Griñán exige al PP que diga si tras el FLA lo que se esconde es un "rescate político"

El Gobierno andaluz tiene claro que acogerse al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) conllevará nuevos controles desde Madrid, pero sigue sin saberse el alcance de la letra pequeña y el grado de atadura política y presupuestaria que finalmente supondrá. Pero ayer, el presidente del PP-A le puso en bandeja la respuesta: Andalucía no necesita tanto ese "rescate económico" que el jueves la Junta ya adelantó que solicitará, por voz de su consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, sino lo que necesita "con más urgencia es un rescate político". Para el presidente andaluz, José Antonio Griñán, fue suficiente porque, con su "elocuencia", Juan Ignacio Zoido le vino a exponer la estrategia de Moncloa y a reforzar su teoría del derrocamiento del Gobierno andaluz por asfixia económica, consecuencia directa de un resultado electoral que volvió a dejar en Andalucía al PP lejos de la mayoría absoluta. Por eso, le pidió que aclarara si esa es el fin que se persigue con el FLA, y que luego el PSOE convirtió en una petición de "rectificación inmediata", por cuanto evidencia la intención de utilizar la crisis como vía para "deslegitimar" al Gobierno andaluz salido de las urnas el 25-M.

En su primer duelo en la Cámara andaluza como portavoz en la sesión de control, el popular le brindó así munición a la bancada socialista. "Le hemos entendido perfectamente", dijo Griñán, que mostró su preocupación porque en la negociación de ese mecanismo financiero esté teniendo "mejor relación" con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría -de los que dijo que le piden que no hable de rescate-, que con los populares andaluzas, más cercanos a la línea de Dolores de Cospedal .

Si el FLA acaba por convertirse o no en un elemento económico y político del que el Gobierno central se sirva para darle un trato discriminatorio a Andalucía, para Griñán no sería sorprendente, a la vista del reparto del déficit o cómo los anticipos solicitados por Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha sí han llegado a sus arcas, mientras aquí se sigue a la espera de una respuesta positiva a los 1.000 millones reclamados.

Tampoco le cogería por sorpresa a IU. La misma preocupación mostró desde esta bancada su portavoz, José Antonio Castro, que insistió en que Andalucía está siendo "vilipendiada" por los gobernantes del PP, pese a tener mejores datos económicos que otras catorce regiones y aun así se ve "machacada por el color político", lo que puede acabar en que sea la única que "no tenga derecho a acceder a lo que es propio", como es ese anticipo.

Ante esta situación, tanto PSOE como IU pidieron a Zoido un ejercicio de "patriotismo" y que demuestre mayor grado de compromiso ayudando en la pelea por una igualdad de trato, mientras deja de lado sus maniobras para sembrar las dudas sobre la solvencia de las cuentas andaluzas.

Pertrechado de cifras, el popular intentó desmontar la teoría victimista de los dos socios de gobierno, presentando a Andalucía no como la comunidad discriminada, sino como la "más beneficiada" por el Gobierno de Rajoy, y recriminó su afán por insistir en la confrontación, cuando lo que hace la Junta es seguir a pies juntillas el refrán de "a Dios rogando y con el mazo dando". Algo que, a su juicio, esté dejando su acción política del bipartido reducida al enfrentamiento con Madrid, mientras sigue sin generar confianza al no tomar "decisiones ni abordar reformas de calado", con "contradicciones" entre los dos socios o con "numeritos" como el de Martínez Aguayo en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).