Valderas admite que hay que "adecuar" la administración paralela de la Junta

El vicepresidente rechaza para hacerlo el método del "hachazo" que propugna el Gobierno central, mientras el PP conmina a Griñán a que la adelgace por "elefantiásica" y por ser un "foco de corrupción"

Diego Valderas, ayer en Sevilla entre Willy Meyer y José Luis Centella.
R. A. / Sevilla

07 de agosto 2012 - 05:04

La llamada administración paralela de la Junta, denominación bajo cuyo paraguas se cobijan las empresas y entes públicos, no es intocable para el vicepresidente del Ejecutivo, Diego Valderas, que ayer admitió que se trata de una estructura que habrá que "adecuar". La crisis obliga. Eso sí, ese entremado no puede desmontarse, a juicio de Valderas, utilizando el método que propugna el Gobierno central, el del "hachazo" que "manda a la gente al paro".

Ese replanteamiento de la administración paralela, que Valderas no llegó a concretar, en ningún momento circularía por la vía propuesta por los populares, que en opinión del vicepresidente también forma parte del catálogo de los recortes que persiguen "desestabilizar" a Andalucía. El coordinador de IU-CA volvió a expresar su rechazo más rotundo a las medidas del Ejecutivo de Mariano Rajoy, que no dudó en calificar de "políticas suicidas" que empujan a la comunidad autónoma a un "momento preconstitucional".

Pero lo que Valderas llamó "hachazo" del PP tiene en las filas de éste otra consideración: es ni más ni menos que "gobernar". Lo dijo ayer en Málaga la vicesecretaria de Empleo y Economía del partido, en Andalucía, Carolina España, que instó al jefe del Ejecutivo andaluz, José Antonio Griñán, a que "analice sus cuentas, que son las del Gran Capitán, adelgace la administración paralela y deje de hacer confrontación permanente y de amenazar con cerrar hospitales y colegios".

España insistió en que "hay que reducir donde se puede y donde se debe", señalando sin mencionarlas a las empresas y entes públicos de la Junta, "como hacen los ayuntamientos, las diputaciones, las empresas y las familias". La dirigente popular hizo hincapié en que "no podemos acudir permanentemente al endeudamiento, como se ha hecho desde los gobiernos socialistas en los años anteriores" y añadió que "gobernar es reducir aquello que no afecte a la calidad de vida de los ciudadanos". Desde la Junta, Valderas advirtió que "o nos permiten más deuda o la situación será imposible para Andalucía".

Mucho más duro con el Gobierno andaluz que España fue su compañero de partido Rafael Hernando. El portavoz del Grupo Parlamentario del PP en el Congreso de los Diputados conminó a Griñán a que reduzca una administración paralela que es "elefantiásica" y que "se ha convertido en un foco de corrupción".

"Menos teatralidad y más compromiso con el futuro", exigió Hernando al jefe del Ejecutivo autonómico. "En Andalucía hay muchos sitios para recortar sin tener que cerrar hospitales y escuelas", afirmó el portavoz adjunto del PP en la Cámara Baja. En este sentido, Hernando subrayó que el Gobierno que preside Griñán debería comenzar a hacer los ajustes que "tendrá que hacer porque es la comunidad autónoma con más paro" por "los gastos suntarios que mantiene y sostiene la Junta de Andalucía, con tantos organismos inútiles".

En la misma línea se expresó España, que tildó de "demagógica" la "amenaza del cierre de colegios y hospitales" hecha por Griñán. "No es serio, cuando no se saben cuántas agencias ni cuántas fundaciones ni cuánto personal tienen, ni cuánto cuesta eso a la administración". La vicesecretaria de Empleo y Economía del PP-A denunció que en esa "amenaza" sobre los hospitales y los colegios para reivindicar un mayor límite de endeudamiento "no está la solución, lo que hay que hacer es ajustar y despilfarrar menos".

Para España, Griñán no está sino "ocupando el lugar de [Alfredo Pérez] Rubalcaba, haciéndole la oposición al Gobierno, cuando lo que debería hacer como presidente de la Junta es decir la verdad sobre sus cuentas".

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