Esta es la especie que activa las alarmas en Doñana
Sevilla/El siluro es un pez de agua dulce que pertenece a la familia Siluridae, originario de Europa Central. Este pez es más conocido como pez gato y se caracteriza por un cuerpo largo y alargado, cubierto por una piel lisa sin escamas y rodeada de mucosa. En las últimas décadas se ha hecho popular la pesca del siluro en muchas zonas rurales, aunque desde que se introdujo en España en el año 1974, esta especie invasora ha ido expandiéndose, poniendo en riesgo la biodiversidad en varios ecosistemas.
Los siluros pueden variar en tamaño, y no un poco. Hay algunos ejemplares pueden pesar más de 100 kilos y medir más de dos o tres metros. De hecho, este pez es considerado el pez de agua dulce más grande de Europa y el tercero más grande del mundo.
Además de su tamaño, el siluro es un depredador importante en los entornos que habita. Es necesario recalcar que este pez se alimenta de forma masiva de especies autóctonas, principalmente de macroinvertebrados y otros peces, y esto es algo que puede llegar a poner en peligro el equilibrio de los ecosistemas.
En nuestro país, España, el siluro es una especie invasora que según los registros, fue introducido por primera vez en la cuenca del Ebro en 1974 para la pesca deportiva, concretamente en el embalse de Mequinenza. Desde entonces, se han dado más introducciones ilegales y descontroladas en otras cuencas españolas. Según el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras, el siluro es una especie en expansión que altera los ecosistemas acuáticos y que, además, tiene un gran impacto sobre las especies autóctonas debido a su voracidad.
La primera vez que se identificó un ejemplar de este pez en la cuenca del Guadalquivir fue en 2011, en el embalse de Iznájar. Desde ese momento esta especie invasora se ha ido expandiendo poco a poco, encontrándose más ejemplares en el río Ribera de Huelva.
Esta situación pone en alerta al Bajo Guadalquivir, que es uno de los puntos calientes de biodiversidad de Andalucía de elevado valor ecológico y comercial. Así lo señala un trabajo de la Universidad de Córdoba en coordinación con el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
Según dicen los expertos, manejar los siluros es actualmente muy complejo. El catedrático Carlos Fernández, uno de los autores principales de este trabajo, ha señalado el problema que supone la presencia de esta especie invasora en el Bajo Guadalquivir, donde se encuentra Doñana, centro del medioambiente y su entorno.
El hecho de que haya siluros en el entorno también puede afectar la pesca del cangrejo rojo, de albures y de muchas especies de interés comercial que se verían impactadas por los siluros.
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