Andalucía aprueba la Estrategia de Promoción de una Vida Saludable
Salud
El objetivo de este plan es promover una sociedad en la que los individuos, familias y comunidades puedan alcanzar su máximo potencial de desarrollo, salud y bienestar
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El Consejo de Gobierno ha aprobado este martes la Estrategia de Promoción de una Vida Saludable en Andalucía 2024-2030, presentada por la Consejería de Salud y Consumo, con la pretensión de abordar la promoción de la salud mediante el fomento de activos relacionados con una vida saludable a lo largo de todas las etapas de la vida y el incremento del bienestar en la población andaluza.
La estrategia se centra en la promoción de hábitos y comportamientos relacionados con la alimentación saludable, la actividad física, el sueño saludable, el bienestar emocional, la sexualidad responsable y el uso positivo de tecnologías de la relación, la información y la comunicación (TRIC). Éstos se identifican como los seis elementos básicos de nuestro día a día que generan salud a lo largo de la vida. Asimismo, estos hábitos y comportamientos saludables, que se relacionan entre sí, contribuyen a prevenir y afrontar, en su caso, los procesos de enfermedad, convirtiéndose en parte activa de la recuperación del proyecto vital de las personas, según ha informado la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno.
La visión de la estrategia es promover una sociedad en la que los individuos, familias y comunidades puedan alcanzar su máximo potencial de desarrollo, salud y bienestar, y en la que trabajar para que la ganancia en salud se asuma como una tarea de todos.
La estrategia, cuyo ámbito temporal abarca desde el año 2024 hasta 2030, consta de cuatro líneas estratégicas, 10 objetivos y 15 programas. La primera de las líneas se centra en la promoción de hábitos de vida saludable mediante intervenciones en políticas y entornos y la dinamización de activos comunitarios para la salud, con los objetivos de incrementar los niveles de lactancia materna y el consumo de alimentos saludables en detrimento de los no saludables; aumentar los niveles de actividad física y disminuir los hábitos sedentarios; incrementar las horas y la calidad del sueño en la población; incrementar la percepción de calidad de vida y de bienestar emocional; incrementar la percepción de satisfacción con las relaciones sexuales para todas las partes, independientemente de su sexo, orientación o identidad sexual; disminuir el tiempo dedicado al uso de aparatos electrónicos, en detrimento del tiempo dedicado a familiares y amistades, e incrementar las recomendaciones a la ciudadanía sobre activos comunitarios que facilitan una vida saludable.
Esta primera línea estratégica se desarrollará a través de los programas de promoción de hábitos saludables y redes de apoyo comunitario a través de la Red de Acción Local en Salud (RELAS); con medidas específicas en entornos y sistemas de movilidad y transporte para facilitar los hábitos saludables en la población; con la identificación y dinamización de activos para la salud, así como con la promoción de hábitos saludables en los centros sanitarios, en los centros de atención a personas con adicciones, en centros educativos y universitarios, en los centros de servicios sociales, en los centros de acogida temporal para inmigrantes, en centros y servicios de justicia juvenil y centros penitenciarios, además de a través de los programas de apoyo social para personas con enfermedad mental.
La segunda línea estratégica propone el fomento de la responsabilidad social ante la salud por parte del sector empresarial, con el objetivo de incrementar el número de empresas con productos o actividades de consumo que se comprometan a crear condiciones que favorezcan los hábitos saludables, así como un consumo justo y sostenible entre la población, para lo que se establecerán alianzas con los operadores económicos en el campo de la alimentación, la restauración, el deporte y el ocio.
La difusión y comunicación de información veraz a la ciudadanía sobre los beneficios de una vida saludable y protección de la población frente a mensajes, publicidad y campañas perjudiciales para la salud constituye la tercera línea estratégica. Su objetivo es incrementar y favorecer la difusión de información sobre hábitos saludables, con contenidos relevantes, veraces y accesibles, a través de la difusión de información veraz sobre hábitos saludables y medidas para hacer frente a la publicidad de productos y actividades perjudiciales para la salud.
Finalmente, la cuarta línea estratégica se centra en impulsar la gestión del conocimiento, la investigación y la innovación en el área de la promoción de hábitos de vida saludables a través del fomento de la formación, investigación e innovación en los hábitos saludables y los determinantes que los condicionan.
Comisiones técnicas
Dos comisiones técnicas, una autonómica y otra en cada provincia, conforman la estructura formal de gobernanza de la estrategia. La Comisión Técnica Autonómica, compuesta por representantes con perfil técnico de las consejerías participantes, dará continuidad al Grupo Técnico de Trabajo creado para su elaboración y será coordinada por una persona designada por la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Consejería de Salud y Consumo.
Las comisiones técnicas provinciales, que tienen carácter de grupo de trabajo, facilitarán la coordinación para la implantación y seguimiento de las acciones en el ámbito provincial, con representantes de las delegaciones territoriales implicadas y los distritos sanitarios de Atención Primaria (DSAP) y las áreas de gestión sanitaria (AGS) de cada provincia, a la que se podrán incluir representantes de entidades ciudadanas de interés.
La aplicación de la estrategia no supone un gasto adicional al previsto en los presupuestos de 2024 ni de la Consejería de Salud y Consumo ni del resto de consejerías implicadas ya que, de una parte, puede abordarse con sus actuales recursos humanos y, en lo que respecta a las necesidades de desarrollo de sistemas de información o gestión de conocimientos, están también previstas en los correspondientes presupuestos. De este modo, la fuente de financiación de los programas y, por tanto, de la estrategia, es pública a través de la asignación realizada por los diferentes organismos responsables de su implementación.
Un grupo de trabajo, en el que han participado representantes de las consejerías con competencias en materia de Salud, Educación, Deporte, Igualdad, Agricultura, Fomento, movilidad y urbanismo, Empleo y Economía, coordinado por la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, se ha encargado de la elaboración de esta estrategia, en la que también han intervenido profesionales de los diferentes sectores implicados, ciudadanía, grupos de interés, colegios profesionales y sociedades científicas.
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