AGR, referente del biogás en Andalucía

Transitar hacia una economía verde basada en energías renovables se ha convertido en una prioridad de nuestras sociedades. Así lo entiende la Junta de Andalucía, que firma el próximo lunes la Alianza para el Biogás en la región y así lo considera también AGR Biogás, la empresa pionera en Andalucía que, de la mano del ingeniero industrial David Piñero, comenzó a explorar las posibilidades de esta fuente de energía hace ya 14 años.

El biogás o biometano es un gas combustible generado por fermentación microbiológica que puede utilizarse en aplicaciones eléctrica, térmica o como carburante. “El biogás contribuye a solucionar dos problemas: la gestión de restos orgánicos, porque si éstos no se tratan, resultan muy contaminantes para la atmósfera, y la producción de energía renovable, limpia, versátil, que no se agota”, explica Piñero. La empresa que dirige es pionera en Andalucía en promoción, construcción y operación de plantas de biogás y es un referente en la valorización de restos de origen orgánicos para la generación de biometano y de fertilizantes orgánicos.

Proyectos solventes y sostenibles

Además de la planta de Campillos (Málaga), en funcionamiento desde el año 2016, AGR Biogás tiene en cartera más de veinte proyectos por toda Andalucía. El más avanzado se encuentra ubicado en La Calahorra (Granada), y tiene prevista su puesta en marcha el próximo mes de octubre. En la provincia de Sevilla, las primeras plantas en ver la luz están ubicadas en parcelas próximas a los municipios de Fuentes de Andalucía y Salteras. En Cádiz, en el Puerto de Santa María. Y en Córdoba, en el municipio de Espejo.

“En AGR tenemos experiencia en la implementación de plantas de biogás, conocimiento de las necesidades del sector agrario y principios medioambientalistas muy sólidos, lo que nos hace quizás estar un paso por delante dentro del sector”, señala Piñero, que se muestra muy orgulloso del equipo multidisciplinar que compone AGR. Ingenieros agrónomos, industriales, de la energía, químicos o de medio ambiente son algunos de los perfiles que trabajan de manera complementaria en esta empresa para buscar soluciones sostenibles y respetuosas con la naturaleza. “Queremos ser solución para agricultores y ganaderos de la zona. Nos instalamos en lugares en los que se generan restos orgánicos para resolver problemas de gestión. Son proyectos que se estudian de manera holística en aras de la sostenibilidad”, subraya.

El biogás, aliado del futuro de Andalucía

Fernando G. Fermoso, investigador del CSIC especializado en biogás desde hace más de veinte años, explica que la producción de biogás desde subproductos agroindustriales es una práctica común en la mayoría de los países europeos de nuestro entorno. “La producción de biogás como vector energético se ha llevado a cabo desde hace décadas. El mismo se puede inyectar en las líneas actuales de distribución de gas natural, pudiendo utilizarse casi de inmediato. Las plantas depuradoras de aguas residuales llevan produciendo biogás de los lodos que generan desde hace muchos años. Este biogás se ha utilizado para alimentar motores o generar energía térmica que se consume en la misma planta pudiendo llegar en muchos casos a autoconsumo”.

Fermoso entiende que Andalucía, por su enorme actividad agroindustrial, debe ser un actor principal en la producción de biogás, “no solo por la producción del vector energético, sino por la estabilización que se consigue del subproducto generado pudiendo llegar a su uso como fertilizante o enmienda orgánica”.

“Una planta de biogás es un claro ejemplo de economía circular. Todo se aprovecha, se reutiliza y vuelve a la tierra dando aporte”, explica Miguel Ángel de Jaime, ingeniero agrónomo y director del Área de Desarrollo de Negocio de AGR, que pone en valor el papel del digestato (el sólido que se extrae de los restos orgánicos y que se usa como fertilizante) para mejorar la calidad de los suelos. “Actualmente, en Andalucía y, en general, en España, tenemos un problema importante con la falta de materia orgánica de los suelos. Con este tipo de proyectos devolvemos a tierra materia orgánica, la hacemos más fértil”.

Junto a los beneficios medioambientales, el desarrollo del territorio en que se instala una planta es otra de las consecuencias más evidentes de estos proyectos. De hecho, las plantas de biogás contribuyen a fijar población rural y suelen generar entre seis y ocho puestos de trabajo directos, además de decenas de puestos indirectos y empresas anexas para la operación de plantas.

“Son muchas ventajas desde cualquier perspectiva: medioambiental, local, de desarrollo estratégico del territorio…”, insiste Piñero que ve en la industria del biogás una oportunidad para liderar la transición verde desde Andalucía: “Tenemos recursos, tenemos conocimientos y tenemos futuro”.