La sequía se hace cotidiana en Andalucía
Informe sobre la falta de agua
La situación que se vive en cada una de las provincias varía entre aquellas que ya sufren restricciones al abastecimiento y otras en las que se restringe su utilización para el riego
Así ha empeorado la sequía en Andalucía: de alerta a emergencia
Los trasvases vuelven a contar como una alternativa ante la falta de agua en Andalucía
De pertinaz a estructural; de ser persistente a convertirse en un factor que ha cambiado las reglas de juego. Dicho de otra manera; el agua que tenemos no llega, ni de lejos para el que necesitamos para mantener nuestra vida como hasta ahora. La sequía se ha quedado en Andalucía y no se descarta que se consolida como endémica. Noviembre, diciembre y enero se han dado por perdidos. Tan solo unos días de la segunda quincena de este mes han salvado para que los embalses corrijan su tendencia.
Si la ventana de posibilidades se abre, será en marzo y abril, aunque a ese tiempo vista se hace complejo el hacer predicciones. De no hacerse, las restricciones regresarán a unos hogares que, a pesar de que no determinan el mayor consumo, sí que erigen como la posibilidad más fácil para aplicar medidas que lo reduzcan. La afectación a la agricultura se salda con incrementos constantes en los precios de los alimentos, con el aceite de oliva encadenando su segunda campaña consecutiva en la que lamentar la falta de lluvias.
La Agencia Española de Meteorología (Aemet) confirma las malas expectativas y prevé un febrero "pobre" en lluvias. Lo peor es que parece que los modelos cambian y ya no registran "grandes borrascas persistentes" que permitían "una semana entera" de lluvias que propiciaban escorrentías para mejorar las reservas de los embalses. "Si toda la lluvia ha caído en este mes de enero hubiese ido a los pantanos, hubiésemos tenido un 30% más y esta
Sevilla se libra de las restricciones
Donde no se verán es en Sevilla, la más poblada de ellas. Entre los pasados 15 y 19 se recogió agua para cinco meses. Los embalses de Aracena, Zufre, Minilla, Gérgal, Melonares y Cala, gestionados por Emasesa, recibieron más de 43 hectómetros cúbicos y aumentaron en siete puntos su capacidad que, no obstante, sigue sin llegar al 40%.
En cualquier caso, sirve para incrementar la capacidad de suministro que hasta ahora era de un año, para dejarla en año y medio. La capital parece a salvo de las restricciones y, aunque la intención es que las grandes ciudades no sufran cortes de suministro, de continuar esas predicciones, nadie puede apostar a que sigan al margen. Hace unos días se actualizó el censo de andaluces que sí las padecen: son más de medio millón y afectan a 58 localidades.
Málaga, cortes en el suministro
Las restricciones van aumentando poco a poco y cada vez son más los municipios en Málaga que o bien cortan el agua por las noches a sus vecinos, restringen el uso de agua potable para diferentes servicios o reducen la presión del agua a sus vecinos. La Axarquía es la zona más afectada y donde los cortes de agua se llevan dando desde hace casi un año. Los municipios afectados son Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria, Almáchar, Benamargosa, El Borge, Iznate, Sedella, Moclinejo y Periana. En todos se corta el agua por las noches y en algunos de ellos, el inicio de esta restricción varía dependiendo del día, como en Vélez-Málaga, ya que anuncia a través de su perfil de Facebook a diario a que hora sus vecinos dejarán de tener agua.
Por otro lado, se producen también cortes diarios en Casabermeja, Villanueva de la Concepción o Valle de Abdalajís. En la Costa del Sol Occidental, aunque todavía no hay ningún municipio que esté realizando cortes de agua, sí que se han empezado a tomar medidas para reducir la presión del agua en Fuengirola y Benalmádena. Málaga capital anunció hace unos días que empezará a aplicar esta medida contra la sequía en breve.
Por otro lado, hay municipios que para ahorrar agua potable prohibieron o restringieron el uso de ésta en diferentes servicios. Entre ellas se encuentra el no permitir utilizar agua potable para el baldeo de calles, riego de jardines públicos o privados y el llenado de piscinas. De igual forma, también dejaron de permitir el lavar los coches fuera de los establecimientos pertinentes y han aprobado el cierre completo de los servicios de playas y cortaron el agua de las fuente ornamentales, duchas y surtidores que no tengan control o mecanismos de reciclado. Entre los municipios que adoptaron estas medidas están Benalmádena, Casares, Fuengirola, Estepona, Marbella, Manilva, Mijas, Ojén, Torremolinos y Málaga capital.
