Un tornado de hasta 180 km/h dejó graves daños en apenas diez minutos
La tromba marina formada en el mar entró por Torremolinos y recorrió unos cuatro kilómetros hasta llegar al aeropuerto. A su paso arrancó árboles y destrozó un chiringuito y varias naves de la zona.
Una tromba marina, formada en el mar y llamada tornado cuando toca tierra, provocó ayer el caos en las zonas de Torremolinos y Málaga a las que afectó. Un chiringuito, varias naves, una gasolinera, dos parkings, diverso mobiliario urbano, casi un centenar de árboles y una veintena de vehículos se vieron seriamente dañados por la fuerza de este remolino, que recorrió una distancia de más de cuatro kilómetros en diez minutos y que alcanzó una velocidad de entre 140 y 180 kilómetros por hora. A falta del informe definitivo, la valoración realizada ayer mismo por técnicos del Centro Meteorológico de Málaga sobre el terreno estima que esta tromba alcanzó una categoría EF1 en la llamada Escala de Fujita Mejorada en función a los cuantiosos daños que provocó en un radio de 20 ó 30 metros su alrededor.
Eran aproximadamente las 7:15 de la mañana cuando una tromba, cuyas dimensiones aún están por calcular, tomó tierra desde el mar y entró por la zona de Playamar, en Torremolinos. Lo primero que encontró a su paso y se llevó por delante fue el chiringuito Copacabana, situado en el paseo marítimo de El Bajondillo, que destrozó por completo. Su propietario, Salvador García, no podía reprimir las lágrimas al ver el trabajo de 20 años tirados por el suelo en unos pocos segundos. "Me llamó la Policía Local muy temprano para decirme que viniera porque el viento había provocado algunos destrozos en el chiringuito, pero nunca imaginé lo que me encontré al llegar", contó a este periódico.
La estructura del establecimiento, los enseres del interior, las camas balinesas y las sombrillas fueron esparcidas por todos los alrededores del paseo marítimo, donde el ya tornado arrancó también una farola, varios árboles, numerosos carteles publicitarios, contenedores y cierres metálicos. Pero los daños más graves en el mobiliario urbano de Torremolinos se produjeron en los alrededores de la Avenida Marifé de Triana hacia donde se dirigió el tornado procedente de la playa. Allí, derribó unos 70 árboles de diferentes especies, algunos de ellos de gran porte, que quedaron derribados muchos de ellos invadiendo la calzada y que obligó a los servicios municipales a trabajar en la zona hasta pasado el mediodía para restablecer la normalidad.
La trayectoria del tornado continuó hacia el interior, donde cruzó la carretera de Coín y se dirigió hacia Churriana. El efecto del fuerte viento en esta zona se cebó con un negocio dedicado al alquiler de caravanas, ya que arrastró y dio la vuelta a dos de estos pesados vehículos y arrancó de cuajo el tejado del edificio donde se ubicaba la oficina. Ángel Arizalate, uno de los empleados de Caravanas Cardona, estaba a punto de entrar a trabajar cuando pasó el tornado. Así, narró que se refugió en una nave de enfrente porque "estaba lloviendo mucho y había mucho viento, minutos después lo vi pasar por delante y como movía y volcaba las caravanas. Fue en cuestión de segundos y la parte de abajo tenía al menos tres metros de diámetro".
Después de levantar el tejado de varias naves de la zona, el remolino puso rumbo hacia su último destino a través de la antigua vía de acceso al aeropuerto de la capital malagueña hasta llegar a la gasolinera BP que hay en los alrededores donde le perdió la pista. Los destrozos en la estación de servicio y el parking que hay justo al lado fueron numerosos. En este último, el tornado afectó a una veintena de vehículos que había aparcados, varios de ellos llegaron incluso a ser desplazados, y el trabajador del turno de noche resultó herido leve por un esguince provocado cuando intentó salir de la caseta que el tornado tumbó a su paso.
Pese a la cercanía, fuentes de Aena aseguraron que en el aeropuerto no se registró ninguna incidencia. Poco después, el Centro Meteorológico de Málaga tuvo constancia de otros dos fenómenos similares en Rincón de la Victoria y en la capital, aunque en ambos casos las trombas se diluyeron antes de llegar a tierra.
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