La dimisión de Pizarro agrava la brecha en el PSOE de Andalucía
Quien fuera el último hombre de Chaves en el Gobierno andaluz deja el cargo de consejero de Gobernación tras meses de desencuentros con Griñán y en uno de los peores momentos electorales del Partido Socialista
Hasta ayer nadie hubiera pensado que el nombre de Luis Pizarro Medina se pudiera conjugar con el verbo dimitir. Forjado en el aparato del PSOE desde su militancia anterior a la muerte de Franco y uno de los arietes en los que Manuel Chaves sustentó su poder durante 20 años en Andalucía, Pizarro representaba como pocos el sentido de la disciplina en su partido. Por eso su dimisión como consejero de Gobernación del Ejecutivo que preside José Antonio Griñán cayó ayer como una auténtica bomba en la formación socialista. Más si se considera el grave momento electoral al que se debe enfrentar el PSOE: dos días después de que Zapatero renunciase a presentarse en 2012 y que diera paso a unas primarias, y a menos de dos meses de unas elecciones municipales. Además, los socialistas andaluces deben afrontar unos comicios autonómicos en 2012 con las encuestas en contra y mientras arrecian las consecuencias del caso de los ERE.
Pizarro, que era considerado por Griñán como uno de sus "consejeros de Estado", le envió ayer por la mañana una carta en la que le explicaba las razones de su renuncia. Entre éstas figura la destitución que se iba a producir hoy del delegado de la Junta en Cádiz, Gabriel Almagro, una persona cercana a Pizarro, alcalaíno como él, y de cuya gestión no se deducen errores ni afrentas con el presidente Griñán. El consejero conversó con la consejera de Presidencia, Mar Moreno, y con el propio presidente, pero mantuvo su posición de que no firmaría la destitución de Almagro.
Según su entorno, Pizarro entendió el mensaje, y éste era que había una estrategia política contra la actual dirección provincial de Cádiz y contra los últimos seguidores de Manuel Chaves en Andalucía. "Luis se va porque no acepta que el BOJA sea utilizado desde San Vicente [sede del PSOE andaluz] para marcar sus estrategias", aseguró ayer una persona muy cercana al dimisionario. La lucha entre la agrupación gaditana y la dirección regional de San Vicente, liderada por Susana Díaz, secretaria de Organización, era pública desde hacía meses. De hecho, las sustituciones van en ese sentido. Tanto el nuevo consejero de Gobernación, Francisco Menacho, como el delegado en Cádiz, Manuel Jiménez Barrios, se sitúan en la oposición a Pizarro en la provincia de Cádiz.
Fuentes de la dirección regional socialista, sin embargo, mostraron su malestar con Pizarro por las consecuencias que su dimisión le pueden acarrear al partido. "El presidente no se merece esto", explicó una persona desde San Vicente, que añadió: "Aquí, jamás se cuestionó ningún nombramiento de Chaves, ¿por qué sí los de Griñán?".
La destitución de Almagro, por tanto, debe entenderse como la gota que ha terminado por desbordar el caudaloso río que separaba a Pizarro y Griñán.
Un hecho fundamental para entender este desenlace fue la reunión que mantuvieron, el 12 de marzo pasado, Manuel Chaves, Luis Pizarro y el secretario general de Cádiz, Francisco González Cabaña, con el urbanista Manuel González Fustegueras para proponerle la candidatura a la Alcaldía de Jerez. Griñán, que no dio permiso para esa propuesta, comentó en privado que uno de los hechos que más le habían dolido de ese encuentro fue la presencia de Luis Pizarro, porque era uno de sus "consejeros de Estado". El presidente también se había distanciado de Manuel Chaves, su antecesor y amigo, y aquella reunión supuso una ruptura, posiblemente, irreparable. Después de aquello, se esperaba que Griñán y su número dos en el PSOE, Susana Díaz, actuasen contra el secretario general de Cádiz y su equipo. "El presidente pudo destituirlo [por Pizarro] después de lo de Jerez, porque Jerez es un escaparate de lo que han venido haciendo, pero no dijo ni pío", se señaló desde la dirección regional.
Pero no fue éste el único suceso que fue distanciando a Griñán de quien fuera una de las personas que lo propuso para sustituir a Manuel Chaves. En Córdoba hubo un intento para cambiar a la delegada de la Junta, Isabel Ambrosio, cercana al también dimitido Rafael Velasco y crítica con el actual secretario, Juan Pablo Durán. Como consejero de Gobernación, los delegados de la Junta dependen orgánicamente de él, aunque en el caso de Córdoba sólo fue "informado". En Almería y en Jaén sí se llegaron a cambiar a los delegados del Gobierno andaluz sin que él pudiera influir mucho en estas destituciones.
La salida de Luis Pizarro del Gobierno supone la práctica desaparición de todas las figuras que acompañaron a Manuel Chaves en los gobiernos y en el PSOE andaluz, por lo que ahora puede tomar cuerpo el enfrentamiento subterráneo que existe en Andalucía entre la dirección anterior y la que lidera José Antonio Griñán. El PSOE tiene el peor problema en Cádiz, pero también hay sectores críticos con la actual dirección en Almería, Jaén y Granada. Incluso en Sevilla, Huelva y Jaén hay sectores críticos que entienden que si el PSOE obtiene un resultado malo en las elecciones municipales del 22 de mayo, el ex consejero Francisco Vallejo podría ser un buen sustituto.
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