El trabajo hecho, ‘sólo’ quedan las urnas en Málaga

Málaga/Ya no quedan más eslóganes que vender, ni más arengas que soltar, ni más mítines que convocar. Sólo se puede llamar al malagueño a que cumpla con su derecho al voto y esperar los resultados y las primeras informaciones a pie de urna. Este domingo electoral puede ser, ciertamente, histórico para el Partido Popular en Andalucía, que busca el mejor resultado que haya obtenido jamás.

Si en otras provincias de interior la operación salida para ir a la playa y la ola de calor hacen temer a algunos partidos por la posible abstención, en Málaga se confía en que, como vienen pidiendo los populares, primero se vote y, después, se opte por pasar el domingo en la playa.

Este mismo sábado lo repetía el presidente de la Junta y candidato a ser reelegido, Juanma Moreno, durante la jornada de reflexión, “espero mucha participación”. Algunos sondeos cifran la abstención entorno al 35 o el 40%. En Málaga, en 2018, la abstención subió hasta el 43%, dos puntos por encima de la media andaluza.

Pese a ello, en el Partido Popular confían en que su votante salga al colegio electoral el domingo. En el seno del partido azul dan por seguro que conseguirán siete diputados, si bien esperan que la llamada al voto útil de última hora les haga conseguir el salto a los ocho que les acercaría a la mayoría absoluta en Andalucía. Este voto útil se podría haber visto impulsado por la postura de Vox en los últimos días de campaña, que aseguraban que no permitirían a Moreno gobernar a no ser que Olona, su candidata entrase en el gobierno.

En el miedo a que entrase Vox centró el PSOE parte de su discurso de inicio de campaña, que rotó en el segundo debate hacia el ataque a la gestión popular. En Málaga, los socialistas esperan que la implicación de los alcaldes de los pueblos de interior les dé el impulso que necesitan para no bajar de los cuatro parlamentarios que obtuvieron en 2018 y, esperan que la aritmética acabe concediéndoles cinco parlamentarios. Los mismos que firmaba su cabeza de lista, Josele Aguilar, antes de comenzar oficialmente la campaña.

El actual socio de gobierno de los populares en la Junta de Andalucía, Ciudadanos, ya ha asumido la debacle electoral. De la veintena de escaños que cosechó en 2018, ahora pelean por obtener un grupo electoral (cinco parlamentarios). Málaga es una de las provincias en las que más cerca están de conseguir un asiento en la cámara, si bien deben llegar al 3% del total de los votantes. En caso de que la participación estuviese en torno al 60%, eso supondría tener que cosechar más de 21.000 votos en la provincia. Lejos quedan los resultados de las anteriores elecciones en las que obtuvieron cuatro parlamentarios en la provincia.

Vox, por su parte, espera doblar su representación por Málaga estas elecciones. Si en la anterior legislatura tuvo dos representantes malagueños, después de estos comicios cuentan con obtener, al menos, cuatro de ellos. Por una parte, confían en que su electorado se movilizará con total seguridad. En el otro lado, pesa que durante la campaña el cabeza de lista del partido ha sido prácticamente invisible, estando detrás de Macarena Olona, cuando no de las figuras nacionales del partido.

En los partidos a la izquierda del PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía, están luchando por un sector común del electorado. Si al comienzo de la campaña, el partido Andalucista de Teresa Rodríguez no alcanzaba ese 3% necesario, ahora todo hace indicar que superarían la barrera de votos que le otorgaría un parlamentario, en este caso Carmen Máximo. En Por Andalucía, confían en que su fuerza en muchos municipios del interior con gran presencia de Izquierda Unida les valga para alcanzar los dos parlamentarios; si bien la candidata a la presidencia, Inma Nieto tendría el asiento asegurado.