Campo de Gibraltar, menos presión
La comarca del Campo de Gibraltar sufre desde el pasado día 10 de enero restricciones en el abastecimiento de agua a la población consistentes en una bajada de la presión en horario diurno que se acentúa durante la noche (de 23:00 a 6:00). La empresa comarcal Arcgisa, responsable del suministro, está implantando la reducción de la presión de manera progresiva -para evitar roturas en las tuberías- de forma que en los próximos días ya se prevé que queden zonas sin suministro durante el tramo nocturno. Con estas medidas se intenta recuperar el umbral crítico de 41,5 hectómetros cúbicos de agua entre los dos pantanos principales que abastecen a la comarca, Charco Redondo y Guadarranque, adscritos a la Cuenca Mediterránea Andaluza y que equivalen a un año de consumo, aproximadamente.
La reducción de presión no se aplica en la localidad de Tarifa, cuyo abastecimiento depende de la presa del Almodóvar (Cuenca Atlántica Andaluza) y que se encuentra en una situación más desahogada (al 39,2%). Así, la bajada del caudal afecta a una población censada de 260.000 personas en siete municipios. Junto con la reducción de la presión, también se aplican las prohibiciones de consumo de agua potable establecidas por la Junta de Andalucía respecto al riego de parques y jardines (tanto públicos como privados), la limpieza de viales públicos y privados, las fuentes ornamentales, las duchas y surtidores públicos, el llenado de piscinas privadas y el lavado de vehículos fuera de establecimientos autorizados.
En materia de infraestructuras, el Campo de Gibraltar lleva más de 30 años esperando el proyecto para la presa del Gibralmedina (afluente del Guadiaro) con el fin de regular dicha cuenca. La Junta de Andalucía se comprometió a tener elaborado a finales de 2023 el proyecto de la presa, si bien hasta el momento no se han efectuado nuevos anuncios al respecto.
Córdoba, un año con problemas
En el caso de Córdoba, el problema del agua es especialmente grave desde hace ya casi un año en la zona Norte, donde viven unos 80.000 vecinos. Las comarcas de Los Pedroches y la del Guadiato, llevan desde entonces, desde que se secara el embalse de Sierra Boyera, sin poder beber agua potable de los grifos. La empresa provincial de aguas Emproacsa continúa llevándola a los municipios en camiones camiones cisterna después de que, tras unas obras de emergencia del Gobierno central para llevar el agua desde el embalse de La Colada -que no tenía conducciones- a Sierra Boyera y desde ahí bombearla a los grifos, llegara a los mismos contaminada.
Con el objetivo de buscar una pronta solución al problema -junto a las administraciones- nació la plataforma ciudadana Unidos por el Agua, colectivo que ha planteado la necesidad de crear una comunidad de usuarios del agua en la zona Norte de Córdoba, que pueda pedir los derechos de uso para el pantano de La Colada. Mientras, la Junta y la Diputación han firmado un convenio para llevar a cabo obras de conducción entre los dos embalses que devuelvan el agua potable a los grifos de Los Pedroches y el Guadiato, algo que se hará realidad a largo plazo.
Córdoba capital continúa en situación de emergencia por sequía y, de momento, la empresa municipal Emacsa ha llevado a cabo medidas como la de dejar a las fuentes ornamentales sin agua. No obstante, desde Emacsa han insistido en que, en caso de que no lloviera, hay agua garantizada para suministro domiciliario durante al menos año y medio. Córdoba entró en estado de emergencia en noviembre del año pasado después de que el embalse del Guadalmellato –el de referencia y principal fuente de abastecimiento de la capital cordobesa- sumara dos meses por debajo de 45 hectómetros cúbicos. De momento, desde Emacsa no se plantean restricciones de suministro. Dónde sí los ha habido ha sido en municipios como Lucena y Puente Genil.
