XVI Premios Andaluces del Futuro: Talento andaluz con proyección
El Grupo Joly, con la colaboración de CaixaBank, entrega este lunes en Málaga los XVI premios Andaluces del Futuro a cinco jóvenes que apuestan por el avance y bienestar social
El acto es el 3 de junio a las 20:00 en el Museo Automovilístico y de la Moda de Málaga
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Málaga/El futuro es hoy. Por ello, hay que trabajar día a día con la firmeza de cosechar lo que uno siembra. Se dice que los jóvenes son el futuro, pero ya son el presente. Los Premios Andaluces del Futuro, organizados por Grupo Joly y CaixaBank, se encargan de galardonar a cinco grandes promesas que reúnen las condiciones para triunfar. La entrega de premios de la decimosexta edición se realizará el 3 de junio a las 20:00 en el Museo Automovilístico y de la Moda de Málaga. Los ganadores son Cristina, Marina, Pablo, Blas y Antonio, quienes han demostrado que con trabajo, dedicación, pasión y esfuerzo se pueden conseguir grandes cosas y avances en la sociedad.
El jurado está presidido por Juan Ignacio Zafra, director territorial de CaixaBank en Andalucía Oriental y Murcia, quien delegó su voto en Óscar Álvarez, director de comunicación en Andalucía Oriental de Caixabank, y formado por José Ignacio Rufino Rus, profesor de Economía y columnista del Grupo Joly, como secretario del jurado y vocal de la categoría Empresa; José López Barneo, catedrático de Fisiología Celular y Biofísica de la Facultad de Medicina de Sevilla, como vocal de Ciencia; Carlos Colón, licenciado en Geografía e Historia, doctor en Historia del Arte en la Universidad de Sevilla, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla y miembro del Consejo Editorial del Grupo Joly, como vocal de Cultura; Mariola Rus, licenciada en Educación Física y profesora, exjugadora de la selección nacional de rugby y presidenta del club Cocodrilas de División de Honor de Rugby, como vocal de Deporte, y Antonio Fragero, presidente del Patronato de la Fundación CES-Proyecto Hombre, como vocal de Acción Social.
Cristina Cadenas es la ganadora en el ámbito científico, una joven marbellí de 35 años que reside en California. Sus méritos la hacen ser una referente a nivel nacional e internacional en el área de actividad física y salud, estando entre los investigadores más importantes del mundo en su área y entre las mujeres investigadoras nacionales e internacionales más destacadas. Se enteró de estos premios unos años atrás y decidió presentarse porque “no hay nada más bonito que se te reconozca donde has vivido y sientes que perteneces”. Lo ha ganado a la quinta, “tal vez porque la primera fue muy prematura”.
“Los investigadores trabajamos mucho, pero los reconocimientos son pocos y lo consigue poca gente”, ha indicado. Se enteró de que había sido ganadora un miércoles a las cinco de la mañana: “Recuerdo que estaba supercansada y recibí un correo, lo leí con un ojo abierto y al ver que me daban la enhorabuena, abrí el otro de golpe e inmediatamente se lo dije a mi madre y mi hermana, ha sido el mejor despertar”. Para ella, este reconocimiento es una alegría porque lleva a su tierra por bandera y con orgullo. “Este es un premio personal, pero también colectivo, y que tu casa te reconozca es una alegría”, ha declarado.
Cadenas se “enamoró académicamente” a finales de sus estudios universitarios gracias a profesores que le hicieron creer en sí misma. Se enfocó en la investigación y, en concreto, en el ámbito de la obesidad infantil. “La ciencia es la base de todo, la necesitamos para avanzar y sin avance no hay conocimiento”, ha señalado. Apunta que en su campo en concreto “queda mucho por explorar” y es “muy enriquecedor” porque le “encanta ayudar a la gente y es lo que más le reconforta”, sobre todo a los niños.
Ha publicado más de 125 artículos científicos, destacando algunos como primera autora en las revistas más prestigiosas del mundo como Diabetes Care, Journal of Hepatology, o JAMA Net Open. Galardonada con 19 premios por su actividad investigadora y reconocida como mejor investigadora joven por varias instituciones, fue la primera española que recibió el premio a jóvenes investigadores de la European Association for the Study of Obesity.
