el poliedro
Tacho Rufino
¡Regale usted inteligencia!
El Parlamento andaluz elegirá esta tarde a Susana Díaz nueva presidenta de la Junta con los 47 votos del PSOE y los 9 de Ciudadanos, de tal modo que la ceremonia de toma de posesión puede celebrarse el lunes e, incluso, el domingo. Una vez conseguido el apoyo de Ciudadanos, la presidenta en funciones ha querido que todo se produzca con la mayor celeridad. De este modo, los nuevos consejeros prometerán sus cargos el martes para celebrar su primer consejo ese mismo día. Una vez que Susana Díaz sea elegida presidenta, el Rey deberá refrendar el nombramiento antes de su publicación en el BOE. Como el PSOE prefiere dejar libre el sábado debido a que ese día se constituyen los ayuntamientos, la toma puede fecharse el domingo para que el martes haya nuevo Gobierno.
Susana Díaz blindó sin ninguna filtración la formación de su primer Gobierno. Ni siquiera se supo dónde pasó la presidenta el domingo previo, que es el día que dedica a encajar las piezas. Sí se sabe, porque así lo había reconocido la propia Díaz en alguna ocasión, que algunos titulares de consejerías no estaban resultando como ella había previsto. El anterior Ejecutivo se quedó a mucha distancia del alto perfil político de la presidenta, sin que algunos consejeros fuesen capaces de traspasar el velo que separa el Parlamento y el despacho de la opinión pública. Y en más de una ocasión tuvo que ser la presidenta quien intervino para solventar algún error en las consejerías.
Pero con independencia de la valía de sus titulares, algunas de las remodelaciones que se acometieron en tiempos de José Antonio Griñán se han revelado como un fracaso, tal es el caso de la fusión de Cultura, Educación y Empleo. Susana Díaz quiere recuperar la Consejería de Cultura tal cual, y para ello se piensa en una mujer. El actual titular, Luciano Alonso, ha tenido que dedicar mucho tiempo a los asuntos judiciales relacionados con Empleo a pesar de que Educación es un departamento que necesita de un directivo a tiempo completo. Por si fuera poco, Empleo ha devuelto al Gobierno central el 75% del montante de políticas activas, 227 millones de euros, que no se han podido gastar por la interferencia judicial en la administración. Los tres últimos consejeros de Empleo de la Junta están imputados, y si hay nuevo titular, éste tendrá que conjugar un alto perfil técnico con el político.
Susana Díaz se marcó como objetivo rebajar la cifra de parados inscritos en Andalucía al millón de desempleados, pero lleva varios meses a escasas decenas de miles. Hubiera bastado que las políticas activas se hubiesen puesto en marcha para bajar del millón de parados, aunque fuese a consta de desempleados contratados en cursos y escuelas.
La recuperación de la Consejería de Cultura no tiene por qué llevar aparejada una ampliación del Gobierno, ya que en la coalición estaban divididas la Consejería de Presidencia y la de Administración Local, que dirigía Diego Valderas con rango de vicepresidente. Con Manuel Jiménez Barrios se fusionaron ambos departamentos. Este consejero es uno de los que mayor relevancia ha tenido en los últimos meses y ha conseguido abrirse paso en la difícil coordinación de los consejeros. Turismo también está separado con Consejería propia debido a que IU la mantuvo así, con Rafael Rodríguez al frente. La integración en otro departamento le da juego a Susana Díaz para recuperar Empleo o volver a separar Bienestar Social y Salud sin ampliar el número de consejerías. Junto a Jiménez Barrios, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, es la que mejor ha encajado a pesar de los problemas en el pago a proveedores a causa de un nuevo programa informático, Giro. El titular de Justicia, Emilio de Llera, también parece uno de los pocos seguros del actual Gobierno.
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