Segundos que salvan vidas: la importancia de contar con desfibriladores en espacios de alta afluencia
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¿Sabías que en España se producen alrededor de 30.000 paros cardíacos al año fuera de los hospitales? Desafortunadamente, la supervivencia de estas situaciones es muy baja, alrededor del 5%, situándose muy por debajo de las estadísticas registradas por otros países europeos.
Entre los motivos de esta elevada incidencia en la mortalidad de estos casos, los expertos apuntan a la falta de conocimiento y formación de la población en reanimación cardiopulmonar (RCP) y a la escasez de desfibriladores externos en espacios de alta afluencia, tanto públicos como privados. Si se compara con Francia, España tiene 10 veces menos desfibriladores y 20 menos que Países Bajos.
Ante esta situación, es urgente la instalación de soluciones como las del desfibrilador desa para incrementar las posibilidades de salvar vidas en los momentos más críticos de una parada cardíaca, que es en los primeros segundos. Y es que cada latido cuenta en estos episodios.
¿Qué son los desfibriladores DESA?
Los desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) son dispositivos diseñados para actuar en los primeros minutos de una parada cardíaca. Su funcionamiento es muy sencillo y preciso: detectan automáticamente el ritmo cardíaco y proporcionan descargas eléctricas controladas para reestablecer el latido normal.
“Gracias a su facilidad de uso, incluso personas sin formación médica pueden utilizar un DESA eficazmente en una situación de emergencia”, explican desde Meduba, empresa de Málaga especializada en la venta, instalación y mantenimiento de este tipo de desfibriladores.
En este sentido, los responsables de la compañía explican que estos dispositivos automáticos reducen el margen de error y aumentan exponencialmente las posibilidades de supervivencia de quien sufre una parada cardíaca.
En cuanto a su ubicación, estos sistemas pueden instalarse en todo tipo de espacios, desde los públicos hasta los privados. “Su presencia se ha vuelto cada vez más común en espacios públicos como aeropuertos, casinos o gimnasios, así como hoteles, estaciones de metro o piscinas”, detallan los responsables de Meduba, quienes también destacan que pueden estar en las viviendas privadas sin ningún tipo de problema.
Sin embargo, lo idóneo es impulsar la instalación de estos dispositivos en lugares de alta concentración de personas. Colegios, centros deportivos, empresas o centros comerciales están entre esos espacios que concentran grandes cantidades de personas, lo que va unido a un mayor riesgo de acoger una emergencia cardíaca.
Una solución integral para crear espacios cardioseguros
A la hora de proveer de desfibriladores, Meduba trabaja con un enfoque holístico que va más allá de la mera instalación de los DESA. En concreto, su equipo se encarga de guiar a sus clientes a lo largo de todo el proceso, desde el asesoramiento inicial hasta la puesta en marcha y el mantenimiento continuo de los equipos.
Pero la labor de Meduba no se detiene ahí. Conscientes de que la capacitación es crucial, también ofrecen programas de formación práctica y sencilla en el uso de los DESA. De esta manera, las organizaciones, sus trabajadores y el público en general adquieren las habilidades necesarias para actuar con confianza y eficacia ante una emergencia cardíaca, aumentando las posibilidades de supervivencia.
De este modo y gracias a su amplia gama de soluciones, que incluyen tanto la venta como el alquiler o el renting de desfibriladores, Meduba se ha convertido en el socio de confianza para todo tipo de instituciones y empresas que quieren que sus espacios sean verdaderos entornos cardioasegurados.
“Hemos constatado que la presencia de nuestros equipos de reanimación ofrece a los usuarios de las instalaciones la tranquilidad y la seguridad que merecen”, argumentan desde Meduba. En sus 13 años de experiencia, tienen la capacidad para ofrecer una información basada en datos y estadísticas.
En este sentido, Meduba ha instalado hasta el momento más de 278 desfibriladores en toda España, realizando más de 500 operaciones de mantenimiento. En este punto, los profesionales de Meduba ponen el acento. “Esta supervisión es la que garantiza que estos dispositivos estén en condiciones óptimas de funcionamiento en caso de emergencia”. El resultado, en este periodo, es que los desfibriladores de Meduba han salvado un mínimo de 11 vidas salvadas.
Es un trabajo de todos contribuir a la creación de una sociedad más segura. Por tanto, la cardioprotección no es una opción, es una responsabilidad social. De ahí que la instalación de DESA en espacios públicos y privados sea una medida fundamental para aumentar las posibilidades de supervivencia en caso de paro cardíaco y llegar a unas cifras similares a las del resto de países de nuestro entorno.
Convertir espacios públicos y privados en lugares "cardioasegurados" significa proteger a nuestra comunidad, nuestras familias y a nuestros seres queridos. Con este objetivo, Meduba trabaja cada día para crear soluciones eficaces y recordarnos que cada segundo cuenta. Aquí, la tecnología, una vez más, es la aliada más poderosa contra la muerte súbita.