Desde Jaén, Antonio Conde ejerce de agricultor, ingeniero agrónomo y emprendedor a sus 28 años. Él recibió la noticia de que había sido ganador en la categoría de Acción Social cuando estaba trabajando, mientras revisaba los correos. “No es un premio solo para mí, es un premio colectivo”, ha remarcado. Es un enamorado del campo, divulgador de Buenas Prácticas Agrícolas Sostenibles, investigador en temas relacionados con el suelo agrícola y el cambio climático y, sobre todo, un defensor del medio rural.
De hecho, utiliza sus redes sociales para llegar a más gente y, en concreto, a un público más joven. Su familia vive de la agricultura y siempre se ha criado en ese sector: “Como he estado ligado siempre al ámbito agrario, no tenía otra opción que ser ingeniero agrónomo”. La labor de esta especialidad técnica es aplicar sus conocimientos científicos y tecnológicos en empresas agrarias y agroalimentarias con el objetivo de mejorar los procesos de producción y la calidad. Todo ello con el máximo respeto posible con el medioambiente.
En su día a día trata de buscar soluciones al sector agroalimentario y llevarlas a la práctica en campo, donde realmente se aprende junto al agricultor. También participa en distintas jornadas, seminarios y actividades de divulgación. El joven jiennense afirma que este reconocimiento no es solo por su trabajo, sino que es para todo el medio rural: “Es un apoyo más a mi zona, a mi trabajo, y a una profesión entera, tanto a los agricultores como a los ingenieros agrónomos”.
Conde ha señalado que el medio rural se encuentra en el foco de la actualidad: “He participado en unas jornadas donde jóvenes y no tan jóvenes agrícolas debatíamos nuestro día a día”. El punto negativo es que la divulgación no traspasaba fronteras y tuvo claro que debía hacerse a través de redes sociales. Comparte en su cuenta de Instagram la labor de los agricultores no solo para darla a conocer, sino también “para llegar a nuevos jóvenes” que cuentan con poca información.
La representación emprendedora andaluza recae sobre Blas Torres, ingeniero aeroespacial de 30 años y natural de Jaén. Comenzó en solitario redactando proyectos subcontratados y en solo tres años se ha consolidado como una de las principales ingenierías aeroportuarias, empleando a 35 ingenieros y arquitectos, dos estudiantes de prácticas y con una cartera de negocio superior a los 15 millones de euros para los próximos cinco años en contratos adjudicados con Aena.
Torres descubrió este premio a través de una compañera periodista y recuerda exactamente el momento en el que se enteró de que había ganado: “Estaba solo en el despacho y me llegó el correo, al verlo no me lo creía, sentí mucha felicidad”. Este joven emprendedor se desarrolló como ingeniero experto en aeropuertos en grandes multinacionales como AYESA, CEMOSA o INDRA, entre otras, desde Madrid.
Tras la pandemia de covid-19, y con solo 26 años, decidió aprovechar la pequeña empresa familiar de construcción para crear una ingeniería aeroportuaria desde cero con sede en su municipio natal, Mancha Real, donde regresó después de vivir en la capital. “Hoy en día tenemos todo el equipo formado, somos muy competitivos y estamos teniendo mucho éxito gracias a las referencias”, ha asegurado.
“Lo que buscaba era descentralizar porque todos nos tenemos que ir a Madrid y echamos de menos nuestra tierra, no tenemos por qué estar en la capital, podemos trabajar desde Andalucía o cualquier parte de España”, ha comentado. Cuenta con 342 proyectos redactados en los últimos tres años que llevan la rúbrica de Mancha Real por todo el territorio nacional. Debido a que es la única ingeniería especializada en aeropuertos de Jaén, ofertan prácticas a través de la universidad para luego formar parte de la plantilla para que “no tengan que abandonar su tierra para poder trabajar como ingenieros o arquitectos en grandes proyectos”.
