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Jaime Sicilia
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Reunión en Moncloa
La presidenta del Ejecutivo andaluz, Susana Díaz, regresó de su reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con una batería de promesas y compromisos para la comunidad autónoma bajo el brazo que no necesitó de un exceso de aspavientos. La reunión en La Moncloa entre los dos presidentes, que se extendió por un periodo de dos horas, cambió el paso de quienes esperaban un anuncio sorpresa y siguió ordenadamente la letra y el espíritu del guión previsto: a la solicitud de la urgencia de los 4.000 millones demandados por la Junta de Andalucía se añadió el aporte extraordinario de financiación, compromisos en materia de inversiones en infraestructuras y la propuesta de un plan de empleo.
"Hace tres meses estuve en esta misma sala –señaló Díaz al inicio de su comparecencia, refiriéndose a su anterior entrevista con el ex presidente Mariano Rajoy–, pero fue tras una reunión de la que no obtuvimos medidas concretas", afirmó la presidenta antes de citar, en cambio, "los asuntos concretos" tratados con Sánchez, "que incidirán en las vidas de los andaluces y que llevábamos años reivindicando. En dos meses –resumió Díaz– hemos conseguido más cosas que en todos los años anteriores con el PP".
Entre estos "asuntos concretos", sin duda la financiación era uno de los platos fuertes. Sobre su reforma, que no se realizará antes de 2020, Díaz advirtió el "cambio de posición" del presidente del Gobierno, traducido en el impulso del grupo político en la línea de lo acordado la pasada semana por el grupo técnico en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).
Mientras se producen estos avances, cuyas discusiones se desarrollarán en el marco multilateral del CPFF y que no se reducirá a componendas bilaterales, la jefa del Ejecutivo autonómico celebró el "oxígeno" que suponen los 500 millones extraordinarios que recibirá Andalucía en los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE). Los 500 millones se desglosan en las dos décimas de relajación fiscal derivadas da la relajación del objetivo de déficit y el consecuente incremento del techos de gasto consensuados en el último CPFF (350 millones). Los 150 millones restantes, explicó Díaz, derivan de la liquidación de las entregas a cuenta.
"Aunque no renunciamos a los 4.000 millones que pedimos desde Andalucía, infrafinanciación que el presidente ha reconocido, agradecemos este oxígeno de 500 millones", detalló la presidenta antes de mencionar los beneficios que contraerá la "salida de Andalucía a los mercados, que posibilitará unas condiciones de financiación más ventajosas", así como "la flexibilización de la regla de gasto, que propiciará que los ayuntamientos puedan dedicar al desarrollo de infraestructuras y en medidas para el empleo local".
Otro de los capítulos destacados de la reunión entre ambos dirigentes socialistas se centró en las inversiones en infraestructuras. En este apartado, que se materializará en los próximos PGE, no faltaron las reclamaciones que Andalucía lleva lustros reivindicando al Ejecutivo central con el ánimo de revertir el déficit inversor del Estado en los últimos ejercicios –"un 36% de recortes", citó Díaz– y de cumplir con la disposición adicional tercera del Estatuto de Autonomía de Andalucía.
"Hemos abordado la necesidad de impulsar el Corredor Ferroviario del Mediterráneo", anunció Díaz, quien aclaró a continuación que el Estado cumplirá con el plazo previsto de ejecución para 2020-2021. También se abordó en la reunión la agilización de la puesta en marcha del tren de alta velocidad (AVE) a Granada, "pues la situación es insostenible", valoró Díaz, que informó de "la visita inmediata del ministro de Fomento" para estudiar in situ el acuerdo. La aceleración de los plazos del eje de transporte eléctrico Caparacena-Baza-La Ribina fue otro de los anuncios, así como la "inmediata" firma de un acuerdo entre las administración sevillana, andaluza y estatal para ampliar el Metro de Sevilla.
La entrevista de Susana Díaz en Madrid fue la cuarta de un presidente autonómico después de las que Sánchez ha mantenido en las últimas semanas con Íñigo Urkullu, Quim Torra y Alberto Núñez Feijóo, seguidas bajo un estricto orden de elaboración de los respectivos estatutos autonómicos. De las dos horas de conversaciones, la más duradera junto a la que el presidente tuvo con Torra, Díaz destacó la "sensibilidad y el compromiso" de su anfitrión en La Moncloa "con los intereses generales de Andalucía", mencionó la presidenta antes de destacar la compatibilidad de tales intereses "con los de los españoles".
La doble sesión de besos a los que los fotógrafos acreditados en La Moncloa obligaron a la llegada de Susana Díaz a la residencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cumplieron con la frase hecha de que “si no quieres caldo, toma dos tazas”. En la reunión, no hubo espacio para la rivalidad política que se atribuye a los dos dirigentes después de haber peleado por la Secretaría General del PSOE el año pasado. Los conflictos y las ambiciones pasaron a la historia. Por eso, además de elogiar la “sensibilidad” del presidente sobre a los intereses de los andaluces, la presidenta subrayó el “nuevo tiempo en las relaciones del Gobierno central con Andalucía, basado en la lealtad y el compromiso con nuestra tierra”.
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