Qué ver en Antequera: corazón de Andalucía
Redescubriendo Málaga tras el coronavirus
En realidad el corazón no está en el centro, pero nos vale
Orgullo antequerano por un mollete
Decir que Antequera es el corazón geográfico de Andalucía no es nada nuevo. De hecho, según los últimos estudios ficticios, se estima que el antequerano medio refiere este dato a lo largo de su vida unas cinco millones de veces. Eso, y que el mollete antequerano tiene esa denominación porque, bueno, se inventó en Antequera.
Pero dejando a un lado que los corazones humanos no suelen estar en el centro del organismo, estos dos elementos no son los únicos que hacen especial a esta localidad de la que sus vecinos pueden estar muy orgullosos.
Cada resquicio del municipio antequerano, y de la comarca a la que da nombre, nos ofrece un río de historia, de patrimonio, de cultura... Una cornucópia de todo lo que hace de una ciudad un hermoso lugar donde vivir e interesante por visitar.
Luego, claro, están los paisajes naturales que rodean a Antequera, donde encontraríamos algo de solaz si no fuésemos cargando todo el santo día con un móvil que no para de robarnos la atención. Desde luego, tendría sentido que nos enterraran con un smartphone; para muchos su celular supone el mayor compromiso que mantendrán a lo largo de sus vidas.
En fin, después de esta crítica que no interesa a nadie en los tiempos modernos que vivimos, dejamos este listado de cosas que ver y disfrutar en Antequera.
No están todas las que son, pero sí son, claro, todas las que están. Porque la lista es bien larga e incluye, entre otras, el Lobo Park de Antequera, el nacimiento del río de la Villa, la iglesia de los Remedios, el Convento de las Descalzas...
Real Colegiata de Santa María la Mayor
Como todos nosotros, la Real Colegiata de Santa María la Mayor comenzó en un estilo y terminó en otro. Este edificio es considerado como la primera iglesia realizada con sentido renacentista en Andalucía.
Se trata de una obra excepcional en la que coexisten diversos criterios de estilo: se plantea en estilo gótico y se termina haciendo un edificio renacentista. En ella intervinieron, entre otros, los maestros Pedro López y Diego de Vergara.
Construida entre 1514 y 1550, por tanto, este edificio es de importancia capital dada su modernidad y está declarado Monumento Nacional.
En su fachada se emplearon sillares procedentes de la antigua ciudad romana de Singilia y está articulada como las catedrales góticas italianas, con tres calles separadas por contrafuertes en cada una de las cuales se abre una puerta, siendo mucho mayor la central.
Sin embargo, analizando sus elementos individualmente, responde al estilo renacentista.
Los dólmenes de Antequera
Que Antequera viene siendo un gran sitio para vivir lo demuestra la presencia de dólmenes prehistóricos en sus tierras.
La provincia tiene una gran cantidad de estas estructuras megalíticas de enterramientos colectivos, pero destacan por su tamaño y complejidad los dólmenes antequeranos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Un conjunto arqueológico conformado por los dólmenes de Menga, Viera y El Romeral.
El dolmen de Menga, que puede ser fechado alrededor del año 2.500 antes de Cristo, es el más grande e importante de los dólmenes del conjunto. Mide 25 metros de largo y siete de ancho y es una cámara funeraria formada por inmensos monolitos, uno de los cuales pesa casi 200 toneladas.
Es el único de los tres dólmenes que tiene unas inscripciones de figuras antropomórficas, situadas en la primera losa de entrada.
Por su parte, el dolmen de Viera es el más pequeño de los tres y está fechado aproximadamente sobre el año 2.000 antes de Cristo.
Se trata de un sepulcro de galería cubierta, formada por un corredor de acceso y una cámara de sección cuadrada a la que se accede por medio de una puerta labrada en un monolito.
Por último, el dolmen de El Romeral es el más moderno, ya que pertenece a finales del a Era del Cobre, fechable en el año 1.800 antes de Cristo.
Su curiosidad es que presenta la primera falsa cúpula de la historia arquitectónica.
Museo de la Ciudad de Antequera
El MVCA o Museo de la Ciudad de Antequera está ubicado en la plaza del Coso Viejo y tiene su origen en el Museo Arqueológico Municipal que en 1908 creó el arqueólogo Rodrigo Amador de los Ríos. Su instalación primera se hizo en uno de los corredores bajos del Palacio Municipal, donde a lo largo de más de cincuenta años se fue reuniendo una importante colección de piezas de valor histórico, la mayoría de ellas de época romana.
En 1966 se crea el Museo Municipal de Antequera, la nueva instalación se hizo en el Palacio de Nájera, que tuvo que ser rehabilitado a tal efecto y cuyas obras se prolongaron hasta comienzos de los años setenta del pasado siglo XX. Finalmente fue inaugurado oficialmente el 15 de marzo de 1972.
Durante los años 2009 a 2011 acometieron las obras de ampliación y mejora del museo que, desde su reapertura, pasó a denominarse Museo de la Ciudad de Antequera. Estas obras han supuesto la rehabilitación del antiguo palacio de Nájera y la construcción de de dos edificios anexos de nueva planta.
El conjunto resultante suma un total de unos cinco mil metros cuadrados construidos, de los que la mitad se dedican a salas expositivas, convirtiéndose en uno de los museos más importantes de Andalucía en el ámbito municipal.
Iglesia de San Agustín
La iglesia de San Agustín se construyó como un antiguo convento entre los años 1550 y 1566, dirigiendo las obras el arquitecto Diego de Vergara.
