Nàstic - Málaga CF: Las fotos de la increíble noche del 22 de junio de 2024

Es el típico día en el que todo aquel que contempló el partido recordará con exactitud décadas más adelante dónde y con quién se abrazó en aquel instante en el que Antoñito Cordero paró el tiempo en el Costa Daurada de Tarragona. Eran algo más de las 23:15 horas, según los cálculos de Eder Mallo Fernández el minuto 122 del partido. El colegiado había detenido el encuentro durante unos minutos por el constante lanzamiento de pelotas desde las gradas que obligaban a parar el juego de manera constante. Lo que la afición tarraconense creía que era árnica para darle reposo a su equipo y para cortarle el ritmo al Málaga fue al final veneno para el cuadro catalán.

En el minuto 108 de partido, el Nàstic, con un jugador menos desde el minuto 60 por expulsión de su central Nacho, ganaba por 2-0. A 120 minutos, por haber quedado más arriba en la temporada regular, le bastaba la victoria por un gol tras el 2-1 de La Rosaleda. Había jolgorio y alegría. Y las caras malaguistas no eran de fe. Pero un imberbe de 16 años, Aarón Ochoa se fabricó un tirazo desde la frontal que Varo no blocó y Dioni sí enchufó. Tras el parón de las pelotas -“¿Dónde están los balones?”, más empuje, más balones al área y Alfonso de delantero. Centro de Víctor, remate entre Juande y un defensa y Cordero, otro crío de 17 años, la controla, espera con sangre fría increíble que el portero y el defensa se venzan, la empuja y el balón entra tras otro toque de Varo que no impide que toque la red. Qué noche la de aquel 22 de junio de 2024.