El campo sigue en situación crítica pese a la subida de precios en el supermercado
Agricultura
Algunos productos experimentan aumentos de entre un 70% y un 100% sobre el pago que reciben sus productores
El gran debate sobre el modelo ganadero
Los precios de producción se disparan y en los lineales los consumidores notan la subida de los precios, aunque en el campo los agricultores y ganaderos aseguran que ellos tan solo sufren la primera y no ven reflejado en sus ingresos la segunda.
Mientras tanto, el secretario general de Coag en Málaga, Antonio Rodríguez, que se dedica a la producción de leche de cabra, fue mucho más tajante con esta situación en la que cree que existe una importante “especulación” que se está aprovechando de esta situación.
“En Europa se creían que son la bomba y que podemos traer todo fuera, pues ahora ya estamos viendo que no y lo vamos a pasar mal, no descarto que puedan faltar algunos productos”, señalaba Rodríguez.
En este sentido, explicó que una situación parecida ya se vivió en el año 2021 en el sector de producción de leche de vaca cuando los costes de producción hacían inviable que se pudiesen mantener muchas explotaciones que tuvieron que sacrificar a parte de sus reses.
“Ahora estamos viendo que grandes marcas están teniendo problemas para abastecer los lineales y se han vivido problemas para encontrar leche, han matado al sector y ahora no se trata de darle a un botón y comenzar a producir”, dice Rodríguez, que augura que pueden producirse más situaciones de este tipo si los costes de producción siguen disparados y las explotaciones no tienen repercusión en el incremento de los precios de venta.
Un ejemplo es su propia explotación lechera, en la que asegura que pasó de pagar unos 300 euros mensuales en la factura de la electricidad a los 900 euros que le facturan en la actualidad. Además, también pone como ejemplo la compra de alimento para el ganado, pasando un camión de costar alrededor de unos 4.000 euros a los 8.000 euros que asegura que desembolsó esta misma semana por el mismo tipo de producto y cantidad. “No hay explotación que lo aguante, como se vive es yendo al paro y sin trabajar” dice Rodríguez, y es que considera que este es un aspecto que se prima en la actualidad frente a aquellos que buscan sacar adelante sus explotaciones. “Lo fácil sería mandar mis animales al matadero y mi mujer y yo al paro, poquito dinero, sí, pero sin preocupaciones y sin arruinarnos”. En la actualidad la venta de su leche de cabra por la baja de la producción en otoño roza 1 euro por litro, aunque el resto del año se movía entre los 75 céntimos y los 85 céntimos céntimos. Mientras tanto, en la actualidad se están pagado al ganadero unos 62 céntimos de euro por litro de leche de vacuno.
En cuanto a las soluciones, desde Coag aseguran que “llevamos años diciendo que la alimentación debe ser un sector estratégico de un país, preguntando qué pasaría si viene un guerra o algo parecido, y ya pasó”.
Por su parte, desde Asaja tiene una visión muy parecida de la situación actual del campo, que no dudan en calificar de “auténtica ruina”, señalando como principales causas el incremento de los costes de producción, la no repercusión de la subida de precios al consumidor en los agricultores o ganaderos y la “competencia desleal” que aseguran que llega desde fuera de las fronteras.
Además, aseguran que mientras se responsabilidad de casi todo a la guerra en Ucrania tras la invasión rusa, en especial en el tema de cereales, los almacenes de las cooperativas se encuentran “repletos” con escasas operaciones de compra en el mercado. “Si hubiese falta de cereales lo normal sería que hubiese demanda y no pasa”, señalan, apuntando a la falta de operaciones de compra que existe en estos momentos.
Es el caso de la cooperativa Los Llanos de Cuevas del Becerro, que cuenta con unas 700 toneladas de trigo duro, principalmente destinado a la producción de pastas, que siguen esperando un comprador dispuesto a desembolsar un precio “justo”, explican desde la cooperativa.
En este sentido, sostienen que algunos de los productos están experimentado subidas de entre un 70% y de hasta un 100%, sin que esos incrementos se estén viendo reflejados en los productores. “Algunos cítricos se están pagando a céntimos y el consumidor los encuentra a 2 y 3 euros”, señalan desde Asaja.
Además, inciden en la subida que están teniendo los insumos para la producción, con algunos casos como el alimento para el ganado que sostienen que está duplicando su precio. “Hay camiones de alimento que han pasado de 6.000 euros a 12.000 euros”, afirman
En este sentido, aseguran que “no estamos siendo capaces de repercutir esos incrementos de la producción en el precio de los productos”, al tiempo que insisten en que la subida de los precios de la cesta de la compra no se traslada a la economía de los productores.
Por otra parte, también apuntan a la concentración de la industria en pocas empresas, como sería el caso del sector lácteo, algo que sostienen desde esta organización que conlleva a una imposición de los precios de compra.
Unos incrementos de costes que también están sufriendo en el sector del olivar, en especial, por el elevado precio del gasoil, la electricidad, los productos para tratar los cultivos y hasta el precio de los costes de la reparación de maquinaria. Además, este año se une a ello una gran bajada en la producción, por lo que “el agricultor tampoco se está beneficiando de ese incremento de precios”, explica Juan Rosua, gerente de la cooperativa Almazara de Ronda.
En el campo la impresión sigue siendo la misma que hace unos meses, y es que aunque se producen ciertas bajadas en algunos elementos esenciales como el gasoil, los costes de producción están disparados y los incrementos en los precios en algunos casos, como el olivar, no llega a equilibrar la balanza debido a otro fenómeno como es la sequía que hizo que la producción sea muy escasa.
“Suben los costes de producción y baja la producción, por mucho que estén subiendo los precios al final el agricultor ingresará lo mismo que el año pasado o menos”, insiste Rosua.
Además, el coste de producción del aceite también está teniendo un incremento debido a las subidas de la electricidad, envases o el coste de las reparaciones o. “En nuestro caso los costes generales han crecido sobre un 20% que no tenemos más remedio que repercutir sobre el precio del producto”, explica Rosua.
Preocupación por la entrada de miel de terceros países
Los diferentes sectores agrícolas y ganaderos están pasando momentos complicados, aunque en el caso de los productores de piel la situación es todavía más preocupante debido a los bajos precios y la reducción de la producción por la sequía. En concreto, se estima que las colmenas españolas han producido sobre un 30% menos que en la pasada campaña, aunque esa reducción del producto no conllevó un incremento de los precios. “No se vende, ni preguntan”, explica Juan Antonio García, un apicultor de Cuevas del Becerro. Además, reclama la aplicación estricta de la normativa que permita incrementar los controles sobre la miel que está entrando desde el exterior a precios muy bajos y que consideran que les hace una “competencia desleal” a lo que añade que “creo que han hecho un boicot contra nuestra miel para que se la regalemos”, afirma García, que explica que en la cooperativa a la que pertenece tienen almacenados 800.000 kilos de miel que no logran vender. “Están importando miel ucraniana que le han bajado los aranceles un 17% con motivo de la guerra y de China, aunque en el último casos algunas veces no es miel, es glucosa de arroz que tiene las características de la miel”. Además, asegura que los datos que manejan reflejan que durante los últimos seis meses se importó más miel que durante todo el año anterior. Un aspecto que se traslada incluso a un producto tan navideño como la elaboración de turrones, ya que desde Coag aseguran que “podemos encontrarnos turrones que aparentemente pueden parecer 100% españoles y que en realidad han utilizado miel china”.
El pasao año su miel a la industria se la pagaron a 3,80 euros el kilo al ser de montaña, mientras la denominada de campiña se pagó a 3,50 euros el kilo.
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