Rincones para perderse
Andalucía ofrece a los visitantes unas villas situadas en enclaves con mucho encanto para desconectar de la rutina y poder disfrutar del turismo rural y la gastronomía de la zona
Buena parte del concepto que se asocia con el turismo rural de calidad estriba en lograr bienestar para el cuerpo y para la mente. El contacto permanente con la naturaleza canaliza parcialmente esta sensación de relajación, pero hay algo que igualmente contribuye a ello: la calidad en el servicio y también en las instalaciones. Y es que el turismo de interior es una alternativa muy apetecible, ya que une la posibilidad de diversión a través de actividades complementarias integradas en la naturaleza y en el entorno rural con la satisfacción de disfrutar de otros ambientes culturales, mediante el contacto directo con los distintos enclaves.
Así, las Villas ofrecen multitud de posibilidades para gozar del tiempo libre, con espacios deportivos o instalaciones para la salud y belleza. De igual modo, cuentan con salones especialmente equipados para reuniones, jornadas de trabajo o celebraciones. Pero además, los enclaves privilegiados donde se encuentran estos alojamientos son puntos estratégicos desde los que llevar a cabo multitud de actividades de ocio.
Senderismo, excursiones a caballo, recorridos en bicicleta, caza, pesca, piragüismo y otras alternativas serán algunas de las tentaciones para los viajeros. Las Villas de Andalucía son un excelente punto desde el que realizar excursiones para disfrutar del conjunto de la oferta turística y cultural de Andalucía. Sus cientos de kilómetros distribuidos en grandes ciudades y la gama de productos y segmentos para complementar la estancia en el destino son buen ejemplo de ello.
villa de grazalema
La Villa de Grazalema se sitúa en la provincia de Cádiz, concretamente en un extremo del pueblo de Grazalema , situado en el parque natural de la Sierra del mismo nombre. Un establecimiento que combina el edificio principal con una serie de villas distribuidas en tres calles y que dispone de un total de 24 habitaciones y 38 villas , por lo que cuenta con capacidad para alojar 175 viajeros. Pero además, pone a disposición de los visitantes una amplia variedad de jardines, zona de piscina y aparcamiento.
La Sierra de Cádiz, con un abundante patrimonio arqueológico, se extiende al norte de la provincia en un recorrido abrupto, sabroso, verde y emocionante. La llamada ruta de los pueblos blancos es obligatoria para todo buen aventurero. Su punto de origen parte del Parque Natural de Grazalema , declarado Reserva de la Biosfera. Allí, entre las visitas obligadas destaca en mayor medida la localidad del mismo nombre, con uno de los paisajes más espectaculares del entorno. Este parque, en el extremo occidental de la cordillera Bética, es el enclave más lluvioso de la Península Ibérica.
Su orografía resulta asombrosa y llama especialmente la atención por sus cañones, cuevas y riscos y valles. La localidad de Grazalema , en el noreste de la provincia, es la más elevada y la más montañosa. También se encuentra en su término el Torreón, el pico más alto de Cádiz y en sus tierras nace el río Guadalete, que recorre la provincia de este a oeste. El pueblo conserva restos de la época romana y musulmana y está considerado como es uno de los más bellos de la provincia, siendo el mejor exponente de los llamados pueblos blancos. Así, ofrece alicientes como la Fuente Romana, la Iglesia de Nuestra Señora de la Aurora y la Parroquia de la Encarnación.
La Sierra de Cádiz, con un abundante patrimonio arqueológico, se extiende al norte de la provincia en un recorrido abrupto, sabroso, verde y emocionante: la Ruta de los Pueblos Blancos. La ruta se adentra en el Parque Natural de Grazalema, declarado Reserva de la Biosfera, donde no podemos dejar de visitar la localidad del mismo nombre, con uno de los paisajes más espectaculares del entorno.
villa de laujar
Una magia antigua envuelve al viajero nada más pasar del mar almeriense a su Alpujarra, tal vez, proveniente de la leyenda que afirma que Laujar es el pueblo más antiguo de España, fundado por Túbal, hijo de Jefet y nieto de Noé. Fundó Araja, el primer pueblo de España, al que puso este nombre porque era el de su hija muerta en Armenia, cuando se disponía a embarcar con sus padres. Un entorno en el que todo invita a dejar atrás preocupaciones y disfrutar de estar vivos y de sentir el fresco aire de la sierra y el cálido sol de invierno. Para completar esta escapada de lo cotidiano, el alojamiento también debe estar acorde con el ambiente.