Tiene la segunda torre en importancia de la ciudad y en su interior resalta una amplia y profunda capilla mayor, cubierta con una bóveda de crucería gótica remodelada en el siglo XVII.
El exterior resulta muy singular por la disposición de su fachada a los pies del muro lateral y la torre. La primera, ofrece una composición muy manierista y en ella destaca el volado balcón que concede cierto aire civil al monumento.
Muchas fueron las remodelaciones que esta iglesia sufrió lo que se demuestra en la torre que, embutida entre dos contrafuertes, evidencia dos momentos constructivos diferenciados: los siglos XVII y XVIII.
Plaza de Toros de Antequera
Este coso fue construido por la Sociedad de la Plaza de Toros de Antequera, agrupación formada por ciudadanos aficionados que anhelaban poseer una estructura permanente para la fiesta taurina que hasta entonces se celebraba en plazas caducas montadas con cuatro tablas.
Tranquilos, amigos antitaurinos, que la sociedad mandó la construcción de la plaza en 1847 cuando se adquieren los terrenos y arrancaron las obras bajo la dirección de Manuel García del Álamo, continuándolas Rafael Mitjana, autor de la Plaza de Toros Vieja de Málaga.
En 1980 Antequera adquiere la propiedad e inicia en 1984 una profunda rehabilitación y remodelación bajo la dirección de Jesús Romero. En su fachada se construye una nueva puerta principal de sombra siguiendo el modelo antequerano de los alarifes del siglo XVIII, entre otros apaños.
Peña de los Enamorados
La singular montaña cuyo perfil recuerda a un gigante dormido es una de las señas de identidad de Antequera.
Nombrada Peña de los Enamorados, según la leyenda fue testigo de la huida desesperada de dos amantes, cristiano y mora, que ante la imposibilidad de su relación prefirieron terminar sus días despeñándose juntos.
Semejante compromiso, incomprensible en nuestros días de Tinder, suma belleza a un accidente geográfico que puede ser visitado y recorrido, y sobre el cual nos sentiremos como hormigas a lomos de la nariz de un titán. O algo por el estilo.
Torcal de Antequera
Uno de los espacios naturales más conocidos de Málaga, Andalucía y España es la sierra del Torcal. La intensa ruptura de las calizas ha generado un paisaje kárstico condicionado por la circulación del agua.
Nos podríamos poner técnicos y científicos y hablar del aumento de la transmisividad y la permeabilidad hidráulica y el exokarst accidentado, etc., pero es mejor disfrutar en vivo de las dolinas y torcas y del resto de elementos orográficos que conforman a este lugar tan mágico y hermoso.
Si alguien no ha visto el Torcal de Antequera es como si no hubiese visto el mar.
Alcazaba de Antequera
Encontramos la Alcazaba de Antequera, pues eso, en Antequera. Situada en un promontorio privilegiado, esta fortaleza ha sido declarada Bien de Interés Cultural.
El recinto monumental de la Alcazaba ocupaba todo el coronamiento del cerro dentro del conjunto amurallado de la medina islámica y en él se distinguían dos recintos más o menos diferenciados: la Alcazaba, que ocupaba todo el coronamiento del cerro, y un segundo anillo que, bajando desde la Puerta de la Villa, continuaba hacia el Postigo del Agua y Puerta de Málaga, para volver a unirse con la conocida como Torre Blanca.
La torre más importante de todo el recinto es la del Homenaje. Tiene planta angular y está considerada como la de mayor anchura de las musulmanas andaluzas, a excepción de la Calahorra de Gibraltar.
Esta torre antequerana se corona con un templete construido en 1582 para colocar la campana y el reloj de la ciudad.
Desde el momento de su construcción es conocido como el Reloj de Papabellotas, ya que la ciudad vendió un alcornocal para sufragar los gastos de su construcción.
Actualmente, del resto de la cerca amurallada aún se conservan el postigo y la Torre Albarrana de la Estrella, junto a las murallas recuperadas de la Plaza del Carmen, y la Puerta del Agua, que en realidad es un portillo junto a otra torre albarrana.
Se puede visitar en un horario específico que encontramos en la web andalucia.org.
El Caminito del Rey
Bueno, ¿qué decir de El Caminito del Rey a estas alturas (nunca mejor dicho)? Nos atrevemos a decir que es posiblemente uno de los caminos verticales más famosos del mundo.
Por eso hemos dejado para el final de este listado El Caminito del Rey: es algo que cualquier visitante de la comarca de Antequera querrá ver sin mayor tardanza.
Para el que haya vivido en una cueva los últimos cinco años, decir que El Caminito del Rey es una senda aérea construida en las paredes del Desfiladero de los Gaitanes.
Es un camino adosado al desfiladero, a una distancia media de cien metros sobre el río, con una longitud de tres kilómetros; se inicia en Ardales, atraviesa terrenos de Antequera y concluye en El Chorro, que pertenece a Álora.
Este sendero se construyó porque la Sociedad Hidroeléctrica de El Chorro, propietaria del salto del Gaitanejo y del salto de El Chorro, necesitaba un acceso entre ambos saltos de agua para facilitar tanto el paso de los operarios de mantenimiento como el transporte de materiales y la vigilancia de los mismos.
Las obras se iniciaron en 1901 y concluyeron en 1905. El camino comenzaba junto a las vías del tren y recorría el Desfiladero de los Gaitanes, comunicando y facilitando el paso entre ambos lados.
Tras décadas de abandono, el año 2014 supuso un hito en la historia del Caminito del Rey, pues la Diputación de Málaga inició un proceso de restauración gracias al cual esta peculiar senda se ha convertido en uno de los mayores atractivos turístico de la provincia y Andalucía.
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