el final de la semana, el avance en la inestabilidad de la atmósfera, aunque con intensidad relativa, mantendrá la posibilidad de afectar extensas áreas del país. Se espera que la temperatura tienda a retroceder nuevamente hacia el fin de semana, manteniendo el ambiente frío.
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