La Junta tumba la tasa turística en Andalucía
Turismo
Turismo señala que ahora no toca debatir sobre una propuesta que aparece “como el Guadiana” y de la que “nos acordamos cada vez que tenemos un repunte de la demanda”
Los pares y nones de De la Torre
Frenazo en seco a la tasa turística. La Junta de Andalucía señala que ahora no toca debatir sobre una propuesta que aparece “como el Guadiana” y de la que “nos acordamos cada vez que tenemos un repunte de la demanda”. Esto cierra las puertas a un tema que el alcalde de Sevilla acordó a mitad de julio con los principales agentes del sector turístico para impulsar y liderar desde la ciudad el debate en torno a la implantación de un modelo de fiscalidad turística que sea voluntario.
Para ello, se fijó como prioridades que haya ese consenso en torno al procedimiento de cobro y al uso de los recursos, que se ejecuten con la máxima transparencia y que tengan como destino final la mejora de la competitividad del destino turístico y de los servicios públicos. Dentro de este análisis el objetivo era trabajar con el sector para determinar la cuantía y el modelo de implementación de la tasa y específicamente el destino de los fondos que debe ejecutarse con la máxima transparencia. El gobierno andaluz no respalda la medida.
El consejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta, Arturo Bernal, defendió ayer que “ahora no toca” hablar de “inventos” como el de la denominada tasa turística ante cuyo posible establecimiento “parece que hay una oposición frontal” entre el sector. Así lo expuso el consejero a preguntas de los periodistas en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consejo de Gobierno, en la que incidió en señalar que desde la Junta creen que “ahora no nos toca hablar de la tasa” turística, una idea que aparece “como el Guadiana” y de la que “nos acordamos cada vez que tenemos un repunte de las demandas”, según abundó.
Al respecto, Bernal apostilló que un repunte de la demanda de visitantes “no siempre significa rentabilidad para el sector” turístico, y al hilo subrayó que “venimos de dos años y medio de duro invierno” en materia de turismo como consecuencia de la pandemia del Covid-19 en el que “las empresas han tenido que soportar a pulmón problemas de financiación y liquidez” que “han solventado, y han esperado a que llegara este verano para sacar un poco la cabeza”. En esa línea, opinó que no se dan ahora mismo “las mejores condiciones financieras ni económicas” para el sector turístico como “para pensar en una situación” como la del establecimiento de una tasa, ante la que habría que preguntarse “por qué y para qué” imponerla.
“Tenemos que centrarnos en lo que realmente es importante”, agregó el consejero, que al respecto advirtió de que en “el escenario a medio plazo” se atisban “algunos nubarrones”, con una inflación de dos dígitos y unos costes de la energía “desproporcionados”. Por eso, insistió en abogar por centrarse en lo que “va a venir”, y defendió al respecto que desde la Junta están tomando medidas “para anticiparnos en lo posible a esta situación y devolver a las empresas la liquidez que necesitan para afrontar un momento complicado de su vida empresarial, un año donde nuevamente tengamos unas rentabilidades muy escasas”.
El consejero dijo también que “es muy complicado levantar a un sector cuando el sector se ha muerto” y subrayó además que el gobierno andaluz del PP-A está “a favor de bajar impuestos”, y “lo que tenemos por delante es una situación de incertidumbre”. “Centrémonos en lo importante y no andemos pensando en inventos que ahora mismo no tocan”, zanjó el responsable andaluz de Turismo.
Si hubiese salido adelante esta propuesta, los ingresos hubiesen aumentado (en principio se preveía obtener siete millones de euros anuales con la tasa) al ampliarse los puntos de recaudación. Con la medida se evitaría, eso sí, que algunas agencias o visitantes a título individual dejaran de reservar habitaciones en hoteles de la capital para no abonar la tasa y lo hicieran en los del área metropolitana.
Entre las excepciones previstas estaba el pago de quienes se encuentren ocasionalmente en Sevilla por obligaciones laborales o los que lo hacen por motivos de salud. Es decir, las personas que viajan a la capital andaluza por “circunstancias no deseadas”. Se trata de otra de las reclamaciones lanzadas por la patronal hotelera, ya que los viajes de trabajo suponen un importante segmento de clientes para el sector.
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