En cuanto al deporte, el premiado ha sido Pablo Martínez, sevillano de 26 años. Es graduado en Doble Grado de Fsioterapia y Ciencias de la Actividad Física y Deporte por la Universidad de Sevilla. “He sido premiado en el último año que me podía presentar y lo recibo con una alegría enorme”, ha admitido. Recuerda a la perfección el momento en el que se enteró de que había ganado: “Recibí el correo cuando estaba entrenando en Mallorca y no me lo podía creer”.
En la actualidad, compagina su carrera académica con la deportiva, ya que desde hace unos años se dedica profesionalmente al piragüismo. “Saber que fuera del agua se nos reconoce es una alegría enorme”, ha dicho. Siempre ha estado ligado al deporte: empezó jugando a tenis, pero creció viendo la pasión que sentía su hermano mayor por el piragüismo y se pasó a este deporte por los valores y el compañerismo en el agua, “una cosa muy distinta” a la que estaba acostumbrado, y “sin imaginar todo lo que vendría después”, logros que ha conseguido tanto con su compañero Cayetano como individualmente.
Empezó entrenando a los 16 años. En 2019, le dedicaba cinco días a la semana, el “poco tiempo” que le permitían los estudios. A raíz de ponerse a prueba y darse cuenta de que se le daba bien, decidió dedicarle más esfuerzo y tiempo, horas y horas en el Club Náutico de Sevilla. En plena pandemia entró en la selección nacional. A sus 23 años consiguió en los Juegos de Tokio 2020 el primer diploma olímpico masculino en el piragüismo de Andalucía. Ha sido campeón del mundo dos veces –en 2022 y 2023- y consiguió una medalla de plata en los Juegos Europeos de Cracovia 2023.
Para Pablo Martínez el deporte es sinónimo de sacrificio, constancia, fuerza de voluntad y perseverancia: “Son valores que se pueden trasladar a cualquier ámbito de la vida y que se inculcan desde muy pequeños, algo muy positivo”. Por otra parte, dedicarse profesionalmente al piragüismo le abre puertas a conocer gente nueva y visitar nuevos lugares, tanto nacionales como internacionales, y aprender nuevas culturas. “El deporte es lo que me ha hecho ser quien soy hoy en día”, ha concluido.
La guionista malagueña Marina Parés ha sido la premiada en el ámbito cultural. Decidió presentarse debido a la recomendación de un amigo suyo. ¿Cómo se enteró de que había sido la ganadora? En una reunión de guionistas: “Estaba reunida con mis compañeros cuando me llegó un correo electrónico dándome la enhorabuena, no me lo podía creer, lo compartí enseguida”. Este reconocimiento le hace “mucha ilusión” y apunta que “está bien” que haya varias categorías para visibilizar distintos ámbitos. “Me siento privilegiada por haber sido la persona cuya candidatura ha ganado este año en la representación cultural de Andalucía”, ha confesado.
La joven de 32 años consiguió con su primer guion de largometraje, Ane, cinco nominaciones a los Premios Goya, incluido mejor película, y se hizo con tres estatuillas, entre ellas la de guion adaptado. “La nominación fue un punto de inflexión, aunque ya he tenido tiempo de digerirlo”, ha confesado. Ella y su compañero coguionista David Pérez Sañudo disfrutaron de los meses de nominación antes de llevarse la estatuilla: “No nos lo esperábamos al ser la primera película y fue una alegría muy grande”.
También ha indicado a este periódico que nunca vio como “algo real” el poder dedicarse y vivir de escribir guiones. Estudió Comunicación Audiovisual para escribir sobre cine, luego hizo el International Master in Audiovisual and Cinema Studies en París y culminó sus estudios con la Diplomatura de Montaje y Postproducción en el Instituto del Cine de Madrid. Poco después surgió la oportunidad de poder guionizar su primera película y anima a las personas que quieran dedicarse a ello a que escriban, porque “se aprende escribiendo”, y que tengan mucha perseverancia.
Ahora se encuentra en el desarrollo de un nuevo proyecto, Los últimos románticos, basado en la novela homónima y coguionzado por David Pérez. Parés, como representante de este sector en los Premios Andaluces del Futuro, defiende que la cultura va relacionada directamente con la sociedad y no se entiende una cosa sin la otra: “Es lo que nos permite ver más allá de nosotros mismos y de nuestro día a día, lo que nos invita a reflexionar”.
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