Cádiz, los embalses casi vacíos
La demarcación del Guadalete-Barbate, a la que pertenece la mayor parte de la provincia gaditana, es la que presenta unos registros más bajos del sistema hídrico a nivel nacional: los embalses del sistema se sitúan actualmente al 14,6% de su capacidad, lo que supone un total de agua acumulada de 241 hm3. La situación de "escasez grave" en la provincia hizo que al iniciarse el actual año hidrológico la Comisión de la Gestión de la Sequía desarrollara una serie de medidas encaminadas al ahorro de consumo. Así, la zona de influencia del Guadalete-Barbate debía acometer un 20% de reducción de consumo a nivel urbano e industrial -que se limita, en este caso, a la central térmica de Arcos-, y un 50% del suministro destinado a regadío. En Tarifa, que registra un marco de "escasez severa", el ahorro se estima en un 10% para consumo humano; mientras que en la zona de la Sierra se da una situación de "escasez moderada", por lo que no ha sido necesario hasta el momento establer medidas.
Ante este escenario, ayuntamientos como el de Cádiz o Chiclana han disminuido en un 20% la presión del suministro en los hogares, medida que también se adoptaba estos días en Puerto Real. Recientemente, en San Fernando, en Ayuntamiento prohibía el uso de agua potable para riego y baldeo de calles y jardines; en El Puerto, por el momento, se apela a la "responsabilidad individual". Ante un otoño-invierno de carácter seco y con magras previsiones de lluvia, COAG-Cádiz ha solicitado a la Delegación de Agricultura de la Junta la puesta en marcha urgente de una Mesa del Agua ante la “situación límite” del regadío de la provincia.
Jaén, cinco años de escasez
Desde hace años los embalses de Jaén muestran un paisaje seco, el agua no llena los pantanos y queda al descubierto la mayor parte del hormigón de las presas hasta en los meses usuales de precipitaciones. Una estampa que era imposible contemplar hace ocho años y que está provocando la sequía. Esta falta de precipitaciones podría provocar cortes en los municipios que se abastecen del Rumblar e integran: Andújar, Bailén, Baños de la Encina, Cazalilla, Carboneros, Espelúy, Jabalquinto, Marmolejo, Mengíbar, Villanueva de la Reina, Villatorres y Guarromán.
A día de hoy no hay cortes de suministro, según confirman fuentes de la Diputación provincial a la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamientos (AEOPAS), “gracias al trabajo impulsado por la Diputación basado en políticas de intercomunicación de sistemas supramunicipales de agua y asistencia técnica continua a los municipios”, señalan. La escasez de lluvias se deja notar en los embalses de la provincia, la situación de los pantanos en Andalucía ha dejado de ser alarmante para convertirse en una emergencia.
Granada, disparidad
Granada constituye un caso singular en cuanto al agua que comparte, eso sí, la preocupación por la ausencia de precipitaciones en estos últimos años. Actualmente las unidades territoriales gestionadas por la Junta en la zona litoral están en situación de sequía prolongada y las controladas desde el Ministerio para la Transición Ecológica se sitúan entre la emergencia (Hoya de Guadix, Bermejales y Regulación General) y la alerta (Vega Alta y Media y Vega Media).
Las restricciones en el campo son ya una realidad a cuenta de la limitación en las sucesivas campañas de riego. Agricultores de la provincia ya han expresado en varias ocasiones su petición de recurrir a los recursos bajo el suelo, a los acuíferos, para suministrar agua a un campo sediento. Desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir e instituciones como la Universidad de Málaga o el Instituto Geológico Minero de España (IGME) se trabaja desde hace años en identificar nuevas 'bolsas' de agua que puedan ser explotadas a futuro. Tal es el caso del acuífero que se analiza entre las provincias de Granada y Jaén y que puede ser una reserva "estratégica" de cara a capear periodos como éste. El pasado año hidrológico llovió en la zona gestionada por la Confederación un 30% menos que la media de los últimos 25 años.
La falta de lluvias ha traído consigo conflictos. Desde la CHG se ha llevado a cabo en el último año una especial vigilancia en cuanto a los pozos ilegales. En el norte de la provincia, donde proliferan los cultivos de pistachos y almendros, se han detectado más de 1.300 hectáreas de regadío sin concesión y se han clausurado 24 tomas ilegales a lo largo de 2023. Otro punto de fricción está en Sierra Nevada.
En cuanto a qué ocurrirá si no llueve en los próximos meses, en el horizonte se otea la reedición de bandos municipales, como los lanzados por municipios como Nigüelas o Víznar. En el primero se ha llegado a cortar el agua por las noches, situación que también se da en Guadahortuna.