Es el caso del hotel Villa de Laujar, perteneciente a la red de Villas de Andalucía . Está junto a Laujar de Andarax, enmarcada en una parcela de 50.000 metros cuadrados que se mimetiza con la Alpujarra hasta el punto de parecer uno de los pequeños pueblos que salpican su paisaje. El complejo está compuesto por un edificio principal, 31 villas repartidas a lo largo de la finca con zonas ajardinadas y boscosas e instalaciones que se completan con el recinto de la piscina, un mirador, huerto, pista de tenis y zona de aparcamiento. Así, en el edificio principal se ubican los servicios comunes, bar, restaurante, y tres salones de reuniones; mientras que los jardines albergan dos piscinas, una de adultos y otra para niños, un parque infantil y un mirador.
Por si fuera poco, existen actividades que se pueden hacer dentro de la villa , como ocurre con los paseos a caballo. Pero los equinos no son los únicos animales que hay, también existe una zona con gallinas y perdices. Las instalaciones son un canto a la naturaleza y la sostenibilidad con el medio ambiente, y como prueba, sólo hay que subir al mirador y acompañar a la centenaria encina que vigila este singular pueblo-alojamiento que tiene una categoría de tres estrellas.
Como no puede ser de otra manera, la gastronomía es otro de los atractivos de alojarse en esta villa turística. Su restaurante La Encina de la Villa , situado en el edificio principal, tiene una variada carta de la que el viajero no se puede perder la fritá alpujarreña, o el jamón con habas. Todo regado con el vino que se cosecha en los viñedos de la comarca, ya que dicen que los vinos saben aún mejor cuando se consumen donde se producen. Lo dulce también envuelve la Encina de la Villa : mantecados, soplillos de almendra, rosquillos de vino, borrachillos, leche frita, pebetes de calabaza, merengues, buñuelos y roscos de sartén satisfarán a los más golosos comensales.
Después de tan buena mesa, nada mejor que recorrer las calles del pueblo, Laujar de Andarax. Hacerlo es prolongar los paseos por la sierra en la que se enclava, en la falda suroeste del Parque Natural de Sierra Nevada. Un completo entorno natural que suma como atractivo turístico a un importante patrimonio cultural de las épocas romanas y musulmanas como los restos de la Alcazaba, residencia de Boabdil, el último rey de Granada.
El sonido del agua acompaña todo el paseo por el municipio por sus 16 fuentes de agua potable que jalonan el casco urbano. Otro de los puntos para visitar es Fuente Victoria, situada entre las localidades de Fondón y Laujar de Andarax. Por sus tierras discurre el río Andarax en su curso alto y los sistemas montañosos de la Sierra de Gádor y Nevada. En esta localidad está la bodega Bosquet, aunque la lleva una familia de Laujar de Andarax. Y es que en esta tierra también hay buenos vinos y bodegas para visitar. Tanto es así, que existe una variedad autóctona, la vijiriego, que es la que se utiliza para la elaboración de su conocido espumoso.
villa de priego
El Hotel Villa de Priego compone un pueblo típico andaluz, donde disfrutar de la luz de sus calles y plazas encaladas, del olor de las macetas cuajadas de flores, del rumor del agua en las fuentes. El complejo consta de un edifico principal donde se ubican la recepción, el restaurante, la cafetería y los salones de reuniones.
Sus 52 villas independientes están distribuidas entre calles, plazas, fuentes y encaladas paredes que conforman un típico pueblo andaluz, salpicado de acequias y jardines. Además, dispone de un gran patio central estilo andaluz y una piscina exterior con terraza-mirador.
El entorno natural de Priego destaca por una cuenca fluvial formada por los arroyos Salado y Zagrilla y el río Genilla, en torno a los cuales se desarrollan bosques en corredor y cuatro rutas de senderismo. Las sierras, de gran importancia geológica, cuentan con profundos valles, empinadas crestas y cortados casi verticales que se disponen irregularmente, formando un paisaje con flora y fauna propias, de bellos paisajes contrastados.
Hay que destacar la Sierra de Horconera, el pico Bermejo (1.476 m.) y la cima más elevada de la provincia de Córdoba en el pico de la Tiñosa (1.570 m.) que formando un impresionante macizo calizo. Sin duda, un atractivo turístico unido al entorno es la propia localidad de Priego de Córdoba. El término municipal de Priego de Córdoba está incluido en el Parque Natural de la Sierra Subbética, que presenta un relieve de fuertes elevaciones calizas y valles poblados de encinares, quejigales y álamos blancos en las riberas de los cursos de agua. La agricultura tiene como principal actividad el cultivo del olivar.
La ciudad de Priego, una de las más señoriales y hermosas de la comunidad, es un conjunto de calles y rincones recoletos, de casas señoriales y monumentos arquitectónicos y escultóricos dentro de una estructura urbana de trazado irregular, de difícil síntesis. Dos aspectos destacan en todo el conjunto: el agua, por su abundancia, y el barroco, pues es el estilo arquitectónico predominante. La Fuente del Rey, la de la Salud, La Iglesia de las Angustias, el convento de San Francisco, La Iglesia de San Pedro, el convento de San Juan de Dios, la ermita de la Aurora, los restos del Castillo, son muestras de ello.
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