Serán actividades como el baldeo de calles o el llenado de piscinas dependerán de la meteorología en los próximos meses. En la Costa es el agro el sector más perjudicado que clama desde hace años por infraestructuras que garanticen agua para explotaciones de subtropicales. Las obras de los terciarios de La Herradura y Almuñécar, que deben finalizar este mes de enero y suponen una inversión de 2,5 millones, permitirán contar con cuatro hectómetros cúbicos más de agua.
En cuanto al resto de infraestructuras, la más destacada es la obra que enlazará catorce de los denominados pozos de la sequía en la Vega de Granada -construidos precisamente durante la época de escasez del 95- con el sistema Cubillas-Colomera. Esta intervención tiene un coste de cinco millones de euros.
Jerez, faltan 136 litros por metro cuadrado
La situación en Jerez y su comarca tampoco es muy diferente a la de muchos puntos del territorio andaluz. La zona acumula ya cinco años consecutivos con déficit de precipitaciones y en lo que llevamos de año hidrológico, es decir, desde el pasado 1 de septiembre, existe un desfase de 136 litros con respecto al pasado año.
Aunque los embalses han incrementado su caudal en cinco hectómetros con las últimas lluvias, la realidad es que la cuenca del Guadalete-Barbate, es una de las que peores números presenta a nivel nacional pues a día de hoy se encuentra al 14% de su capacidad. Para compensar en cierta forma la situación, se necesitaría un final de invierno y una primavera especialmente lluviosa, ya que aunque enero no está siendo seco, las escasas precipitaciones caídas durante diciembre, históricamente un mes muy lluvioso, han mermado de manera notable los pantanos de la zona.
Huelva mira a Portugal
A pesar de que en la provincia de Huelva la situación por la actual sequía no es de las peores de Andalucía, la ausencia de precipitaciones está llevando, especialmente a la agricultura de regadío onubense, a una de las más graves crisis de su historia. La falta de agua ya provocó que durante los últimos meses del año pasado las restricciones de agua para uso agrícola fuesen del 25%, que desde el pasado día 1 de enero se han incrementado hasta el 50%. La situación es insostenible para el riego de las 11.243 hectáreas de frutos rojos plantadas este año, en un sector que advierte que de mantenerse las actuales restricciones tendría muy difícil concluir la actual campaña agrícola. El resto de usos cuenta en la actualidad en la provincia más occidental de Andalucía con restricciones del 10%.
En la provincia onubense tiene restricciones de agua para consumo doméstico Cala, con interrupciones del suministro de lunes a viernes, de 11:00 a 18:00 y de 22:00 a 7:00, por las obras que está realizando la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para construir y equipar un nuevo pozo en este municipio serrano, lo que "provoca un aumento de la turbidez en los acuíferos del municipio", según informó el pasado 15 de enero la empresa pública Giahsa. Los usuarios reclaman en Huelva, por encima de todo, y con el principal objetivo de sortear en el corto plazo la terrible situación que padece el campo onubense, que el Gobierno de España acuerde con Portugal la cesión de derechos de uso de agua de la presa lusa de Alqueva.
Almería sin agua pero sin cortes
La sequía afecta a Almería de forma estructural, es un mal endémico de una provincia que mantiene un déficit hídrico de 200 hectómetros cúbicos anuales y que aún así se ha caracterizado siempre por la pujanza del sector agroalimentario. El desierto almeriense se ha convertido en la principal huerta de Europa gracias al desarrollo de infraestructuras que aportan recursos alternativos como las desaladoras, estaciones de tratamiento de aguas regeneradas, redes de distribución y trasvases con las que escapar a las consecuencias derivadas de una situación permanente de ausencia de precipitaciones.
De hecho, el año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre, ha tenido uno de sus peores arranques de la serie histórica y el nivel de los embalses también está en mínimos. Pero, al menos de momento, el abastecimiento está garantizado. No hay restricciones ni cortes de agua a la vista, si bien es un escenario de crisis climática que preocupa, sobre todo a los regantes, por la vulnerabilidad de un sector condenado a una eterna filosofía de supervivencia hídrica y azotado por los continuos recortes en trasvases y precios prohibitivos que lastran su competitividad. Las más de 30.000 hectáreas de cultivo de invernadero cuentan con avanzadas técnicas de riego por goteo y están a la vanguardia nacional en la optimización del consumo y aún así en zonas como el Poniente han dependido siempre de la disponibilidad de los acuíferos para aguantar el envite.
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